Jans Erik Cavero Cárdenas*
Sobre la gestión político partidaria de Alan García Pérez se puede formular una variedad de hipótesis. Ensayemos, por ahora, tres, dejando al lector la comprobación empírica para confirmar o negar las hipótesis planteadas:
La gestión de gracias presidenciales durante el segundo gobierno de Alan García Pérez habría favorecido a narcotraficantes”. Miles de conmutaciones de pena a condenados por narcotráfico es un dato que dice mucho sobre el modus operandi de los principales gestores: García, Nava, Pastor, Facundo Chinguel. ¿Cuánto habría costado la conmutación de narcos extranjeros?, ¿cuánto habría desembolsado Eugen Csorgo, Hen Vachnis, Henry Ward o Peter Okere? Si hubo negociado de gracias presidenciales, ¿cuánto habría pagado José Enrique Crousillat?
La presunta vinculación de apristas con el narcotráfico no sería de ahora. Recordemos los casos de Carlos Langberg y Manuel Del Pomar en los años 80. Si en el Perú hay voluntad y decisión firme de luchar contra este flagelo, debería investigarse profundamente a ciertos apristas, de quienes se rumorea posible vinculación con esta lacra. ¿Quiénes son? Se habla del hijo de un ex Premier y el hijo de un ex Secretario de Palacio. ¿Y habrá vinculación de apristas con los Sánchez Paredes?
El aporte económico de conmutados al partido aprista sería otra variable de nuestra hipótesis. Más de 50 aportes al partido de la estrella no serían casuales. Es cierto que el APRA, como institución, probablemente no esté vinculado al narcotráfico, pero no es menos cierto que la vinculación presunta de apristas, simpatizantes y/o allegados, empaña la imagen y compromete la reputación del partido de Haya de la Torre. Recordemos que Rolando Quezada, hermano de Omar, purgó prisión por narcotráfico.
Ø “Alan García y José Antonio Chang tendrían secuestrada a la Universidad San Martín, utilizándola como “caja chica” para sus propósitos político partidarios”. García no sólo es Director de un instituto adscrito a la universidad, sino que tiene como docentes a militantes del APRA, periodistas como Raúl Vargas y Cayetana Aljovín, y a voceros de la tecnocracia neoliberal. Si Haya de la Torre hacía escuela política formando cuadros, García Pérez cree que con postgrados de dudosa reputación académica formará intelectuales al servicio del partido.
Pero aquí hay que analizar más vinculaciones en torno a García y Chang Escobedo, quienes concretaron -con los Colegios Emblemáticos- presuntos faenones en el segundo gobierno. Hace un par de años tenía una interrogante y hoy la socializo: ¿Estamos ante una universidad realmente exitosa en cuanto a patrimonio? Si la respuesta es sí, bien por sus dueños; si es no, pregunto, ¿de dónde saca tanto dinero para solventar envidiables infraestructuras? Es más, Chang se da lujos con su centro de estudios como solventar a un equipo de futbol profesional y adquirir una compañía de aviación comercial. Creo que la Unidad de Inteligencia Financiera debe investigar a este centro, empezando con un serio peritaje contable y una auditoría financiera que sincere sus activos, pasivos, capital, cuentas, patrimonio. Por cierto, el ojo de García sobre claustros universitarios no se limitaría solo a la universidad San Martín, sino que estarían en la lupa otros como la Universidad Simón Bolívar, donde Enrique Cornejo, aprista y ex Ministro de Transportes, es vicepresidente de la Comisión Organizadora.
Ø “A mayor continuidad del buró partidario en manos de García, Del Castillo, Arana, Quezada, y de la relación con Nava, Cornejo, Vílchez, Chang, Garrido Lecca, Hidalgo, mayor vinculación del APRA con presuntos actos de corrupción”. La gestión de los colegios emblemáticos, el programa Agua para Todos, indultos y conmutación de penas, COFOPRI, la venta del aeródromo de Collique, la planta de Taboada, Olmos, Global CST, los Petroaudios, etc., son ejemplos por los que la cúpula aprista y funcionarios que coadyuvaron con ese gobierno deben responder penalmente.
Finalmente amerita traer a la reflexión un asunto que se está difundiendo en las redes sociales: La presunta violación de Alan García contra las hijas de Luis Heysen Inchaústegui y Jorge Lozada Stambury. Si esto no es verdad, estamos ante una patraña de adversarios internos de García. ¿Y si fuera cierto? Juzgue usted.
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