Herbert Mujica Rojas
¿Qué importancia tiene el reemplazo de la vacancia dejada en la directiva del Congreso por la vergonzosa ineptitud de Elías Rodríguez, más allá de un acto mecánico y simple? En mi modesto juicio: ¡ninguna!
Que se sepa, no ha acontecido elección popular o triunfo de alguna naturaleza. La señorita Luciana León ocupó un puesto en el marco de un acuerdo político entre el fujimorismo y el alanismo que viene desde hace más de 10 años.
Entonces ¿a qué tanto bombo y platillo?
¿O se quiere borrar, como suele ser tradición en la política peruana, el abominable origen de este entuerto? Recordemos para quienes carecen de memoria: Rodríguez fue acusado de plagio y él responsabilizó a sus asesores. Nadie entiende para qué se paga a este parlamentario que no lee sus propuestas de ley y sólo las firma con irresponsabilidad vituperable.
Pero los corifeos han estado en la prensa escrita, radial y televisiva. Mostrar el hecho como un acontecimiento colisiona contra la realidad: un trueque de trebejos alanistas en el conchabo ya señalado.
Otro hecho a subrayar es que la señorita León preside la Comisión de Defensa e integra la mesa directiva aunque no hay que ser demasiado hábil para inferir que su fuerza política es bastante débil. La aplastante mayoría fujimorista puede prescindir del resto, pero si no cuidan lo razonable en el Congreso, torpedearán irremediablemente las aspiraciones de Keiko.
El pueblo peruano repudia las óperas bufas que usan a quienes se dejan usar y para espectáculos con promesas, lagrimones, emociones y demás embelecos, si bien válidas, estrictamente privadas y para nadie más. El pan y circo es la droga más nociva que incuba la rebelión de los de abajo.
Cuando el final del Congreso pasado, el señor Elías Rodríguez fue presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y en uno de sus inspirados arranques, demandó la aprobación del gobierno de Humala del TPP (Tratado TransPacífico), sin mayor debate ni lectura o conocimiento del mismo.
Proverbial, él lo ha demostrado, es la alergia de Rodríguez por la lectura de pocas hojas, es inevitable deducir que tampoco leyó ni barruntó lo más mínimo del TPP. ¿Cómo pudo atreverse a semejante arenga irresponsable?
La explicación es que hay parlamentarios, no sólo Rodríguez, que entienden la política como gesto y ademán pero no como vocación misionera de servicio al pueblo. Y la actitud nefasta de aquél se repite en el resto del Congreso actual que, ni por asomo, se pronuncia por la exhaustiva, detallada, milimétrica radiografía del TPP para ver si conviene al Perú o hay sectores en que nos golpea la soberanía y dignidad. ¿Qué esperan para estudiarlo y debatirlo?
Tres días atrás denuncié lo que se mantenía oculto, las tres demandas en el CIADI que APM Terminals, Línea 2 y Lima Airport Partners, han planteado contra el Estado peruano. Esa gracia va a costar al pueblo peruano algo más de 700 ú 800 millones de dólares como compensación a esas concesionarias. Y, para variar, ¡ni un solo grupo político ha dicho esta boca es mía! ¡Qué vergüenza!
¿Serán estos los signos definitorios del Congreso? Si así fuera, hay que concluir que el Parlamento es cerrilmente conservador, de capitán a paje, y que la política en Perú es muy, pero muy mediocre.
Salió Rodríguez y entró León. Se acabó y punto.
http://www.voltairenet.org/article193513.html?var_mode=recalcul
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