Hay noticias que se repiten anualmente en todos los medios de comunicación de Arequipa, una pauta informativa con pequeños matices enmarcada en un calendario reconocible: las fallas en la infraestructura escolar en febrero; las consecuencias de las heladas entre junio y julio; la huelga docente de la UNSA en setiembre, y los conflictos por el agua en el Valle del Tambo al inicio de la primavera.
A diferencia de otras veces, esta última noticia está prolongando su estadía en diferentes medios. El conflicto esta vez se ha agravado por el déficit de agua, lo que ha traído como consecuencia una declaratoria de emergencia oficial y una sentida jornada de protesta de dos días en el valle del Tambo, a la que también se han sumado autoridades locales y regionales.
Durante casi 20 años, el Gobierno Nacional no ha sido capaz de resolver la inversión para la construcción de la represa del Paltiture (hoy rebautizada como Paltuture) para que los agricultores del Tambo ya no tengan que depender del almacenamiento de agua de la represa de Pasto Grande, que también riega las tierras del valle moqueguano del mismo nombre, y que ya es insuficiente para atender a ambas regiones. Por esta desidia, recientemente otra región se ha sumado a este conflicto. Puno ha interpuesto una demanda judicial que ha jaqueado la licitación de la represa, sus autoridades están pidiendo una participación en Paltuture, que represará el agua del río Topalca que pasa por esta región altiplánica, y que supuestamente se construirá en su territorio y no en el de Moquegua, según un problema limítrofe de larga data.
Una semana después de la frustrada reunión entre los gobernadores de Arequipa, Moquegua y Puno en la PCM para limar asperezas respecto a este tema, la gobernadora de Arequipa, Yamila Osorio, el gobernador de Puno, Juan Luque, y el alcalde de Puno, Iván Flores, lograron reunirse en Arequipa; pero el resultado no fue el esperado. Las autoridades puneñas condicionaron el retiro de la demanda a la creación de un Consejo de Cuenca, así las tres regiones se beneficiarían de Paltuture.
Con este aparente callejón sin salida, el Ministerio de Agricultura ha presentado otras alternativas: Peñas Negras, Quebrada Honda y Chinchín. La tercera sería la más viable por su costo, pero estaría en Moquegua, lo que a decir de Yamila Osorio, concurriría en otro problema a futuro. A nivel de la región muy poco se ha discutido otra alternativa para el valle, pensando sobre todo en que el abastecimiento de agua para la agricultura en el Tambo siga menguando por los efectos del cambio climático, como variar la cédula de cultivos y dejar, por ejemplo, de cultivar arroz. También hay otras alternativas, puestas en blanco y negro por la Autoridad Nacional del Agua, que faltan discutir. Tampoco hay que dejar de lado el irresuelto conflicto por el ingreso del proyecto minero Tía María de Southern Perú, cuya resolución influiría en la vocación productiva del valle, y que en estos pocos meses del nuevo gobierno aún no ha sido tocado.
Lo que si podemos afirmar sobre el conflicto de Paltuture es que de no resolverse pronto, sería un grave antecedente para la política de consolidación de la Macro Región Sur. No se puede entender cómo los integrantes de esta joven mancomunidad siguen pensando en el desarrollo unitario sin pensar en el conjunto. Así, continúan los problemas limítrofes entre Puno y Moquegua; y la desesperación por no perder los 30 millones de inversión presupuestados para esta represa, están haciendo pensar a Yamila Osorio en una demanda a las autoridades puneñas por daños y perjuicios, lo que concluirá en un nuevo conflicto interregional.
Toda esta compleja situación evidencia que hay aún mucho por trabajar para avanzar en la consolidación de la Macro Región Sur, que la disputa por el acceso a recursos naturales que cada región considera «suyos» continuará generando divisiones. Superar esta situación demanda esfuerzos de todos los actores para pactar salidas que aporten a la construcción consensuada de una política nacional, capaz de ayudar a remontar los localismos existentes en el sur y en todo el país, y a promover el uso compartido y el beneficio mutuo de los recursos disponibles.
desco Opina - Regional / 7 de octubre de 2016