Por Wilbe J. Bríos
El 29JUN celebramos el Día del Papa, recordando el impacto de los apóstoles Pedro y Pablo —tocayos de nuestro presidente Pedro Pablo Kuczynski— en la consolidación de la iglesia de Cristo en el mundo. Con ello recordé cuando Pedro, en el año 64 d. C., huye de la masacre del emperador Nerón contra los cristianos en la capital del imperio y, en la Vía Apia, se encuentra con Jesús que entraba a Roma cargando una cruz. Al verlo Pedro le pregunta “Quo vadis Domine” (‘¿Adónde vas, Señor?’), respondiéndole Jesús “Romam vado iterum crucifigi” (‘Voy hacia Roma para ser crucificado de nuevo’). Pedro entiende el mensaje de Cristo, se avergüenza y regresa a Roma a cumplir con su deber, predicar la fe y estar al lado de los cristianos que son su pueblo, siendo por ello martirizado y crucificado en el circo de Nerón, ubicado en la Colina Vaticana, adonde hoy está el centro de la cristiandad mundial, siendo eterno el recuerdo del primer Papa de la iglesia católica. De Nerón, que usó la fuerza para combatir la fe, todos nos acordamos como un malnacido que no es ejemplo para nada.