La doctora argentina Roxana Bruno, con doctorado en Inmunología, Universidad de Barcelona, Bioquímica, Universidad de San Luis y postdoctorado en el Instituto Max Planck de Neurología de Munich, explicó en una entrevista sobre los riesgos de las vacunas ARN mensajero y ADN en la salud, como Pfizer, Moderna o CureVac, de la cual se extrae este texto.
Tiempo de investigación insuficiente
Bruno señaló que la investigación en fase animal es muy poca o no existe y ya se está usando masivamente el producto a nivel mundial, siendo de características experimentales y utilizándose por primera vez en seres humanos bajo esta condición, o sea los seres humanos pasan a ser lo que debió ser modelos animales o conejillos de indias.
No se pasaron por todas las etapas de investigación preclínica de tal manera que la valiosa seguridad de las vacunas que debía ser probada en animales prácticamente se obvió y se optó por la temeridad de usar a los seres humanos como modelos animales o conejillos de indias basándose en la primacía de los criterios de eficacia, algo que nunca se hizo desde la firma de los tratados de Nüremberg, esto es, no usar a los humanos como cobayos de experimentación. Y en la vacunación general, no considerada experimento, ya no se realiza seguimiento de la salud de los vacunados, de modo que lo que les pueda suceder después de lo inmediato o de unos días, en años o meses, puede ser atribuido erróneamente a otras causas y no a la vacuna.
Eso significa que siendo lo correcto y establecido al probar un medicamento o vacuna comprobar la seguridad, después de hacer los estudios en animales, se invirtió el sentido de las cosas y se estableció que sólo la eficacia era importante.
Se ha cambiado la definición de vacuna
Con Nuestro Perú ha recabado opinión de investigadores científicos en Biología Molecular en los EE. UU., que por razones de trabajo no dan sus nombres, quienes cuestionan a aquellos médicos que se lanzan a afirmar que estas vacunas son completamente buenas o malas, pues habiendo secreto en la información, simplemente no se sabe al 100% lo que sucederá con los vacunados en varios años, porque la información es parcial. |
Las nuevas mal llamadas vacunas (ARN y ADN) son terapias génicas, son experimentos de transgénesis. La Real Academia de la Lengua Española ha cambiado la definición de vacuna en diciembre 2020, donde ya no menciona que se trata de virus muertos o atenuados que causan protección a través de la formación de anticuerpos y dice: “Preparado de antígenos que, aplicado a un organismo, provoca en él una respuesta de defensa”.
La doctora Bruno cuestiona el apuro en convertir la humanidad en un gran laboratorio de experimentación y a su vez de someterla a un estado de emergencia. No lo entiende porque la letalidad del virus es comparable a la mortalidad por gripe, pero los cálculos de mortalidad tras aplicarse estas vacunas hasta el momento son ocho veces mayores que el mismo COVID-19 en cinco meses de aplicación de estas vacunas ARN en el mundo.
Estas “vacunas” ARN o ADN debilitan el sistema inmune, y la inmunización anula el sistema inmune innato
Existen personas muy susceptibles y con alto riesgo que son las que realmente pueden tener las formas graves de COVID-19, sin embargo, cuando las personas se aplican estas “vacunas” debilitan su sistema inmune y se puede producir un fenómeno reconocido en los insertos de Pfizer que se llama la enfermedad facilitada por vacunas (ADE).
Esto se probó en animales que tienen un metabolismo basal muy parecido al humano, como hurones, ratones, felinos y conejos, que al ser vacunados con estos compuestos génicos desarrollaron muy buenos niveles de anticuerpos pero cuando fueron expuestos a otras cepas de coronavirus murieron por una respuesta inmunológica exagerada.
Es decir, lo que explica la doctora Bruno es parte de lo que se sabe, pero hay parte que no se sabe por ser secreto empresarial, ahora considerado superior a la vida y la salud. |
También este fenómeno ADE se produjo con la vacuna del dengue, enfermedad que puede atacar a un mismo sujeto varias veces y se desarrolló una vacuna que produjo muy buenos niveles de anticuerpos y cuando los sujetos fueron infectados nuevamente sufrieron una respuesta inmunológica tan severa que los mató, por lo cual se dejó de usar esta vacuna. Por esta mis razón fracasó la vacuna del MERS y del HIV (sida).
Es decir, nos vacunamos y podemos morir al ser expuestos a una nueva cepa o mutación.
Resumiendo, la doctora Bruno indica que con este tipo de vacunas en dos a tres años la población tendrá otro tipo de enfermedades:
1) Enfermedad neurodegenerativa por formación de priones. Ya es conocido que hay por lo menos dos secuencias de estas vacunas ARN que producen proteínas que se transforman en priones y además condicionan que proteínas endógenas se transformen en priones, agentes muy conocidos que han producido la enfermedad de las vacas locas, que es incurable y progresiva.
2) Coagulopatías. Son varios los mecanismos que son los causantes, además de los priones, porque se dañan las células endoteliales y se producen severos fenómenos de inflamación. También por daño endotelial cuando el virus usa la maquinaria de las células endoteliales y se produce antígenos que actúan sobre las plaquetas.
3) Esterilidad. Debe hacernos pensar mucho que las recomendaciones para vacunar a mujeres jóvenes incluye tomar anticonceptivos porque ya se conoce que produce abortos espontáneos. Los médicos de Cayetano Heredia (CH) dicen que no se producen abortos espontáneos en gestantes, pero eso es obvio en embarazos bien desarrollados porque allí la sincitina ya no actúa, sino en las fases de fecundación, preembrionarias y de implantación. No se dice nada del hecho de que muchas mujeres ni siquiera se percatan de que tuvieron abortos espontáneos en estas fases. Si se menciona que hay mujeres que salieron embarazadas después de vacunarse, no hay información de que el embarazo se haya producido antes o después de la vacunación porque al vacunar no se pide prueba de embarazo y no se sabe si después sufrieron abortos espontáneos en un futuro próximo.
La proteína S (spike o púa) del coronavirus tiene una gran similitud con la proteína sincitina humana, proteína que es producida por el organismo para permitir la fertilización del óvulo, la implantación del embrión y desarrollo de la placenta. Una persona vacunada con estas vacunas ARN reacciona contra la proteína S del coronavirus, y también ese anticuerpo actuará contra la sincitina. Entonces podría darse una esterilidad de largo plazo.
Investigadores de Cayetano Heredia dicen en La República que no produce aborto en gestantes. Obviamente la gestante ya tuvo fecundación, implantación y placenta formada. Se trata de que la vacuna puede inducir que no se fecunde el óculo, que una vez fecundado no se implante, o que una vez implantado no se desarrolle por fallas en la placenta.
También es sabido que el virus SARS-Cov-2- ataca los testículos por la presencia de los receptores ACE, especialmente cuando la enfermedad es grave. Se supone que los anticuerpos generados tras ponerse la vacuna actuarán contra las gónadas masculinas con la subsecuente infertilidad.
4) Enfermedades autoinmunes. Pueden desarrollarse por procesos inflamatorios crónicos y por sustancias o agentes externos que entran al organismo. Este proceso, por ejemplo, puede darse en el cáncer.
Nadie puede asegurar cuándo se va a detener la maquinaria de producción de antígenos inducida por la vacuna, pues afirman los investigadores que el ARN mensajero es de replicación controlada, que en algún momento no se replicará más pero eso no ha sido probado en animales y esto puede producir procesos inflamatorios severos que den lugar a enfermedades autoinmnunes.
Ya es conocido que el polietilen glicol de estas vacunas, que recubre las nanopartículas lipídicas que protegen el ARN inoculado también puede producir enfermedad autoinmune, anafilaxia y muerte. Por ello Pfizer recomienda tener equipos de adrenalina, etc., para estos casos.
5) Cáncer. El cáncer también puede ser producido por procesos inflamatorios crónicos y por acción de las vacunas ARN, que pueden producir mutagénesis por la replicación sin fin y la integración de este material genético extraño al genoma de la célula. Los investigadores de CH afirman que el ARN no se puede integrar al ADN de la célula. La doctora Bruno dice algo conocido: los humanos producimos la enzima retrotranscriptasa, que especialmente se eleva en muchas personas en determinadas condiciones clínicas. Es decir, un grupo significativo de la población por estas condiciones clínicas puede tener niveles altos de retrotranscriptasa, que puede permitir que se copie el ARN y pasarlo al ADN y así integrarse al genoma humano.
Entonces estamos frente a un material genético nuevo insertado en nuestras células, que conducirá con mucha probabilidad al cáncer. Así pues, el entrevistador, un bioestadista, lleva las aseveraciones de inmunólogos argentinos que hablan de mutaciones insercionales, que en parte se dan increíblemente por el uso de las "vacunas tradicionales", pues su preparación con tecnologías nuevas, como el método MRC-5, arrastrando un ARN que cause mutaciones que expliquen la terrible epidemia de cáncer que causa 30 millones de muertes al año en el mundo.
Además, en cualquier texto de cáncer se habla de los factores epigenéticos para producir mutaciones y cáncer. Está determinado que el ARN tiene la capacidad de condicionar la expresión génica, por ejemplo silenciando la expresión de genes. Es decir, funciona en el control epigenético porque tiene capacidad de regular la expresión de genes (por ejemplo, silenciando la sincitina, con las consecuencias mencionadas arriba).
El remedio peor que la enfermedad
Entonces el remedio es peor que la enfermedad. Se nos induce a vacunarnos haciéndonos creer que la inmunidad de rebaño adquirida artificialmente con la vacuna la alcanzaremos cuando todos o la mayor parte esté vacunado, negando la capacidad natural del organismo de adquirir inmunidad natural como lo ha hecho a través de la evolución, que le ha permitido existir hasta ahora.
Estas sustancias nuevas experimentales en dos o tres años producirían una epidemia de estas enfermedades crónico-degenerativas que disminuirán la población mundial y producirían un deterioro de la calidad de vida humana.
Así pues, con tantas enfermedades degenerativas los laboratorios nos proporcionarían una gran cantidad de fármacos contra estas enfermedades y serán inmensamente ricos.
La doctora Bruno lamenta que científicos como ella, que demandan debate público sobre las vacunas, son silenciados y pregunta, si una vacuna es tan buena, ¿por qué habría temor a debatir y demostrar sus bondades?
Finalmente mencionamos que las empresas fabricantes de estas vacunas mantienen parte de sustento científico de sus vacunas en secreto y obligan a los gobiernos a guardar silencio o a hacerse cargo de posibles daños a la salud.
Es decir, lo que explica la doctora Bruno es parte de lo que se sabe, pero hay parte que no se sabe por ser secreto empresarial, ahora considerado superior a la vida y la salud.
Con Nuestro Perú ha recabado opinión de investigadores científicos en Biología Molecular en los EE. UU., que por razones de trabajo no dan sus nombres y cuestionan a aquellos médicos que se lanzan a afirmar que estas vacunas son completamente buenas o malas, pues habiendo secreto en la información, simplemente no se sabe al 100% lo que sucederá con los vacunados en varios años, porque la información es parcial.
Esto quiere decir que los inmunólogos, virólogos, infectólogos, biólogos o “vacunólogos” y todos los médicos en general, han sido reducidos en parte a meros técnicos aplicadores de estos productos, y defensores ciegos de las “bondades” de vacunas que ni ellos conocen, porque se les niega la verdad científica completa por razones de secreto empresarial y por ello no pueden entender a cabalidad qué efectos tendrán los productos que están aplicando. ¿De qué hablan entonces?
Además, dado el carácter de secreto empresarial, en el supuesto de que informaran que la vacuna es buena, nadie puede decir que un frasco contenga lo que el fabricante declara, pues podría contener otras sustancias que produzcan efectos que no se quiere dar a conocer, amparándose en el célebre secreto empresarial, que debería ser abolido en el mundo en materia de salud porque la vida no es una mercancía.
Ver la entrevista completa:
https://loveotv.com/watch/entrevista-a-la-dra-roxana-bruno-sobre-la-quot-vacuna-quot-17-de-marzo-de-2-021_8ksHWaRfsvHVhFV.html