Tomates transgénicos con genes de cucaracha en nuestros platos
La manipulación genética no tiene límites en la degradación inmoral de la naturaleza. Ahora están circulando en el mercado tomates transgénicos con genes de cucarachas.
La manipulación genética no tiene límites en la degradación inmoral de la naturaleza. Ahora están circulando en el mercado tomates transgénicos con genes de cucarachas.
Dichos genes son introducidos en la planta para que sean más resistentes a las enfermedades, según publica la periodista Clara Rojas en el diario La Primera de hoy.
Se sabía de genes de peces introducidos en los tomates, lo cual es sumamente asqueroso, pero mezclar tomates con cucarachas ya excede todo límite. Lo más probable es que el material genético de la cucaracha esté siendo introducido en un número creciente de vegetales.
En el Perú la legislación todavía no está completa para obligar a los productores y vendedores a colocar la etiqueta que señale el origen transgénico de los productos, de modo que el consumidor tenga la libertad de elegir si consume o no los transgénicos.
Lobbistas convenientemente aceitados retardan la publicación del reglamento de la Ley de Bioseguridad 27104, que obliga a colocar la etiqueta de transgénico todo producto completa o parcialmente transgénico. Sin el reglamento la ley es letra muerta, para felicidad de Monsanto.
Así que ya lo sabe, tal vez usted sea vegetariano y alegremente consume vegetales creyendo que es alimentación más sana, sin saber que puede estar consumiendo monstruos vegetales mezclados con animales que probablemente le causen cáncer a largo plazo.
Especial cuidado debe tenerse con los vegetales que son más delicados ante las plagas: tomates, lechugas, coliflores, fresas, pues si no son transgénicos puede tratarse de productos con un alto contenido de pesticidas.
En este marco de falta de protección al consumidor, lo único seguro es recurrir a los productos orgánicos, pues en su cultivo no se emplean transgénicos, pesticidas, abonos químicos para su producción, ni conservantes o insecticidas para su almacenamiento y manejo postcosecha.
La presencia de transgénicos en el Perú resulta inaceptable teniendo en cuenta que somos uno de los países con mayor biodiversidad, que debemos preservar. Por el contrario, deberíamos cobrar por la utilización comercial del material genético por parte de trasnacionales voraces como Monsanto, amparadas en los TLC que no protegen a nuestro país de estas aberraciones.
Se sabía de genes de peces introducidos en los tomates, lo cual es sumamente asqueroso, pero mezclar tomates con cucarachas ya excede todo límite. Lo más probable es que el material genético de la cucaracha esté siendo introducido en un número creciente de vegetales.
En el Perú la legislación todavía no está completa para obligar a los productores y vendedores a colocar la etiqueta que señale el origen transgénico de los productos, de modo que el consumidor tenga la libertad de elegir si consume o no los transgénicos.
Lobbistas convenientemente aceitados retardan la publicación del reglamento de la Ley de Bioseguridad 27104, que obliga a colocar la etiqueta de transgénico todo producto completa o parcialmente transgénico. Sin el reglamento la ley es letra muerta, para felicidad de Monsanto.
Así que ya lo sabe, tal vez usted sea vegetariano y alegremente consume vegetales creyendo que es alimentación más sana, sin saber que puede estar consumiendo monstruos vegetales mezclados con animales que probablemente le causen cáncer a largo plazo.
Especial cuidado debe tenerse con los vegetales que son más delicados ante las plagas: tomates, lechugas, coliflores, fresas, pues si no son transgénicos puede tratarse de productos con un alto contenido de pesticidas.
En este marco de falta de protección al consumidor, lo único seguro es recurrir a los productos orgánicos, pues en su cultivo no se emplean transgénicos, pesticidas, abonos químicos para su producción, ni conservantes o insecticidas para su almacenamiento y manejo postcosecha.
La presencia de transgénicos en el Perú resulta inaceptable teniendo en cuenta que somos uno de los países con mayor biodiversidad, que debemos preservar. Por el contrario, deberíamos cobrar por la utilización comercial del material genético por parte de trasnacionales voraces como Monsanto, amparadas en los TLC que no protegen a nuestro país de estas aberraciones.