Tasas de interés, inflación y rentabilidad bancaria
Por Humberto Campodónico
En el último año, varios bancos han entrado al sistema financiero nacional, entre ellos, el HSBC, el Banco Ripley, el Banco Falabella y el Banco Azteca (hace dos días). Uno de los rasgos que caracteriza a los nuevos actores es la tendencia a la búsqueda de nuevos segmentos de mercado (crédito a las microempresas, créditos de consumo, tarjetas de crédito), distintos del crédito tradicional al sector comercial, que tiene como clientes a las grandes y medianas empresas.
Pero no se trata solo de bancos. También ha cobrado importancia el sistema microfinanciero (las Cajas Rurales, las Municipales y las Edpymes). Provienen de las distintas regiones del país y han logrado incluso una importante penetración en Lima. Sin embargo, su participación en el total de créditos otorgados sigue siendo pequeña, pues llegan a S/. 5,765 millones, mientras que el crédito del sistema bancario al sector privado llegó a S/. 70,600 millones (a diciembre del 2007).
Lo primero es que los créditos comerciales otorgados por los bancos tienen la tasa más baja (8.23% anual en promedio), mientras que aquellos otorgados por las Cajas Municipales y Rurales tienen tasas más altas (28.7 y 22.9%, respectivamente).
En segundo lugar vienen las tasas de interés a los créditos de consumo. En promedio, los bancos cobran 23%, pero hay diferencias significativas entre ellos: los grandes bancos comerciales cobran tasas del 16%, mientras que el Banco del Trabajo y Mibanco están por encima del 50%. Ripley cobra 32.1%.
La cosa cambia cuando vemos las tasas cobradas a las microempresas. En promedio, los bancos les cobran 35.54% anual, más de 5 veces la tasa de los créditos comerciales. De su lado, las Cajas Municipales y Rurales cobran tasas cercanas al 50%. Del 2005 a fines del 2007, las tasas han tenido un cierto descenso (de 46 a 35% en los bancos) y en las Cajas Municipales y Rurales (de 56% a 50%).
Sin embargo, 15 años después de que entró en vigencia la Ley de la Banca Múltiple, esta tasa sigue siendo más de 13 veces superior a la inflación anual. Este verdadero sobrecosto (mucho mayor a los mal llamados "sobrecostos laborales") no es tomado en cuenta en las propuestas empresariales actualmente en debate.
Finalmente, llegamos a las tasas a las tarjetas de crédito, que son las más altas del mercado: 35% en promedio en la banca comercial (las cajas no dan tarjetas). Aquí las disparidades son grandes: ScotiaBank cobra la más baja, 18.5%, y las más altas corresponden al Banco de Trabajo y a Ripley, con el 77.9 y 73.5%.
La otra cara de las tasas de interés es la rentabilidad de los bancos, que, según la SBS, fue en promedio 27.9% en el 2007, una de las más altas en Perú y de América Latina. Lo que hace evidente que una mayor regulación es absolutamente necesaria. Pero también brilla por su ausencia la banca de fomento, liquidada en 1990-91 por el neoliberalismo, pero que existe en casi todos los países de América Latina, tema sobre el cual volveremos en un próximo artículo.
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