Crisis en EEUU y desregulación financiera
Por Humberto Campodónico
Dos lecciones importantes deja el desarrollo de esta crisis financiera, que podría convertirse en una crisis sistémica. La primera es que a la larga, el crecimiento de la economía no puede apoyarse sobre el sistema financiero —que no crea valor— sino sobre la base productiva: la industria, la agricultura y, de manera creciente, el sector servicios, sobre todo en las tecnologías de la información y el conocimiento (TIC).
Sin embargo, en los últimos 30 años el crecimiento del sector financiero tomó preeminencia sobre el sector real. Dice The Economist que "en EEUU, la participación del sector financiero y sus servicios conexos subió del 10% al 40% del total de utilidades empresariales desde principios de los 80 hasta su pico del 2007. Y su participación en las bolsas de valores se triplicó, pasando del 6 al 19%" (21/3/2008).
En la década del 90, al mismo tiempo que crecía el sector financiero, también lo hizo y, espectacularmente, la llamada "nueva economía". Pero la gran cantidad de inversiones en las TIC provocó un exceso de capacidad —una sobreacumulación—, estallando la llamada "burbuja Internet" a principios del 2001.
A partir de ese momento, se constata un debilitamiento generalizado del sector real de la economía de EEUU, tanto de las exportaciones, de la inversión total e, incluso del consumo privado. Este último solo pudo mantenerse gracias a la creación de otra burbuja, la inmobiliaria y de bienes raíces, que estalló el año pasado.
Para analizar las raíces profundas de la crisis lo importante es superar el análisis de corto plazo. Robert Brenner, del New School de Nueva York dice que estamos aún atravesando la fase de "bajada" de la onda larga de crecimiento (la fase de subida comenzó en 1945-48 y duró hasta 1973), porque no se ha recuperado la tasa de ganancia de los inversionistas —ni la inversión manufacturera—.
Por ello, el crecimiento de los 90´s y el del 2001-2007 fue ficticio (una burbuja), que se basó en el boom del consumo y en la burbuja inmobiliaria (ambos permitidos por las bajas tasas de interés de Greenspan, ex jefe de la FED) así como los enormes déficits fiscales de Bush y la falta de regulación de los derivados de los mercados financieros, también culpa de Greenspan.
Esta es la segunda lección importante de la crisis. La caída del Bear Stearns hace 10 días fue la consecuencia de la enorme desregulación financiera que comenzó en 1986 en Londres con el llamado "Big Bang" y que significó la apertura de la cuenta de capitales de la Balanza de Pagos de todos los países: libertad total de entrada y salida de los capitales financieros, sobre todo de corto plazo.
Desde principios de esta década, en EEUU, con la excusa de aumentar el consumo doméstico, se creó un sistema complejo para "securitizar" (emplear como garantía colateral) toda una serie de derivados financieros, lo que incluyó las hipotecas basura (sub prime). Abogados y economistas yuppies de los principales bancos de inversión de Wall Street ganaron miles de millones de dólares en esta aventura especulativa (Los bancos de inversión y el socialismo de los ricos, www.cristaldemira.com, 27/8/2007).
Es por eso que ahora los principales economistas de EEUU abogan por la regulación de los bancos de inversión (que escapan al control de la FED). El propio gobierno de EEUU ha tomado cartas en el asunto y ha nombrado 4 "sheriffs", entre ellos Ben Bernanke, Jefe del FED y Hamk Paulson, Secretario del Tesoro para rescatar de las multimillonarias pérdidas al conjunto del sistema financiero.
O sea que el mercado financiero, dejado a su libre albedrío, ha mal utilizado el dinero de los contribuyentes: típica falla de mercado, agravado por la avaricia de los bancos de inversión. Lo peor es que el rescate estatal podría hacer que los contribuyentes "carguen con las pérdidas". Una vez más, la misma situación recurrente: la privatización de las ganancias, en la época de las vacas gordas, y la socialización de las pérdidas, cuando llegan las vacas flacas.
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