ProInversión y la exclusión de la inversión pública
Humberto Campodónico
La reciente discusión sobre Proinversión ha girado alrededor del mejor marco institucional para promover la inversión privada. Para algunos sectores del Ejecutivo, el problema es que Proinversión (ex COPRI) se ha burocratizado y ya no cumple con sus objetivos, planteándose su desmembramiento y el consiguiente pase de muchas de sus funciones a Comisiones sectoriales.
2007
1. Ingresos operacionales
339.9
2. Costo de ventas
-120.6
3. Utilidad bruta (1-2)
219.2
4. Costo de ventas
-86.2
-Pensiones de jubilados
60
5. Utilidad operativa
133.0
6. Gastos financieros
-2.8
7. Utilidad neta (5-6)
30.2
El problema con estas dos visiones es que solo miran a la inversión privada, excluyendo tajantemente la inversión pública, en especial a las empresas públicas. En los dos esquemas cuando se habla de "lo público", se hace referencia a las "asociaciones público-privadas", en que el sector privado provee un servicio público (una carretera o un puerto) y el Estado pone el dinero para hacerlo rentable (por ejemplo, si el peaje cobrado no "rentabiliza" la inversión, el Estado pone la diferencia). Así, cualquiera.
La falta de una visión común para abordar la inversión privada y pública proviene del fracasado Consenso de Washington, que García criticó en su discurso inaugural ("hoy están agotados los criterios del que fue llamado "Consenso de Washington". Ahora sabemos que ni la estabilidad ni las privatizaciones fueron suficientes y que por aplicarse aisladamente dejaron un saldo de pobreza y de marginación para muchos millones de seres humanos", 28/7/06). Pero aquí se sigue con la "aplicación aislada".
Sin embargo, en todos los países de la Región la empresa pública juega un rol clave, al lado de las privadas. Es el caso de Petrobrás, ECOPETROL (Colombia), ENAP y Codelco (Chile), para solo nombrar algunas. De un lado, han modernizado su gestión (Petrobrás y ECOPETROL cotizan en bolsa) y se han adoptado estrictos mecanismos de fiscalización: en ENAP, la Sofofa (equivalente de la SNI) participa en el Comité de Auditoría y en Petrobrás dos miembros de los accionistas privados participan en el Comité Fiscalizador (que tiene amplios poderes). Así se evitan problemas como los del Banco de Materiales y el INABEC.
Pero aquí no. Hace 6 meses se marginó a la alianza Petroperú-Petrobrás de la construcción de una petroquímica: la licitación la realizó Pluspetrol y el ganador fue una empresa privada, que hasta ahora no concreta su inversión. Sabemos que Petrobrás es líder mundial de la explotación de petróleo en aguas profundas y acaba de encontrar el mega yacimiento Carioca en alianza con Repsol (ojo, Petrobrás es mayoritaria con el 45%, Repsol tiene 25% y British Gas, 30%). ¿Entonces?
Lo mismo sucede con ENAPU. Se afirma que no tiene dinero y que necesita un socio estratégico mayoritario (privado, claro está). Pero la realidad es que ENAPU tuvo una utilidad neta de S/. 130 millones en el 2007. Y hubiera sido mayor si no tuviera que pagar S/. 60 millones anuales (ver cuadro) a 1,908 jubilados de la 20530 (solo son 1,736 los trabajadores en actividad). Esta carga no la tiene ninguna empresa privada y es una "bola de hierro" que el Estado le impone a las empresas públicas (sucede lo mismo con Petroperú) porque lo que se quiere es liquidarlas.
Una vez más, no hay visión de mediano y largo plazo (no hay CEPLAN) pues solo interesa "lo que quiere el mercado hoy". No se buscan las sinergias público-privadas pues se desprecia a las empresas públicas y no se quiere poner el péndulo al medio en la relación Estado-mercado. Mientras eso suceda Proinversión, en cualquier forma que adopte, seguirá impulsando el agotado, García dixit, Consenso de Washington.
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