grifo primaxNo ha sido fácil para la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP). Las deudas que arrastra desde hace años no permiten que la compañía pueda llegar a la vereda de cifras azules, a pesar de los esfuerzos que se han hecho en términos administrativos y operativos, y de los breves respiros que ha tenido, como el del año pasado cuando ganó US$ 80,3 millones durante el primer semestre.

Sin embargo, el vaivén del precio del petróleo a nivel internacional y los costos crecientes de refinación no han dejado que la firma regrese a los números azules.

Pero la compañía está trabajando en “un plan de acción”, como le llamó el ministro de Energía, Jorge Bunster, a una serie de medidas que ENAP está buscando implementar para lograr resultados positivos. Entre éstos, está la aspiración de que se elimine el impuesto de 6% a la importación de ciertos crudos, sumado a que ahora el “subsidio” indirecto que daba el gobierno a través de la estatal al gas de Magallanes se sinceró y en la partida presupuestaria de la cartera se incluyeron unos US$ 67 millones para este concepto por primera vez.

Esto permitiría que la compañía aumentara sus ingresos en unos
US$ 70 millones a sus alicaídas arcas, que en el primer semestre terminaron con pérdidas por
US$ 170 millones, donde los ingresos sumaron US$ 5.700 millones.

La mochila financiera

Pero ello no será suficiente, pues existe un lastre que impide que ENAP salga a flote: su carga financiera. Las deudas de la estatal suman
US$ 4.236 millones, de los cuales US$ 816 millones vencen este año. En un afán por ordenar los números, algunos pagos de años futuros se trasladaron más allá de 2016; sin embargo, lo que más pesa en la firma son los costos financieros de la deuda, que suman unos
US$ 200 millones al año, que consumen prácticamente todo lo que podría ganar ENAP.

Por lo tanto, este es el punto que urge resolver con prontitud: generar capital que le permita librarse de estos intereses. Las alternativas son dos: la capitalización de la compañía o la venta de activos.

La primera alternativa se ha conversado en el interior del gobierno para concretarlo durante este año. Sin embargo, esto se habría pospuesto, pues la inyección de dineros frescos a la firma, en la situación actual, se habría visto como un gasto más que una inversión.

Por ello, según fuentes del gobierno, la idea no habría sido bien recibida en Hacienda, por lo que se estaría buscando otras fórmulas para robustecer su estructura patrimonial, como le llaman.


Venta de activos

Mientras ello avanza, ENAP tendría otra alternativa: la venta de activos no estratégicos, como una forma de hacer caja y así librarse de carga financiera. Y aunque sonó la idea de desprenderse de la filial en Argentina, ello se habría descartado pues por los problemas internos en el país trasandino, el precio que se obtendría no sería conveniente.

Así, según comentan, son dos las opciones que se barajarían: desprenderse de las estaciones de servicio Primax, que tienen en Perú y Ecuador, asociados con el grupo Romero, y vender los activos en Egipto.

Fuentes cercanas al directorio dicen que esta es una idea que ronda en la firma, aunque aún no ha sido tratada como tal en la mesa. En el caso de Primax, donde ENAP entró en 2004, los números de la compañía no son públicos; sin embargo, se calcula que las utilidades bordarían los US$ 40 millones al año.

En el caso de Egipto, las operaciones produjeron unos 6,9 mil barriles de crudo al día, según datos al primer trimestre del año. En todo caso, las ganancias suman unos US$ 30 millones al primer semestre, principalmente de un yacimiento en explotación, East Rast Qattara, que produjo utilidades por US$ 35 millones durante los primeros seis meses del año. Los yacimientos en exploración, Sidi Abd El Rahnn-ya abandonado- y Rommana generaron mermas por US$ 4,7 millones, principalmente por el alto desembolso en las tareas de la operación, que no genera prácticamente ingresos.

Respecto de cuánto podrían conseguir con la venta de los yacimientos en Egipto, es aventurado señalar; sin embargo, en marzo de 2009 ENAP vendió el 50% que tenía en otro yacimiento en ese país, North Bahariya, generándole ganancias por US$ 45,7 millones.

Otra de las ideas es lograr prontamente certificar los yacimiento que la firma tiene en Magallanes, donde dicen estar convencidos que existe petróleo y gas no convencional, principalmente shale gas y shale oil.

Si es que estos eventos ocurriesen, dicen ligados a la estatal, ENAP podría finalmente alcanzar los números azules durante el primer trimestre del próximo año, en términos operacionales.