guillermo aznaran castillo

Decano del Colegio de Economistas de Lima, Dr. Guillermo Aznaran Castillo opina sobre la actual situación del Mercado Mayorista y sus posibles soluciones.

Empecemos señalando que un mercado mayorista tiene una gran significancia para el gobierno municipal, es un instrumento de regulación de precios, en la medida que recepciona los productos de primera necesidad para la población directamente de los productores, en consecuencia es el punto de partida en la formación de precios para el consumidor final que se encuentra en los diversos mercados zonales existentes en los distritos de la ciudad. Además  a través de los mercados mayoristas las municipalidades pueden supervisar el peso y la medida de los bienes alimenticios, así como su transporte y manipuleo de manera concordante con las buenas prácticas y los estándares de calidad e higiene internacionales.

 

Por otro lado debemos precisar que en una ciudad de la dimensión de lima metropolitana pueden coexistir varios mercados mayoristas, en esta caso, podemos estar localizando 3, en el este (Santa Anita), en el norte (Ancón o Puente Piedra) y en el sur (Villa el Salvador o Panamericana Sur), de esta manera podrán ingresar los productos de los valles del  norte chico y grande, los de la sierra central y  aquellos de los valles de Mala, Cañete e Ica.

Actuando así la municipalidad tendrá, tanto un manejo integral del comercio mayorista, como también alcanzará importantes economías de escala sobre los bienes que ingresan a Lima metropolitana, lográndose además una eficaz regulación de precios y estándares de calidad, consecuentemente la gestión municipal brindará un mejor servicio a la comunidad.

Un tema a debatir, es el status jurídico  del mercado mayorista, en efecto, es indispensable precisar la conveniencia que la propiedad y la gestión del mercado mayorista de Santa Anita y de los otros que puedan existir, sea privado, de tal manera que por la envergadura de la inversión y la eficiencia administrativa, este centro de comercialización se maneje con criterios de racionalidad económica; por supuesto que esto no significa que la municipalidad de Lima dejará de cumplir su rol de supervisión de la cadena de suministro de los bienes alimenticios para los consumidores, lo que equivale a controlar pesos y medidas, la calidad y la higiene de los productos, además de una real transparencia en el proceso de formación de precios, evitando el acaparamiento, la especulación, la escasez artificial y la contaminación ambiental en la comercialización de alimentos.

En conclusión, estas mejoras se pueden ahora  proyectar porque la municipalidad de Lima ha recuperado su rol normativo y rector de la comercialización de alimentos de la ciudad, esto lo ha realizado al recuperar con autoridad el espacio denominado mercado mayorista; la decisión ha demorado una década pero es el momento de implementar un modelo moderno, eficiente, eficaz y efectivo de gestión de los  mercados mayoristas  de Lima.

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