electronicosAlan Fairlie
 
Un último estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) (*) revela una proliferación de iniciativas corporativas que impulsan startups en Latinoamérica. El estudio reconoce varias potencialidades de las actividades de actores empresariales con emprendedores, fenómeno reciente para la región, basándose en información reportada por líderes de estas iniciativas corporativas en tres países: Argentina, Colombia y Perú.
 
De acuerdo a información relevada del BID (2020), empresas de todos los sectores trabajan con startups. El Gráfico 1 permite notar que dos de cada tres empresas o corporaciones que trabajan con startups cuentan con al menos 2000 empleados. Los datos del BID también revelan que la mayoría de corporaciones con un acercamiento a startups, tienen presencia en varios países de la región y solo 1 de cada 5 opera fuera de América Latina.
 
Cuando se les consultó a los principales líderes de estas iniciativas corporativas respecto a sus motivaciones para trabajar con startups, estas reportaron tener un mayor interés en integrar innovaciones generadas por los startups. Más aún, reportaron tener un mayor interés en startups ligadas a la transformación digital o la revolución 4.0. Cabe destacar que estas incursiones de las corporaciones en el mundo del emprendimiento son recientes: 2 de cada 3 empresas que trabajan actualmente con startups reportaron haber apoyado ese tipo de iniciativas desde 2015.  En vista de ello, el BID recomienda avanzar hacia una mayor comprensión y compromiso más profundo con el emprendimiento. Después de identificar modelos organizativos más ágiles, dicho organismo recomienda que se ponga a disposición de estas iniciativas recursos humanos y presupuestos más adecuados.
 
 
Gráfico 1: Distribución de empresas que trabajan con startups por tamaño
(en %)
empresas trabajan start ups BID
Fuente: BID (2020)
 
 
Este debe ser un pilar en la estrategia peruana, hacia una economía digital. No solo el estado debe aumentar su inversión en innovación, ciencia y tecnología, sino que las empresas son actores fundamentales en cualquier estrategia que se impulse. La pandemia ha evidenciado el abandono del sector por los gobiernos, pero también la calidad de científicos que tenemos pese a la precariedad de recursos con los que trabajan. No hay escala suficiente y debe impulsarse la carrera del investigador, pero también articular esfuerzos con el sector privado, la academia y las unidades especializadas de las fuerzas armadas. Debería ser una política de estado en el Bicentenario. 
 
 
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