Alan Fairlie Reinoso
El vicepresidente de la República planteó hace poco endeudarnos usando como garantía el Fondo de Defensa, para atender el urgente requerimiento de equipamiento y gastos varios que son indispensables. El ministro de Defensa y el presidente de la respectiva comisión del Congreso han manifestado su apoyo a la iniciativa, por lo menos considerarla seriamente.
El presidente de la República en su balance de los 6 meses de gobierno, estuvo debajo del retrato de Grau, pero no hizo ninguna alusión al tema, ni tampoco del balance de nuestra inserción internacional, ni del último gravísimo impasse con Chile. Nuestro Canciller responde a un diario chileno, pero no pone por escrito una respuesta reafirmando la posición nacional sobre las dos notas que sobre el punto ha emitido la cancillería del sur.
Diversos sectores han tomado conciencia de la gravedad de la situación y se están pronunciando o tomando importantes iniciativas. Es el caso del proyecto de relanzamiento de nuestra Marina Mercante, presentada por el congresista Negreiros, el pronunciamiento del Colegio de Ingenieros sobre la necesidad de utilizar el gas para cambiar la matriz energética, contribuir a la industrialización del país y dejar como última prioridad su exportación (que como sabemos se pretende entregar a Chile), y pronunciamientos de diferentes personalidades que llaman a cautela en la relación bilateral y la necesidad de acudir a la Haya.
Es fundamental generar un crecimiento sostenible, pero también hacer los gastos necesarios en defensa que desarrollen un adecuado Poder Nacional. Independientemente de las limitaciones que hemos señalado en la estrategia seguida para conseguir lo primero, hay un esfuerzo del gobierno en el gasto de infraestructura y social que se debe fortalecer, para fomentar la cohesión social indispensable, combatiendo la exclusión social, pobreza y desigualdad.
Pero, como decía el profesor Samuelson, en un conocido ejemplo los países debían tener un equilibrio en sus gastos entre mantequilla y cañones. El Perú de manera suicida disminuyó, casi eliminó este gasto en los noventa y ocurrió lo del Cenepa, que pudo ser mucho peor si no es por el heroísmo de nuestros soldados. Por mantener débil en términos políticos a la Fuerzas Armadas, se continuó esta política durante Toledo(con asesor presidencial chileno incluído).
Este gobierno habla de un núcleo básico de defensa con un mísero presupuesto de 650 millones de dólares en varios años.(frente a la desaforada carrera armamentista del sur).El ministro ha hecho público un reporte sobre las limitaciones en la operatividad de la Defensa que obliga a un importante gasto inmediato. Las propuestas del Vice-presidente no solo son correctas sino de la mayor urgencia. Algo similar ocurre con el tema de ciencia y tecnología(que incluso ha disminuído su presupuesto),lo que desarrollaremos en otro artículo.
Es necesario endeudarse? No. Las más altas autoridades del país parece que no han sido informadas de la existencia de alrededor de 10,000 millones de soles en depósitos de libre disponibilidad que tiene el gobierno en el BCR. Se podrá decir que hay gastos que hacer para compromisos de la deuda externa, pero esos no tienen ni la urgencia ni la prioridad que tiene la Defensa Nacional. Se podría de inmediato gastar lo del núcleo básico y otro tanto para las compras en lo que los Institutos Armados ya han definido que se necesita.
Esto supone conformar una comisión al más alto nivel que establezca los mecanismos necesarios, en la forma que se requiera, para evitar comisiones y eventuales negociados que ocurrieron en el pasado. El señor Presidente tiene la palabra.