Por Humberto Campodónico
Dice el Marco Macroeconómico Multianual 2010-2012 del MEF que en el 2009 la inversión privada caerá del 22.4 al 19.8% del PBI, lo que equivale a 10,000 millones de soles. Pero de eso no se habla en la prensa pues todos los reflectores están puestos en la “desastrosa” performance de la inversión pública que, sin embargo, de enero a setiembre del 2009 ha crecido más del 30% en relación con el 2008.
Así, la culpa del crecimiento cero en el 2009 se atribuirá a la “desastrosa” gestión del Estado y no a la caída de la inversión y el consumo privado (el 85% del PBI). Tampoco se dirá nada, claro, sobre el empeño de la gestión neoliberal en los últimos 20 años de empequeñecer al Estado para después, o sea hoy, culparlo de todos los males.
Este año los ingresos por impuestos internos caerán a S/. 50,000 millones, S/. 8,000 millones menos que el año pasado y, en porcentaje del PBI, también según el MMM, bajaremos de 15.6% a 13.8% del PBI. La causa es la desaceleración general de la actividad económica pero, sobre todo, la caída de los impuestos mineros y de los ingresos arancelarios por las rebajas unilaterales de Carranza en el 2007. O sea, un problema de modelo y de inserción internacional.
Pero la discusión, hoy, gira en torno a las exoneraciones tributarias a la selva aprobadas en el Congreso y del posible veto del Ejecutivo (1). Pero es tanto o más importante discutir las exoneraciones tributarias al sector financiero.
Dice, otra vez el MMM (2), que la exoneración del IGV a las pólizas de seguros de vida y a las ganancias de capitales en el mercado de acciones serán en el 2009 de S/. 252 y 26 millones (no dice el MMM que las exoneraciones a los tenedores de bonos generarían S/. 200 millones adicionales). Señores, esos temas no se tocan; solo vale hablar sobre los amazónicos.
¿Acaso se discute sobre la inaceptable ampliación de la brecha entre salarios y utilidades como porcentaje del PBI (la “boca de cocodrilo”) justo en los años de crecimiento económico? ¿Se dice algo sobre el estancamiento general de los sueldos y salarios (ver Nota Semanal del BCRP, Cuadro 82) y del salario mínimo? ¿O sobre el aumento de la pobreza y la desigualdad en la sierra rural?
No. Por el contrario, el congresista Eguren dice que ya no se discutirán en el proyecto de Ley General del Trabajo (que ya lleva 5 años en el Congreso) los puntos “donde no hay consenso”, lo que equivale a favorecer a los empresarios (“Se necesita flexibilidad laboral”, El Comercio, 1/10/09).
Sucede que en este año de crisis económica global, donde se ha demostrado el fracaso del libre albedrío de los mercados, en el Perú, sin embargo, la derecha económica sigue fijando la agenda que le da la gana: no hay proyecto de largo plazo (el Ceplan está pintado), se gobierna con decretos legislativos y decretos de urgencia, no hay avances en la lucha contra la corrupción (los dictámenes sobre Petro Tech están parados), se continúa con la privatización de puertos (sin buscar la competencia en el sector) y las empresas públicas languidecen.
Hay dos excepciones: el gas de Camisea y los decretos legislativos que llevaron a la crisis de Bagua. Ambos son claves y podrían constituir el punto de partida para el cambio de la agenda económica y política. Pero la oposición aparece desarticulada, débil y sin ideas claras en el terreno económico y político.
Mientras, la derecha prosigue su estrategia de blindaje del modelo económico montando diversas iniciativas para que nada cambie en el próximo gobierno. Así, en este año de debacle mundial de la “libertad de los mercados”, aquí el péndulo no se ha movido: sigue bien arriba, ahí, a la derecha.
1) La discusión es importante y nuestro criterio es que sean las propias regiones las que determinen si las mantienen o no pues, en algunos casos, el mantenimiento de las exoneraciones es aprovechado por grupos de interés.
2) Ver el anexo C en http://www.mef.gob.pe/ESPEC/marco_macro.php.
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