Por Humberto Campodónico
En el 2008, la inversión pública (IP) de los tres niveles de gobierno (central, regionales y municipalidades) fue de S/. 13,700 millones. Para el 2009 el presupuesto apertura de la IP fue de S/. 14,500 millones. Pero en febrero del año pasado, a los acordes del Plan Estímulo, el gobierno subió la meta de IP a la espectacular cifra de S/. 31,415 millones, es decir, se tenía que invertir 137% más que en el 2008.
Este monto “voluntarista” de IP era imposible de cumplir, como es absolutamente evidente para cualquiera que sabe leer y escribir, multiplicar y dividir. Pero eso era lo que se le exigía a la inversión estatal. Mientras tanto, poco o nada se dice en los medios de comunicación sobre la inversión privada. ¿Qué sucedió con ella? Pues que tuvo una disminución de 15% en el 2009.
Terminado el 2009 tenemos que los tres niveles de gobierno alcanzaron una inversión devengada de S/. 20,259 millones, 52% más que en el 2008. Verdaderamente notable, sobre todo cuando en el 2008 y en el 2007 ya había aumentado en 40% con respecto al año anterior.
Sin embargo, el congresista Juan Carlos Eguren y otros economistas siguen afirmando que el gobierno tuvo una “pobre performance” porque “sólo cumplió el 64%” de la meta de IP (20,259/31,415). Según ellos, por esta “ineficiencia” de la IP es que no se han cumplido las metas de crecimiento del PBI. Increíble, pero cierto. La verdad es que, por primera vez en muchos años, la IP superará el 5% del PBI, resucitando de los niveles de 2.8% del PBI a los cuales retrocedió varios años durante el gobierno de Toledo, para reducir el déficit fiscal. Ahora bien, el aumento cuantitativo de la IP no nos informa aún sobre la calidad de la misma, lo que debe tener un monitoreo adecuado.
Según la Nota de Información y Análisis # 8 de Propuesta Ciudadana (1), el gobierno central tuvo un aumento del 100% con respecto al 2008, sobre todo debido a las inversiones que le corresponden al Ministerio de Transportes (en total fueron S/. 3,308 millones), donde destacan las concesiones viales en el marco del IIRSA (Odebrecht).
En el caso de los gobiernos regionales, dice Propuesta que destacan Ancash, Arequipa, Cusco, Moquegua, Pasco y Puno. Los gobiernos locales más destacados son Pasco, Moquegua y Ancash donde, sin embargo, “es necesario un análisis más detallado del tipo de proyectos ejecutados para tener una apreciación más informada” (ídem).
Dicho esto, no cabe la menor duda de que el aumento de la IP en carreteras y caminos rurales, electrificación rural, agua y desagüe, educación (colegios) y salud (postas médicas) va a repercutir positivamente en la población (y también, como siempre en el Perú, va a ser aprovechada políticamente). El problema de fondo es que la IP no se enmarca en un Plan Nacional de Desarrollo y hasta ahora es, más bien, una sumatoria de demandas descoordinadas y desiguales. Otro problema es la falta de transparencia sobre la magnitud de los dineros y ahorros fiscales, ya que el Fondo de Estabilización Fiscal está pintado en la pared y el MEF los maneja “como les da la gana”. Lo más importante es que aún no hay Reforma del Estado (meritocracia y homologación); si la hubiera, la calidad (y no solo la cantidad) estaría asegurada.
Dicho todo esto, está muy bien que el atleta de la inversión pública haya saltado 52% más que en el 2008. A pesar de los denodados esfuerzos de algunos por “matar al Estado” y de otros por no querer reconocer que el aumento de la inversión pública en infraestructura, educación y salud es algo que el Perú tiene que recuperar, venga de donde venga.
(1) Verla en www.propuestaciudadana.org.pe
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