Humberto Campodónico
Actualmente se discute en los EE. UU. si la Ley de Administración de Exportaciones de 1979 debe seguir vigente pues prohíbe la exportación de petróleo crudo. ¿Por qué? Porque EE. UU. está atravesando un extraordinario aumento de la producción de petróleo y gas llamados “no convencionales” (“shale”, en inglés). Y las empresas quieren exportar su producción excedente.
Primera pregunta, ¿cómo así tiene EE. UU. una ley que prohíbe una actividad tan elemental como la exportación? Bueno, la ley existe debido, en gran medida, a los problemas geopolíticos de fines de los 70 del siglo pasado y no solo se aplica al petróleo.
Veamos. La ley dice que la restricción de exportaciones se dará “cuando sea necesario para garantizar la seguridad nacional fundamental, la política exterior o problemas de abastecimiento de corto plazo”. Agrega que también “se pueden restringir las exportaciones de bienes, cuando sea necesario para proteger la economía nacional de la salida excesiva de productos escasos y para reducir impactos inflacionarios serios que provengan de la producción extranjera”.
Caramba. Se habla de seguridad y de protección. También que los productos extranjeros podrían ser más caros que los nacionales, lo que trae inflación. ¿Y dónde quedó el “costo de oportunidad”? Pues subordinado a los “intereses nacionales” de EE. UU.
Actualmente la ley se aplica solo a algunos productos, entre ellos el petróleo, producto en que el país es deficitario (las importaciones ascienden a US$ 433,000 millones anuales, el doble del PBI del Perú). ¿Y cómo funciona en la práctica? Así: “quien desee exportar solo puede hacerlo si el Departamento de Comercio le otorga una licencia, basada en evidencia de que esto se hace por el “interés nacional” (1). ¿Qué les parece?
Y aquí volvemos al principio: si bien EE. UU. sigue siendo deficitario, la revolución del “shale oil” ha aumentado la producción de 5.0 a 7.4 millones de barriles diarios del 2008 al 2013. Y la producción de “shale gas” ya superó al gas convencional. Un reciente informe del gobierno dice que en el 2020 EEUU será el productor # 1 del mundo en hidrocarburos y en el 2035 alcanzará el autoabastecimiento (2).
Pero, entonces, ¿por qué se quiere exportar “shale oil” si EE. UU es aún deficitario? La respuesta: el “shale oil” es petróleo “ligero” y las refinerías del Golfo de México están preparadas para procesar petróleo “pesado” de Venezuela, México y Canadá. En síntesis: mucho “shale oil” se va a quedar bajo tierra, pues no se puede refinar en EE. UU. y tampoco se puede exportar por la Ley de 1979. De allí la presión para modificarla.
Ya. Pero hay más.
El flete del petróleo por barco desde los yacimientos de “shale oil” hasta las refinerías del Golfo de México casi cuadruplica el flete desde esos mismos yacimientos hasta las refinerías de Canadá. Esto se debe a la Ley Jones de 1920, que dice que todo el cabotaje doméstico se debe realizar en buques 100% de propiedad norteamericana, construidos en EEUU y tripulados por norteamericanos.
¿Por qué subsiste esa Ley? Dice el armador Tom Allegreti: “porque hay más de 40,000 barcos bajo la Ley Jones, poniendo esa flota a disposición de la seguridad nacional; además alimenta la economía con más de 70,000 empleos, y ayuda a la seguridad interna al mantener el transporte en manos de ciudadanos de EE. UU.” (3).
Así, EE. UU. tiene una ley proteccionista que encarece los costos del cabotaje doméstico por seguridad nacional, flota nacional y empleo, entre otros. La que se suma a la Ley de 1979, que explícitamente prohíbe las exportaciones de crudo.
Bienvenidos todos al mundo real, que, claro, no es el mundo de “la” teoría económica, como si solo hubiera “una” teoría y no varias escuelas de pensamiento.
“Teoría” autocomplaciente que solo se lee y se mira a sí misma y no dice cuáles son los intereses económicos de empresas de carne y hueso que están detrás.
Que en el Perú justifica la exportación del gas del Lote 56, aún cuando no hay suficiente gas para el mercado doméstico.
Y que en el Perú se pueden cerrar todas las refinerías e importar el 100% de los combustibles (aún cuando Talara es rentable). Que la seguridad energética no existe ni, menos, los intereses estratégicos.
Algo que no hace ni el liberal Uruguay que, sin tener una gota de petróleo, acaba de terminar la desulfurización de su refinería. Ni tampoco EE. UU., el súper campeón. Pero, ojo, no del capitalismo de “la” teoría económica, sino del de a verdad.
(1) Bloomberg, 17 de julio 2013: http://mobile.bloomberg.com/news/2013-07-17/lift-the-ban-on-u-s-oil-expo...
(2) http://www.forbes.com/sites/rickungar/2012/11/12/iea-report-usa-set-to-b...
(3) Petróleo y el fantasma de 1920, Wall Street Journal, 13/09/2012
La República, 23.12.2013