Por Jorge Manco Zaconetti
La rentabilidad social, ambiental, económica
Si hubiese una clase empresarial capitalista moderna identificada con el desarrollo nacional de nuestro país, la presencia de una petrolera estatal fortalecida como PetroPerú, gestionada con eficiencia y transparencia sería una necesidad, una condición técnico/ material para la producción y reproducción de la economía en razón del carácter estratégico e importancia de los combustibles.
En tal sentido, como se extraña la posición patriótica de don Luis Miró Quesada de la Guerra como director de “El Comercio” que hacia los años 40 y 50 del siglo pasado escribía editoriales por la recuperación del petróleo cuestionando la presencia ominosa de la IPC filial de la Standard Oil miembro de las Siete Hermanas.
Igualmente llamaría extrañeza la posición de conspicuos miembros de la oligarquía como Pedro Beltrán, Francisco Graña Garland, los banqueros Wiese, Miró Quesada que se oponían a la expansión de la IPC filial de la Standard Oil que pretendía explotar los yacimientos del desierto de Sechura, bajo el supuesto que existían importantes recursos hidrocarburíferos en su subsuelo.
En esos tiempos, la tesis patriótica que aglutinaba a miembros de la oligarquía, sectores industriales, clases medias, y trabajadores apostaba por la presencia del Estado en la explotación del petróleo por medio de la Empresa Petrolera Fiscal (EPF) tanto en Piura y la selva.
Por ello, hacia fines del gobierno del presidente Oscar R. Benavides (1933/1939) un político que sería calificado de “derechas”, firmó el decreto donde se dio partida de nacimiento a la EPF lo que sería el antecedente histórico de la petrolera estatal PetroPerú S.A.
Su equivalente ahora sería que importantes representantes de los grupos económicos como Dionisio Romero, Roque Benavides, Rodríguez Pastor, Hochschild, Belmont, etc. entre otros se identifiquen con una petrolera estatal en salvaguarda de sus propios intereses y del interés público.
En Chile, sea el gobierno conservador, socialista o demócrata cristiano, el interés público exige la presencia de una petrolera estatal para el abastecimiento seguro, oportuno a precios competitivos ¡Sirva de ejemplo el caso de ENAP de Chile, con Pinochet o la Bachelet ha sido y es una garantía de seguridad energética!
¿Por qué una petrolera fortalecida?
Una empresa petrolera estatal fortalecida e integrada en sus diversas fases operativas explotación, refinación, transporte, distribución y comercialización (grifos), rentable, eficiente con producción de combustibles limpios. Abasteciendo de manera segura y oportuna a nivel nacional de combustibles a precios competitivos, allí donde no llegan las empresas privadas.
No hace mucho hasta el 2015 la única empresa que abastecía de combustibles a la región amazónica era PetroPerú, a pesar que no podía recuperar el impuesto general a la ventas (IGV) del 18 %, por la exoneración de impuestos que rige en la Amazonía.
Es decir, PetroPerú tenía que pagar el 18 % en sus compras de crudos, sea en la producción de la refinería de Iquitos, o los combustibles que se transportaban de la refinería de Talara a la selva. Por ser empresa pública el Ministerio de Economía y Finanzas no le devolvía ni le reconocía el IGV ni como crédito fiscal, lo pagado por la empresa estatal.
Ello le significaba un promedio de 250 millones de soles al año por ingresos no reconocidos. En la práctica era un subsidio que hacía la empresa a la economía de la selva que lamentablemente no se reflejaba en menores precios del transporte y flete.
En el mismo sentido, el último acuerdo con los representantes de los transportistas y el gobierno que paralizaron el país, con cientos de camiones obstaculizando en las carreteras el transporte de carga pesado. En conclusión PetroPerú por ser empresa estatal a pesar de su autonomía y estar sujeta al régimen privado, tendría que vender a un menor precio el diésel 2 para el transporte de carga pesada.
Ello le representaría otorgar un subsidio de por lo menos 22 millones de soles mensuales, solamente por ser una empresa del Estado. Ello podría ser posible si el MEF le reconoce el monto como subsidio explícito, que debe ser compensado de alguna manera. De lo contrario ¡Los platos rotos los asumiría PetroPerú!
PMRT: Rentabilidad a pesar de todo
En la presente coyuntura arrecia una campaña en contra el Proyecto de Modernización de la Refinería de Talara (PMRT), de parte de sectores supuestamente liberales que argumentan como siempre que mejor hubiese sido invertir los US$ 5,000 millones que costaría el proyecto en educación y salud, soslayando el carácter estratégico que tienen los combustibles en la reproducción del sistema económico.
Es más, argumentan que si solamente producimos un poco más de 50 mil barriles diarios, no tendría sentido ampliar la capacidad de planta de la refinería de Talara de 65 mil barriles diarios a 95 mil. Lo eficiente sería, se argumenta, importar el total o gran parte de los combustibles de terceros países.
Es decir, los sectores liberales apuestan por la vulnerabilidad energética, convertirnos en una “república bananera”, incapaz de producir sus propios combustibles, que representa una actividad industrial de valor agregado.
Es más, la seguridad energética no puede depender de las importaciones de crudo y derivados, menos aún si el país no tiene una flota mercante nacional de transporte de combustibles, pues en el pasado se privatizó la filial de PetroPerú, Transoceánica responsable del transporte marítimo y cabotaje.
Tampoco se reconoce la rentabilidad del proyecto PMRT con una tasa del 7 % como tasa interna de retorno (TIR) que pudo ser mayor si hubiese decisión política en un Estado cuyos representantes desde el 2012 a la fecha han bombardeado el proyecto pues más de un ministro de economía con supina ignorancia lo consideraba un “elefante blanco”
Nuevos procesos industriales
Se soslaya que con la modernización y los nuevos procesos industriales como el retiro de azufre, la planta de tratamiento de crudos pesados, ampliación a una capacidad de refino de 95 mil barriles diarios, planta de ácido sulfúrico, nuevas plantas de craqueo catalítico y destilación al vació, planta de nitrógeno, entre otras estaremos ante un refinería de las más modernas en esta parte del mundo.
Por ello, los márgenes de refino se ampliarán de US$ 3 a 5 US $ pasarán a US $ 12 a US $ 15 dólares según el tipo de combustibles, con una producción de casi 44 mil barriles diarios de diésel 2 con 50 partes millón de azufre, es decir un combustible limpio. Este combustible tiene un mercado asegurado y creciente, donde la competencia no refina ni la mitad de este derivado.
La producción de gas licuado de petróleo (GLP) en Talara se incrementará en un 50 % pasando a producir un promedio de 7,500 barriles diarios de GLP, que se aumentaría en 1,000 barriles adicionales, si PetroPerú fuera responsable de la Planta de Fraccionamiento de Gas Pariñas que hasta el 2023 será operada por el Consorcio Savia.
Producto de su modernización gracias al PMRT se procesarán los más de 40 mil barriles diarios de crudo pesado que se extraerían de los lotes de la selva norte, tales como la producción del 192, 8, 67 y 95. Esta producción se exporta a precios castigados por su condición de crudo pesado, pero gracias al PMRT serán convertidos en gasolinas y diesel de buen octanaje y limpios
Igualmente gracias al PMRT se experimentará una reducción significativa en la producción de los petróleos industriales que serían aprovechados al máximo para producir gasolinas limpias. Es más, la competencia refinera La Pampilla de Repsol podrá procesar sus residuales industriales en la refinería de Talara, si hubiera política energética.
Ácido sulfúrico rentable
Al separar el contenido de azufre del petróleo sobre todo pesado que se produce en la selva norte y del que importa del Ecuador, ese azufre gracias a la tecnología será convertido en ácido sulfúrico (H2SO4) un insumo industrial de primordial importancia en la petroquímica básica.
Con el ácido sulfúrico se podrá cubrir las necesidades de los grandes proyectos mineros de cobre y oro que en la tecnología de la lixivialización para separar el contenido de cobre y oro, demandan importantes volúmenes de este insumo industrial. Es más, las sinergias entre el gas natural, los fosfatos de Bayóvar y el ácido sulfúrico podría dar partida de nacimiento a fertilizantes de mayor valor agregado, en lugar de estar exportando los fosfatos prácticamente como “piedra chancada”
Tanto interna como externamente hay un mercado para el ácido sulfúrico en especial antes de la crisis del 2008 cuando su precio se cotizaba hasta por un valor de US $ 300 dólares la tonelada. Ahora su precio es mucho menor pero este sería un subproducto rentable.
Problemas empresariales
En verdad, debiera preocupar la demora en la construcción del PMRT y las paralizaciones de empresas contratistas con la española Técnica Reunidas, por diversos incumplimientos de pago, problema que compartimos por los evidentes sobrecostos pactados en el contrato. En el fondo es evidente la falta de financiamiento y el pobre respaldo del Estado a un proyecto necesario y rentable a pesar de todo.
Estos problemas en parte se explicarían por la pretensión original de Técnicas Reunidas de hacerse responsable de las inversiones auxiliares que fueron proyectadas inicialmente por PetroPerú en no más de US $ 900 millones, y que los españoles aspiraban incrementar sustancialmente por encima de los US $ 1,250 millones. Al no haber acuerdo fueron licitadas recién en el 2017 con todos los problemas que ello conlleva a un valor de US $ 765 millones de dólares.
Sin embargo, compartimos la preocupación sobre estas demoras y la falta de acuerdo entre las empresas que han sido sub contratadas por la española Técnicas Reunidas, pues ello implicará mayores costos financieros si la postergación de la entrega va más allá de los plazos contratados. Entre moras y castigos resultan previsibles millonarias compensaciones que tendría que asumir PetroPerú.
En verdad, la falla de origen está relacionada con el modelo de modernización del PMRT por partes donde la responsabilidad mayor está a cargo de Técnica Reunidas valorizadas en US $ 2,685 millones de dólares por las unidades en proceso que se mantiene invariable en el tiempo.
El valor en las inversiones auxiliares ha sido valorizado en US$ 765 millones a cargo de otras empresas y está demostrando sus limitaciones, cuando debió ser la misma Técnica Reunidas desde un principio (2010) la responsable del conjunto de la inversión.
Estos desacuerdos empresariales son una práctica común en el sector de hidrocarburos, pues cada lado trata de jalar “agua para su molino”. Al margen de las instancias internacionales por futuros litigios que se puedan manifestar el gobierno en representación del Estado peruano debe asumir su responsabilidad, de un proyecto mal tratado y torpedeado por gobiernos anteriores.
En tal sentido, se debiera entender que la integridad vertical con lotes petroleros propios en sus operaciones le daría un mayor flujo de caja para financiar las inversiones del PMRT. A pesar de todo contra viento y marea el proyecto en su parte principal tiene un avance físico del 73% y sería una desgracia que se siga retrasando por falta de financiamiento de una inversión que ha sido declarada de interés público.