Jorge Manco Zaconetti
Ahora que los precios internacionales del petróleo se disparan por encima de los US$ 100 dólares el barril, producto del conflicto entre Rusia y Ucrania, es más urgente y necesaria la masificación del gas natural a nivel nacional en especial a las regiones del centro y sur del país.
Junto a ello se debe apostar por el fortalecimiento de PetroPerú con producción propia de petróleo y gas natural como empresa que debe liderar el proceso de masificación, como lo ha hecho Colombia y Bolivia en su momento por medio de sus empresas estatales.
Con la recuperación de la economía mundial, la agudización del conflicto en Europa, la pugna por la hegemonía entre China y Estaos Unidos, todo hace prever que los precios de los hidrocarburos se incrementen de forma sostenida.
El Perú es un importador neto de petróleo, pues de los 260 mil barriles diarios que constituye la demanda de combustibles, entre ellos 120 mil barriles diarios de diésel 2 limpio importamos el grueso, como también 25 mil barriles diarios de gas licuado de petróleo (GLP), y más de 80 mil barriles de petróleo crudo, y la producción local de petróleo no produce más de 40 mil barriles diarios, por una serie de razones que se relacionan en el fondo con el fracaso de la privatización en el sector.
Por ello la guerra declarada entre Rusia y Ucrania nos afecta gravemente, pues se trata de un gran productor de petróleo y gas, con más de 9 millones de barriles de producción diarios, y el más importante productor de gas a nivel mundial por medio de la empresa estatal Gazprom que produce 1.523 millones de metros cúbicos por día.
Se puede decir que más de un tercio de la demanda de gas natural de Europa Occidental (Alemania, Francia etc.) dependen de las exportaciones de la Rusia de Putin.
Es más, Ucrania al margen de ser un importante productor de trigo con las tierras más negras más ricas de Europa, es también un gran productor de urea. Prácticamente el 90 % de las compras que hace nuestro país de este fertilizante necesario para la agricultura provienen de Ucrania.
EFECTO MÚLTIPLE
Se puede decir que el efecto combinado del conflicto entre Rusia y las potencias occidentales que usan a Ucrania como alfil, para nuestro país son múltiples. Por un lado, se incrementan los precios del petróleo y derivados, entre ellos el diésel, gasolinas y GLP, con lo cual no es de extrañar que las gasolinas en el mercado local se disparen a más de 20 soles el galón, lo cual ya está sucediendo con las gasolinas de alto octanaje.
El caso más grave es el problema del GLP cuyos precios se ajustan a factores internacionales, marcador Mont Belvieu de Estados Unidos, cuando más del 80 % de la demanda local de GLP se obtiene a partir de los líquidos de gas natural sobre todo de Camisea, de allí la importancia de renegociar los contratos de Camisea, en especial del lote 56 que está destinado a la exportación.
En tal sentido, sin ser tremendista no extrañe que el balón de 10 kilos de GLP se dispare a los 100 soles, lo cual afectaría duramente a los hogares de bajos ingresos, y ningún subsidio estatal sería sostenible. Ni elevando el FISE de 20 soles a 25 soles por balón para los más de 1.8 millones de peruanos, se resuelve el problema.
Tampoco sería sostenible el llamado Fondo de Estabilización de Combustibles, que ya subsidia con más de tres millones de soles diarios a las refinerías e importadores del país.
En resumen, la economía peruana se verá afectada por los incrementos de los precios del petróleo y derivados, de los alimentos como el trigo, la cebada y el maíz y los fertilizantes.
Sin embargo, la solución desde el punto de vista nacional y del interés público radica en la urgente masificación del gas natural a partir de las reservas probadas del lote 88 que tiene precio regulado entiéndase barato.
Para ello, se tiene que superar el dogma liberal sobre la llamada subsidiaridad del estado que ha quedado en el tintero con el “Plan Reactiva Perú”, donde el estado transfirió 60 mil millones de soles ( más de US $ 17 mil millones de dólares) a las empresas privadas para enfrentar las consecuencias perversas de la crisis sanitaria en el 2020.
En tal sentido, se debe apostar por la inversión pública en la construcción de gasoductos regionales en el centro y sur del país, no solo por sus efectos reactivadores sino para enfrentar los altos precios del crudo y derivados. Para ello, se debe establecer una “tarifa plana” a nivel nacional que haga factible y atractiva la demanda de gas natural en las regiones andinas del país, como Ayacucho, Huancavelica, Junín, Apurímac, Cuzco, Arequipa entre otras.
Por ello, debe aprobarse el proyecto de ley Nº 679/2021-PE, presentada por el poder ejecutivo el 10 de noviembre del 2021, que propone la “Ley que Establece medidas para Impulsar la Masificación del Natural”, un proyecto integrador, técnico y racional que haría posible la masificación en el mediano plazo.
Hoy es más urgente que nunca apostar por la autonomía energética consumiendo los recursos hidrocarburíferos que tenemos en abundancia. No se justifica que los peruanos tengan que pagar altos precios del GLP, y gasolinas teniendo los recursos del gas natural en Camisea, Piura y Ucayali.
Diario Uno