Por César Córdova Ponce
Se las ha puesto al frente de multitudinarias marchas defendiendo los intereses de las plantas conserveras, en donde laboran en condiciones muy precarias, en contacto permanente con agua, ambientes húmedos y cambios bruscos de temperatura; allí y sin capacidad para organizar un reclamo, permanecen casi todo el día de pie en la misma posición frente a las mesas de metal, sobre la cual realizan el corte y fileteado del jurel, caballa o anchoveta con tijeras o cuchillos, con presencia casi segura de callos y heridas en la palma de sus manos; son potenciales prisioneras de la neumonía, pleuresía, artritis, dolores musculares, resfriados, etc. y soportan con resignación a sus dos enemigos declarados como son el uso frecuente del agua y el ambiente frío de las plantas, a los que tienen que hacer frente sin guant! es y sin impermeables.