Crece el mercado del turismo extremo de lujo, la aventura más refinada
Desmotivación vital y reconocimiento social, las principales razones para su práctica. El impacto medioambiental es uno de los problemas de este tipo de turismo
Ver el Titanic a 3.800 metros de profundidad, subir el Everest y el K2 durante unas vacaciones, hacer carreras en el desierto o viajes al espacio son algunos de los ejemplos de un turismo extremo de lujo que ya no se limita a exploradores o atletas. Hace unos años solo se dedicaban a esto aquellos que entrenaban a diario; hoy estas actividades están popularizándose para ciertos públicos.