Chile clausura escuelas peruanas y hostiliza a los peruanos en Tacna
Raúl Porras Barrenechea escribe sobre la chilenización de Tacna (I). El robo de un pueblo no prescribe nunca.
Iglesia de Tacna durante la ocupación de los rufianes chilenos.
La chilenización de Tacna y Arica en 1900 y 1901
Escribe: Raúl Porras Barrenechea
Chile evadía la realización del plebiscito porque la población de Tacna y Arica era íntegramente peruana y había dado pruebas en diez años de su ferviente adhesión al Perú.
El gobierno chileno se decidió entonces a reducir esa población a la soberanía chilena haciendo uso de la fuerza.
La política de chilenización se inició el año 1900, clausurando las escuelas peruanas, aumentando la guarnición militar de Tacna, llevando colonos y obreros chilenos, estableciendo una Corte de Justicia en Tacna, incorporándola así al organismo administrativo chileno y hostilizando en general a todos los habitantes peruanos. Se creyó que con estas medidas Chile obtendría una situación favorable en el plebiscito por realizarse, pero resultó al contrario que todos esos actos avivaron el sentimiento patriótico de los regnícolas peruanos. La reintegración al Perú se convirtió en esas poblaciones en un anhelo colectivo invencible, que se apoderó también del alma nacional. Tacna y Arica representaron entonces para el Perú lo que Alsacia y Lorena para Francia.
Las medidas de chilenización demostraron los verdaderos propósitos de Chile respecto de Tacna y Arica. El mismo señor Konig, de la misión [chilena] en Bolivia expresó en las Cámaras chilenas una teoría que más tarde fue adoptada por el gobierno chileno: la de que el plebiscito pactado en el tratado de Ancón bahía sido simplemente una fórmula para hacer menos dolorosa al Perú la entrega de Tacna y Arica y que en realidad se había pactado una cesión disimulada.
Contra las medidas de chilenización y la falta de derecho de Chile para decretarlas, con violación de las propias leyes chilenas a que el tratado de Ancón sujetó el territorio de Tacna y Arica reclamó, categóricamente, en notas brillantes, el notable jurisconsulto peruano don Cesáreo Chacaltana entonces ministro en Chile. Las notas de Chacaltana no pudieron ser rebatidas por la cancillería chilena, sino con evasivas y sofismas.
Las medidas de violencia adoptadas por Chile, su decisión de no cumplir el tratado de Ancón, la ocupación indebida de Tarata, la alteración de los límites entre Arica y Tarapacá a favor de Chile, las intrigas con Bolivia, el aplazamiento y la desaprobación del protocolo Billinghurst-Latorre, hicieron desistir al Perú de seguir negociando diplomáticamente con Chile. La legación del Perú fue en consecuencia retirada de Santiago y se produjo la ruptura de relaciones (marzo de 1901).
Fuente: Porras Barrenechea, Raúl. 1930. Historia de los límites del Perú. Segunda edición. Lima: Librería Francesa Científica y Casa Editorial E. Rosay, páginas 130 y 131.
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