Un buque a la deriva, sin capitán
Jorge Manco Zaconetti
Desde el 11 de setiembre pasado a la fecha la empresa más importante del Estado peruano, PetroPerú no tiene un directorio ni un presidente, un hecho único en toda la historia de la empresa, creada en julio de 1969 por el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, sobre los activos nacionalizados de la International Petroleum Company (IPC) una filial de la Standard Oil Petroleum, y de la Empresa Petrolera Fiscal (EPF), una empresa cuya fundación data del gobierno militar de Oscar R. Benavides con una pequeña producción de crudo en la selva central; y fue EPF la responsable de levantar la primera etapa de la Refinería de La Pampilla, en el primer gobierno del Arq. Fernando Belaunde Terry (1963/1968), con la oposición de la derecha liberal de ese entonces.
En realidad, la Junta de Accionistas (JA) es decir los titulares del ministerio de economía y finanzas (MEF), José Arista y el empresario minero Rómulo Mucho Mamani que ocupa el cargo de ministro de Energía y ;Minas (MINEM), no se ponen de acuerdo sobre los miembros titulares del directorio de donde saldría elegido el presidente del directorio de PetroPerú.
En verdad, la voz contante y sonante la tendría el titular del MEF que al controlar el 60 % del capital social tendría el derecho de nombrar a tres directores y el MINEM colocaría a dos directores al tener el 40 % de acciones restantes y el sexto director es el representante de los trabajadores, según la legislación vigente.
Es decir, van a transcurrir dos meses, 60 días y la empresa más importante del Estado peruano, que a diciembre del 2023 tiene activos superiores a los US $ 9,890 millones de dólares, de los cuales más de US $ 6,500 millones están invertidos en la Moderna Refinería de Talara que al mes de setiembre está refinando casi 80 mil barriles diarios de derivados como el diésel 2 limpio, gasolinas, turbo, GLP lo que ha permitido recuperar parte de su posición en el mercado de combustibles al pasar de 25 % a 30 %, con tendencia al incremento en la medida que alcance gradualmente el 100 % de su capacidad de producción, que será sin duda alguna a inicios del próximo año.
En esta evidente recuperación tiene mucho que ver la Planta de Flexicoking que tiene la capacidad de convertir el petróleo residual industrial en derivados de mayor valor como gasolinas y diésel con 50 partes por millón de azufre, es decir combustibles limpios. Así, de una capacidad de tratamiento de 22 mil barriles diarios la unidad de Flexicoking gracias a la capacidad de sus ingenieros y técnicos nacionales está produciendo 17 mil barriles diarios de combustibles limpios.
Siempre hemos mencionado que la Moderna Refinería de Talara, es una de las más complejas en el mundo con 16 unidades en proceso, donde una de ellas es la unidad de Flexicoking que dicho sea de paso no tiene la competencia representada por la Refinería de “La Pampilla” que como siempre hemos sostenido fue privatizada a “precio de remate”, durante la dictadura de Fujimori / Montesinos.
Es tan compleja la Nueva Refinería de Talara que en lugar de tener dos hornos como tenía la vieja refinería, la nueva tiene 18 hornos. Si la antigua tenía 1 reactor esta nueva refinería tiene 26 reactores. Si la antigua refinería tenía 3,500 instrumentos la moderna tiene 37 mil instrumentos. Si el consumo de energía eléctrica era de 7 Megavatios la nueva tiene un consumo de 80 Megavatios. De allí la necesidad de contar con gas natural propio como combustible, sea del lote Z-2B ahora denominado Z-69 o del lote X, para tener el combustible a precio de costo.
Sirva como anécdota e ilustración de la importancia de la Moderna Refinería de Talara la visita que hicieron los representantes de la empresa PetroEcuador en julio del 2022, un país hermano que produce 475 mil barriles diarios de petróleo sobre todo en la Amazonía, pero que tiene que importar el 65 % de los combustibles que consume, pues por las normas internacionales ambientales vigentes en dicho país, los combustibles tienen que tener también un bajo contenido de azufre, es decir de 50 partes por millón de azufre, al igual que las normas que rigen en nuestro país.
A pesar que PetroEcuador tiene tres refinerías, como Esmeraldas, La Libertad, y Shushufundi con una capacidad de refinación de 196 mil barriles diarios, procesa combustibles con más de 2,000 partes por millón de azufre pues no han modernizado sus refinerías, de allí que importan el 65 % de los combustibles que consumen, incluso subsidiando los precios, para que la población no proteste socialmente, en un modelo populista que tiene un alto costo fiscal, sobre todo durante el gobierno del expresidente Rafael Correa, que tuvo tres mandatos sucesivos entre el 2007 al 2017.
Por ello, los representantes ecuatorianos de PetroEcuador estaban interesados en procesar el crudo de su país en la moderna refinería de Talara, demostrando la importancia y rentabilidad futura de la refinería de PetroPerú cuando esté operando al 100 % de su capacidad. En verdad, siempre he criticado la débil proyección de quienes fueron los responsables técnicos y políticos en la construcción de la Moderna Refinería de Talara que solamente ha incrementado su capacidad de refino de 65 mil barriles diarios a 95 mil barriles diarios, cuando en verdad debió incrementarse sobre los 120 mil barriles diarios, para abastecer el mercado interno que exige combustibles limpios.
Con la moderna Refinería de Talara y su capacidad de 95 mil barriles diarios más la capacidad de refino de la competencia privada de La Pampilla de la transnacional Repsol de 117 mil barriles diarios, hacen un total de 212 mil barriles diarios de capacidad de refinación de combustibles limpios, de bajo contenido de azufre, para un mercado interno que se satisface con 260 mil barriles diarios, con tendencia al crecimiento en razón del aumento del parque automotor, las limitaciones de la masificación del gas natural, el alto costo de los autos eléctricos; y en general un crecimiento de la economía exigirá mayores volúmenes de combustibles fósiles, a pesar del discurso ambientalista.
Esto significa que la demanda interna del diésel 2 que constituye la columna vertebral del mercado de combustibles supere los 130 mil barriles diarios, y se tenga que importar más del 40 % de dicho derivado. Al igual que la demanda del gas licuado de petróleo (GLP) que ante los rendimientos decrecientes y menores volúmenes de líquidos de gas natural (LGN) provenientes de los lotes de Camisea, lotes 88, 56 y 57, de una demanda interna de casi 70 mil barriles diarios de GLP se tengan que importar más de 30 mil barriles diarios.
REFINERÍA RENTABLE
A pesar de los cuestionamientos sobre todo de la Derecha Bruta y Achorada (DBA), con sus sicarios y espadachines a sueldo la Moderna Refinería de Talara de PetroPerú es una realidad, y su creciente producción refinera con recuperación del mercado incluida, presionando a la baja los precios de los combustibles colisionando con los intereses de la competencia de Repsol, Valero Y Exxon Mobil que tienen mayores espaldas financieras. Solamente Valero distribuye y vende 3 millones de barriles diarios en los diferentes mercados del mundo.
Por ello, la calificadora de riesgos Standard & Poors que supervisa la situación económica financiera de PetroPerú, señala la sensible mejoría de la petrolera estatal, que estará generando en el 2025 una utilidad antes de impuestos superiores a los US $ 450 millones de dólares y en el 2026 de mantenerse los márgenes de refino puede alcanzar los US $ 700 millones de dólares por concepto de utilidades antes de impuestos, demostrando la rentabilidad de la refinería de Talara.
Ante esta realidad no resulta extraña la pugna interna que debe existir en el gobierno en el nombramiento del nuevo directorio de PetroPerú que está a la deriva desde el 11 de setiembre pasado, cuando renunció el directorio privatizador y liquidador presidido por un tal Oliver Stark, un ilustre desconocido en el sector de hidrocarburos, que tenía como asesor en la sombra al expresidente de PetroPerú y lobista Carlos Paredes Lanatta, uno de los principales responsables de la crisis económica financiera de PetroPerú, al adoptar sin criterio técnico el cierre de la vieja refinería de Talara.
Se debe tener presente que en el 2019 el año anterior al cierre de la refinería de Talara (2020), el principal activo de PetroPerú que satisfacía el 48 % del mercado de combustibles, los ingresos por ventas de PetroPerú eran de US $ 4,668 millones de dólares, con utilidades operativas positivas de US $ 265 millones de dólares y utilidades netas de US $ 171 millones, mientras la competencia de La Pampilla de Repsol generaba pérdidas operativas de US $ 192 millones de dólares y pérdidas netas de US $ 167 millones.
Todo hace pensar que una mente siniestra de los intereses de los grupos económicos están detrás de la privatización de la petrolera estatal. Avanzaron con la reprivatización de los lotes de Talara, cuya rentabilidad con mínimas inversiones ha sido demostrada. El paso siguiente era privatizar la gestión y administración de la Moderna de Refinería de Talara, contratando a una empresa privada que sin poner un dólar de inversión ganaría millones de dólares. Esto es lo que explica, el telón de fondo en el nombramiento de un nuevo directorio de PetroPerú: Apostar por su fortalecimiento y recuperación honrando sus deudas, con una racionalización de sus gastos, o en su defecto un directorio privatizador.
Diario Uno, 02.11.2024