Crea ente para centralizar los robos y exacciones al Perú y los peruanos.
Oficina Recaudadora de Contribuciones se encargaría de succionar los bienes peruanos y enviarlos a Chile.
Chile:País ladrón y carente de vergüenza
Escribe: César Vásquez Bazán
General de brigada y general en jefe del ejército de operaciones de la República de Chile en el Perú Cornelio Saavedra, cuyos decretos durante la ocupación de Lima son prueba irrefutable del saqueo de nuestro país.
El 5 de marzo de 1881, cumpliendo órdenes del Gobierno de Chile transmitidas por el Ministro de Guerra en campaña José Francisco Vergara, el general chileno Cornelio Saavedra estableció un organismo encargado de centralizar el saqueo del Perú. Su nombre oficial fue Oficina Recaudadora de Contribuciones de Guerra, aunque en realidad debió haberse llamado Oficina Central del Gobierno de Chile para los Robos y Exacciones al Perú.
El organismo chileno creado por Saavedra fue responsabilizado de “tomar a su cargo e inventariar los objetos y especies de todo género que contengan los edificios y establecimientos públicos [del Estado Peruano] de que ha tomado posesión el ejército [chileno]”. Esta primera atribución de identificación de los objetos a robar resulta ser una confesión de parte. Permite responsabilizar específicamente al gobierno y ejército de Chile por el saqueo del Perú. Además, puede inferirse que el latrocinio se extendería, sin excepción, a los objetos y especies de todo género propiedad del Estado Peruano.
La segunda responsabilidad del organismo creado por Cornelio Saavedra fue la de “indicar todo lo que le pertenezca a la administración pública [peruana] y de que no esté en posesión el ejército, para dictar las medidas convenientes”. Éstas últimas consistían en apoderarse de estas propiedades peruanas a las que los chilenos no habían podido meterlas en el saco.
También se le encargó a la Oficina Chilena de Robos y Exacciones “averiguar y tomar conocimiento de lasespecies que hayan sido remitidas a Chile, su destino y remitente”. El inciso hace notar que desde antes del 5 de marzo de 1881 los jefes, oficiales y soldadesca de Chile habían estado levantando en peso al Perú y llevándose el patrimonio peruano a Chile.
La cuarta atribución del Organismo Chileno de Robos y Exacciones fue la de “proponer las remesas que convenga hacer a Chile y efectuar las que se acuerden, facturando las especies con todos sus detalles y una valorización prudencial, dirigiéndolas a quienes corresponda, según acuerdo”.
La anterior es otra grave confesión chilena: a partir del 5 de marzo de 1881 todas las remisiones de bienes peruanos a Santiago serían por acuerdo del comando de los invasores y estarían dirigidas a quienes ese comando estime conveniente. De esta manera, los más altos jefes chilenos quedaron envueltos en el robo de los bienes peruanos. No pueden negar su responsabilidad en el saqueo del Perú autoridades de la ocupación como Manuel Baquedano, Cornelio Saavedra, Patricio Lynch, Pedro Lagos, Segundo Maturana, etc. Por ello, podemos llamar a esta gente ladrones, con propiedad y sin insultarlos en absoluto. Sus propios decretos los ponen en evidencia.
La quinta y sexta atribuciones del organismo chileno fueron las de proponer y cobrar las exacciones en dinero a las que se sometería a los peruanos. La disposición violó el Derecho Internacional vigente en 1881 y consistió en un verdadero robo a mano armada perpetrado por los agentes del gobierno chileno.
Para que no quede ningún cabo suelto, la séptima atribución de la Oficina de Robos creada por Saavedra fue la de ser la interventora de los organismos e instituciones del Perú, con la finalidad de succionar los fondos con que pudieran contar. El ejemplo más conocido es el de la intervención chilena en la Municipalidad de Lima, por la que los invasores se adueñaron de los fondos de esta entidad, incluyendo los destinados a financiar la educación pública, los cuales también fueron remitidos a Chile.
Por supuesto, el saqueo no debería limitarse a Lima. La Oficina Central de Robos chilenos quedó encargada de “establecer con idéntico objeto sucursales fuera de Lima y otros puntos ocupados por el ejército”.
El general Cornelio Saavedra, nombró para dirigir el organismo a Álvaro Francisco Alvarado, funcionario chileno que provenía de la Intendencia General del Ejército y Armada en campaña.
Luego de leer este decreto chileno firmado por el general de brigada y general en jefe del ejército de operaciones de la República de Chile en el Perú Cornelio Saavedra, podemos repetir lo que constituye el título de esta serie de artículos: Chile es un país ladrón y carente de vergüenza. Sus jefes y oficiales militares en el Perú fueron ladrones de uniforme que robaron nuestro país a mano armada.
Fuente chilena
Ahumada, Pascual. 1982. Guerra del Pacífico. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello, Tomo V, pp. 280-281.
© César Vásquez Bazán, 2012
Septiembre 20, 2012
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