Tras el anuncio de la próxima renuncia de Benedicto XVI al solio pontificio, uno de los temas que más atraen la atención es el de las profecías de San Malaquías (1094-1148), obispo irlandés, sobre la sucesión papal.
Según esta profecía, Benedicto XVI, a quien la lista identifica como De Gloria Olivae, sería el penúltimo Papa, al cual sucederá Petrus Romanus (Pedro el romano), quien conducirá la Iglesia en medio de tribulaciones, tras lo cual el Gran Juez vendrá a juzgar en la Tierra.
La lista de nombres de los pontífices indicados en las profecías incluye, entre los más recientes:
Flos florum (Flor de las flores) para Pablo VI. El escudo de armas de Pablo VI tenía tres flores de lis y era originario de Florencia, cuyo símbolo es esta flor.
Medietate Lunae (De la mitad de la Luna) para Juan Pablo I. Según los intérpretes, el apelativo alude al breve tiempo, 33 días, que duró su pontificado y agregan que su lugar de nacimiento es Belluna (Luna bella). Su nombre, Albino Luciani (luz blanca), también se asocia al apelativo de la profecía.
De Labore Solis (De la labor del Sol), Juan Pablo II. Se afirma que Karol Wojtila nació un día de eclipse y murió otro día de eclipse.
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| Escudo de la Congregación para la Doctrina de la Fe |
De Gloria Olivae (La gloria del olivo) para Benedicto XVI, se relaciona con la orden benedictina, quienes reciben el apelativo de “olivetanos”. Benedicto XVI nació un sábado de Gloria, el último sábado antes de Semana Santa, por la cual se realiza la Cuaresma, que se inicia el Domingo de Ramos (de olivo). Además, Benedicto XVI en el Vaticano fue cabeza de la Congregación Para la Doctrina de la Fe por un periodo muy largo, desde 1981 hasta que fue elegido Papa, en el cargo de Prefecto. El escudo de la Congregación para la Doctrina de la Fe (cuyo nombre antiguo fue La Santa Inquisición) presenta una rama de olivo que ocupa un lugar muy visible. En este cargo Benedicto XVI mostró gran erudición y sapiencia, habiendo arrojado mucha luz sobre materias doctrinales diversas.
Sobre el último pontífice, Petrus Romanus, la profecía dice: In psecutione extrema S.R.E.sedebit. (S.R.E. = Sacræ Romanæ Ecclesiæ) Petrus Romanus, qui pascet oues in multis tribulationibus: quibus transactis ciuitas septicollis diruetur, & Judex tremedus iudicabit populum suum. Finis. El significado es: “Durante la persecución final de la Santa Iglesia de Roma reinará, Pedro el Romano, quien alimentará a su rebaño entre muchas tribulaciones; tras lo cual, la ciudad de las siete colinas [Roma] será destruida y el Juez Terrible juzgará al pueblo. Fin.”
Origen de las profecías de San Malaquías y opiniones contra ellas
Las Profecías de San Malaquías son dos textos publicados en 1595 y en 1690, que se atribuyeron al arzobispo católico San Malaquías de Armagh (1094-1148), pero se difundieron siglos después, es decir, cuando la historia ya había transcurrido, lo cual para unos es motivo de duda de su autenticidad.
El Lignum vitæ, ornamentum, & decus Ecclesiae (‘El árbol de la vida, el ornamento y la gloria de la Iglesia’), el primer texto profético, apareció en 1595, publicado por el monje benedictino belga Arnoldo Wion (quien era historiador de su orden) y lo dedicó al rey de España Felipe II. Es una biografía colectiva de los benedictinos que llegaron a ser obispos y tuvo gran difusión en Europa.
Tras la narración inicial, el libro enuncia 112 frases en latín sin numerar haciendo alusión alegórica a los siguientes 112 papas que gobernarían la Iglesia Católica, desde Celestino II (1143-1144) hasta Petrus Romanus, incluyendo a los antipapas.
Los críticos aseguran que los lemas de los papas anteriores a 1595 son más precisos que los posteriores a esa fecha.
José Luis Calvo, historiador español, explica que hasta el papa Urbano VII (1521-1590) los lemas concuerdan muy bien con los respectivos pontífices y a partir de esa fecha las coincidencias son forzadas.
Se plantea que la profecía haya sido hecha por alguien que utilizó el prestigio del erudito y arquéologo dominico Alfonso Chacón (Alphonsus Ciacconus), quien comentó los lemas en el texto de 1595 hasta Urbano VII.
Otro crítico, el jesuita Claude-François Menestrier, postula que estas profecías fueron fabricadas para propiciar la candidatura a papa de Girolamo Simoncelli, cardenal de Orvieto en 1590 para suceder a Urbano VII.
Los defensores de las profecías, en cambio, sostienen que todo está muy claro en absolutamente todos los lemas, con los cuales se encuentran las referencias que identifican a cada Papa, no sólo de los antiguos, sino hasta los más recientes.
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