Catherine Tekakwitha se convierte en la primera santa nativa estadounidense
Benedicto XVI firmó ayer los decretos en los que se reconocen los milagros atribuidos a la intercesión de siete beatos —cuatro mujeres y tres hombres— que serán canonizados próximamente. Entre estos nuevos santos destaca la figura de Catherine Tekakwitha, primera nativa estadounidense que llega a los altares.
Catherine o Kateri Tekakwitha nació en 1656 en Ossernenon, actual Auriesville, en los Estados Unidos. Era hija de un jefe de tribu Mohawk y una india algonquín católica que había sido bautizada y educada por misioneros franceses. A los cuatro años perdió a su familia a causa de una epidemia de viruela, y ella misma quedó desfigurada y con la vista muy disminuida a causa de la enfermedad. Fue adoptada por un pariente, jefe de una tribu vecina. Creciendo se interesó por el cristianismo, y a los 20 años fue bautizada por un misionero francés.
Los miembros de su tribu no comprendieron su nueva filiación religiosa, por lo que fue marginada. Se mortificaba como camino de santidad y rezaba por la conversión de sus parientes y de los miembros de su tribu. Sufrió persecuciones que amenazaron su vida, por lo que tuvo que huir para establecerse en una comunidad de nativos cristianos en Kahnawake, Quebec, Canadá, donde vivió dedicada a la oración, la penitencia y el cuidado de enfermos y ancianos.
A menudo en su tribu le pedían que les cuente una historia, a lo cual Kateri narraba la vida de Jesús y sus apóstoles y la escuchaban por largo rato. Una vez el sacerdote preguntó a la gente por qué se reunían en torno a Kateri en la Iglesia. Le respondieron que se sentían cerca de Dios cuando ella rezaba porque su rostro cambiaba y se llenaba de belleza y paz, como si estuviese mirando el rostro de Dios.
Se le recuerda por su amor a la naturaleza, a menudo iba al bosque en oración. También hizo voto de castidad. Murió en 1680, a la edad de 24 años. Sus últimas palabras fueron: "Jesús, te quiero". La tradición dice que las cicatrices de Catherine se desvanecieron después de su muerte, revelando una mujer de gran belleza; y que numerosos enfermos que asistieron a su funeral sanaron.
El proceso de canonización de Catherine (Cateri en su lengua nativa, que se pronuncia kä'tu-rē), comenzó en 1884. Fue declarada venerable por el Papa Pío XII en 1943, y beatificada por el beato Juan Pablo II en 1980. Como primera indígena estadounidense beatificada, ocupa un lugar especial en la devoción de los pueblos nativos de América del Norte. Su fiesta se celebra el 14 de julio.