El hecho provocaría una conflagración en todo el mundo, inédita desde la Segunda Guerra Mundial
Una acción militar de EE. UU. o de sus aliados contra Siria o Irán podría desencadenar una respuesta bélica de Rusia y China, provocando la mayor conflagración mundial desde la Segunda Guerra Mundial. Además, el conflicto sirio podría causar la destrucción del dólar.
Estas son las predicciones de Dominique de Kevelioc de Bailleul, analista político de la empresa investigadora estadounidense Beacon Equity Research. “Comentarios como en los tiempos de la Guerra Fría emitidos en la conferencia de ‘Amigos de Siria’ en París por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, hacia Rusia y China, sugieren claramente que una confrontación entre antiguos rivales de la Guerra Fría, y ahora también China, está abierta”, afirma el analista. “El precio: petróleo y, por sus implicaciones, el futuro del estándar del petrodólar estadounidense y la forma de vida norteamericana”, prosigue De Bailleul.
Un escenario que se repite
La reunión del viernes pasado —en el marco de la cual Clinton amenazó a China y Rusia por no apoyar una acción militar contra Siria y su presidente, Bashar al-Assad— fue aprovechada por la oposición siria para solicitar una zona de exclusión aérea en el país, algo a lo que Rusia se opone. En 2011, una medida similar en Libia fue usada para llevar a cabo un ataque con misiles y desatar una verdadera guerra.
El periodista del noticiero web Prison Planet, Paul Joseph Watson, reveló en noviembre pasado que “los mismos terroristas de Al-Qaeda que combatieron contra tropas estadounidenses en Irak y ayudaron a la OTAN a derrocar a Muammar Gaddafi están siendo trasladados a Siria para asistir a los rebeldes en el derrocamiento de al-Assad”. El Milliyet, un influyente periódico turco, informó el mismo noviembre de que Francia había enviado instructores militares a Turquía y el Líbano con el objetivo de ayudar al llamado “Ejército Libre de Siria”, apoyado por la inteligencia británica a través de los Hermanos Musulmanes y el Consejo Nacional de Transición de Libia, “inundado” de miembros de Al-Qaeda.
No obstante, se precisó que para que el ataque coordinado funcione, tienen que persuadir a dos potencias reacias, Rusia y China, para que abandonen su firme oposición al respecto.
Petróleo que lo decide todo
Kevelioc de Bailleul afirma que “Siria e Irán han sido objeto del interés de EE. UU. durante mucho tiempo, ya que Washington, bajo la administración de George W. Bush, sabía que llegaría un día en que EE. UU. y China se golpearían las cabezas por los preciados suministros de crudo en Oriente Próximo”. El analista concluye en que pese al riesgo de descabezar finalmente la hegemonía del dólar estadounidense y destruir el dominio del petrodólar, Obama y Clinton están más que decididos a impulsar una jugada final con Siria (que cuenta con una fuerza armada de 325 000 hombres) e Irán (que cuenta con el noveno mayor ejército del mundo, de 523 000 hombres).
Russia Today en Español, 10-07-2012
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