La iniciativa de una coalición de socialistas, verdes y colectivos feministas no ha prosperado en ninguno de los cantones.
EFE / Ginebra
Miembros de las tropas de rescate del Ejército suizo. FABRICE COFFRINI | AFP.
Los suizos han rechazado por amplia mayoría en referendo la abolición del servicio militar obligatorio, con el 73,2% de la población según el recuento definitivo, una iniciativa que no ha salido adelante en ninguno de los cantones o regiones de la Confederación Helvética.
Algo más de 1,76 millones de personas han votado 'no' a la propuesta de la organización pacifista Por una Suiza sin Ejército (GSsA, en sus siglas en francés), frente a los 646.000 personas que se han mostrado partidarias de la abolición de este servicio que es la base del ejército de milicias. Con una participación en todo el país superior al 46%, los cantones (administraciones regionales) más hostiles a la iniciativa del GSsa han sido los alemanes, varios puntos por encima del 80%. El cantón de Ginebra ha sido el más moderado de todo el país en su rechazo a la iniciativa de GSsA, con un 57,9% de los votos negativos.El portavoz del GSsA, Nikolai Prawdzic, ha expresado su decepción tras conocerse el rechazo a la propuesta de abolir el servicio militar obligatorio, aunque no sorpresa, ya que, según ha dicho, "el resultado era previsible". "Creo que mucha gente temía la desaparición del control democrático del ejército", ha precisado el portavoz de esta coalición de socialistas, verdes y colectivos feministas.Éste es el peor resultado obtenido nunca para la iniciativa de GSsA, que ha llevado a referéndum la cuestión de la abolición del servicio militar obligatorio por tercera vez desde 1989, cuando lograron el apoyo de más del 36% de la sociedad en un momento histórico marcado por la caída del Telón de Acero.
Amplia mayoría del pueblo Suizo, un pais neutral y patriota aprueba mantener el servicio militar obligatorio.
El 73% se opuso a la propuesta del Grupo por una Suiza sin Ejército, para reemplazar el servicio militar obligatorio por voluntario, o por un ejército profesional.
Un afiche del Grupo por una Suiza sin Ejército (GSsA).
Los suizos aprobaron este domingo por amplia mayoría mantener el servicio militar obligatorio, según la proyección de los resultados establecida por el Instituto de Sondeo de Berna GFS para la televisión pública RTS.
El 73% de los suizos dijeron "No" a la proposición del Grupo por una Suiza sin Ejército (GSsA), formado por socialistas, verdes y feministas. El GSsA abogaba por reemplazar el servicio militar obligatorio por voluntarios o por un ejército profesional. Los detractores de este grupo lo acusan de querer suprimir directamente el ejército, muy integrado a la vida civil del país. En 1989, tras la caída del muro de Berlín, el GSsA consiguió una gran victoria al obtener 35,6% de votos favorables a otra iniciativa que pedía una "Suiza sin armas y por una política global de paz".
El ejército suizo, cuyas fuerzas aéreas lucharon y sufrieron pérdidas importantes durante la Segunda Guerra Mundial para defender la neutralidad del país ante los ataques alemanes, actúa también en las catástrofes naturales o para prevenir atentados. También se ocupa de la seguridad en la cumbre económica de Davos.
Estos "ciudadanos soldados", lejanos herederos de Guillermo Tell, héroe de la independencia suiza, son los únicos del mundo que pueden guardar las armas en su casa y están obligados a practicar regularmente el tiro. El ejército, que en 1961 tenía 625.000 hombres, superará los 100.000 en 2016, aunque sólo 4.000 de ellos están movilizados permanentemente, lo que les convierte, según el presidente del gobierno Ueli Maurer, en "el ejército más pequeño del mundo". Todos los grandes partidos estaban en contra de la iniciativa para terminar con el servicio militar obligatorio, excepto el partido socialista. Ambas cámaras del Parlamento votaron ampliamente contra el proyecto. El gobierno se había pronunciado por el mantenimiento. Suiza va así contra el movimiento general en Europa, donde una mayoría de países abandonó el servicio militar obligatorio en beneficio de un ejército profesional.
Con Suiza, en Europa solo Noruega, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Austria, Grecia y Chipre mantienen el servicio militar obligatorio.
En esta convocatoria, los suizos también fueron consultados por la liberalización de los horarios de las tiendas en estaciones de servicio, para que puedan abrir las 24 horas, así como por la vacunación obligatoria.En el primer caso, el 55,8% de los suizos aceptaron la revisión de la ley de trabajo para que las tiendas de las estaciones de servicio puedan abrir durante la noche; una medida aprobada en 18 de los 26 cantones del país.La consulta sobre la actualización de la Ley de Epidemiología de 1970, que aprobó el Parlamento para armonizarla al siglo XXI y que incluye la vacunación obligatoria para evitar pandemias, recibió un respaldo del 60%, más de 1,4 millones de suizos.
Suiza rechaza masivamente la abolición del servicio militar obligatorio, defiende a su Ejército por ser un elemento clave en la identidad nacional.
Los suizos rechazaron este domingo masivamente y con contundencia -con un 73,2 por ciento- la abolición del servicio militar obligatorio, la base de un ejército de milicias visto como un factor de cohesión social y seña de identidad de la Confederación Helvética.En la línea de lo que pronosticaban los sondeos, ningún cantón suizo refrendó en las urnas la iniciativa popular de la organización pacifista "Por una Suiza sin Ejército" (GSsA por sus siglas en francés), formada por socialistas, verdes y colectivos feministas.Con un 46% de participación en el referéndum, cerca de 1,76 millones de suizos dijeron "no" a esta propuesta, que encontró mayor hostilidad en las regiones de habla alemana, donde varios cantones registraron más del ochenta por ciento de votos negativos."El resultado es decepcionante, pero no es ninguna sorpresa. Era previsible", admitía el portavoz del GSsA, Nikolai Prawdzic tras conocerse los primeros sondeos a pie de urna.Con el apoyo de gran parte de la izquierda política y de cerca del 45% de los jóvenes de entre 18 y 39 años, el objetivo último que perseguía esta iniciativa era la desmilitarización de la sociedad helvética.En el lado del "no" se encontraban todos los partidos del centro-derecha, el Parlamento y la coalición de partidos que forma el Gobierno federal, todos partidarios de la continuidad del actual ejército de milicias que cumple tareas humanitarias y apoya a las autoridades civiles en caso de catástrofe.
Para sus defensores, este ejército es como una escuela de vida para los jóvenes y un elemento clave a la hora de cimentar una identidad nacional frágil en un país con tres áreas lingüísticas -alemana, francesa e italiana- y donde el poder federal es muy limitado frente al de los órganos regionales.
Sin embargo, sus críticos declinan el argumento de la cohesión nacional, basándose en que solo los hombres están obligados a servir y casi la mitad de los que son llamados a filas son rechazados, principalmente por motivos de salud, o eluden esta obligación con el pago al Estado de una tasa de exención del cuatro por ciento de su salario.Además de los defensores de la desmilitarización, entre los que apoyaron la propuesta del GSsA también están los partidarios de un ejército profesional constituido solo por voluntarios, frente al modelo actual formado por 155.000 milicianos activos, de los que sólo 2.650 son profesionales.Por motivos estratégicos y presupuestarios, el número de efectivos del ejército suizo se ha visto reducido considerablemente desde los años 60 del siglo pasado, tras pasar de los 625.000 hombres de 1961 a los 100.000 que se prevén para 2016.Se trata de una cifra todavía demasiado elevada, según sus críticos, para una población de ocho millones de habitantes.
El servicio militar es obligatorio por ley para todo los hombres de entre 18 y 34 años y comprende un curso básico de entrenamiento militar de siete semanas antes de los 25 años, seguido de seis cursos de actualización de diecinueve días.
La de hoy es la tercera vez desde 1989 que el GSsA lleva a referéndum la cuestión del servicio militar obligatorio y fue hace veinticuatro años cuando obtuvo su mejor resultado, con un 36% de apoyo ciudadano en un momento crucial, en coincidencia con la caída del Telón de Acero.En las dos décadas transcurridas desde entonces, la mayoría de los países europeos han puesto fin a la obligatoriedad del servicio militar, a excepción de Noruega, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Austria, Grecia, Chipre, y ahora también Suiza.
El 73,3% de los helvéticos vota a favor de su servicio militar obligatorio, pagado y que les permite llevarse a casa el fusil de asalto
Suiza es un país neutral, lo que no quiere decir que no tenga ejército. Pero a diferencia de la mayoría de sus vecinos europeos, en la defensa del territorio patrio participan todos los suizos y no lo hacen un año, ni dos, ni tres, sino en diferentes periodos de su vida hasta los 30 años. Sin embargo, la mili no debe ser algo traumático en la Confederación Helvética, porque el 73,2% de los suizos rechazaron ayer en referéndum la abolición del servicio militar obligatorio.
Eso supone que 1,76 millones de ciudadanos votaron a favor y 646.00 en contra, tal como proponía la organización pacifista Por una Suiza sin Ejército (GSsA, por sus siglas en francés). Las fuerzas armadas suizas están integradas solo por un 5% de soldados profesionales. El resto, hasta unos 100.000 efectivos, lo integran jóvenes que cumplen el servicio militar, que es obligatorio para todos los hombres entre los 18 y 34 años. Las mujeres pueden alistarse como voluntarias. De esta manera, los suizos son reclutados a los 18 años, pero no significa que tengan que incorporarse inmediatamente a filas. Tienen que recibir un entrenamiento básico durante 21 semanas y antes de cumplir los 24 años. Después son destinados a las unidades -aire o tierra, dado que Suiza no tiene mar-. Los soldados permanecen en filas hasta más o menos los 30 años. Sin embargo, no están todo ese tiempo acuartelados. Su compromiso básico fija que deberán cumplir unos 260 días de mili. En ese tiempo realizarán al menos seis cursillos de actualización de las tácticas de combate y armamento en su acuartelamiento. El éxito de este modelo puede radicar en que mientras están en filas, los suizos tiene que interrumpir sus obligaciones laborales en la vida civil. Durante ese tiempo, recibe entre el 80% y el 100 % de su salario que le paga su propio empleador (un soldado puede cobrar entre 1.000 o 5.000 euros, dependiendo de que sea un asalariado o ejecutivo de una multinacional). El Estado abona al empresario una indemnización por llamar a filas a su trabajador. Los estudiantes y los parados perciben la cantidad directamente del Estado. Durante ese tiempo, los soldados están autorizados a llevarse a casa el armamento. Tienen la obligación de realizar prácticas de tiro de manera regular. Esto ha motivado que en el país más neutral del mundo y debido a la ausencia de registros oficiales, nadie sabe cuántas armas tienen los ciudadanos en sus domicilios. Hay cálculos más o menos oficiales que cifran en 2,3 millones las armas de guerra -cortas y largas- repartidas entre la población. Junto a las habituales escopetas y carabinas de caza, los helvéticos atesoran modernos fusiles de asalto de los modelos SIG.