“Los nazis atacaron la URSS el 22 de junio de 1941. Según su ideología, los eslavos eran ‘infrahumanos’. Sin embargo, los primeros combates obligaron a los invasores a cambiar muchas cosas de estos puntos de vista. Aportamos pruebas documentales de soldados, oficiales y generales de la Wehrmacht sobre lo que les parecieron, en los primeros días de la guerra, los soldados soviéticos, que no querían retirarse ni rendirse.”
Comandante que ya los conocía
“Mi comandante era dos veces mayor que yo, y ya había tenido que luchar contra los rusos en Narva en 1917, cuando era teniente. ‘Aquí, en estas vastas extensiones, vamos a encontrar la muerte, al igual que Napoleón’, [dijo], no ocultó el pesimismo...”
(Erich Mende, teniente de la 8.ª División de Infantería de Silesia, sobre la conversación que sostuvo con su jefe durante los últimos minutos de paz el 22 de junio de 1941.)
Resistencia incesante
“Las pérdidas son espeluznantes, no se pueden comparar con las de Francia... Hoy el camino es nuestro, mañana lo toman los rusos, luego de nuevo nosotros, y así sucesivamente... Nadie ha visto jamás nada más feroz que los rusos. ¡Verdaderos perros de cadena! Uno nunca sabe qué esperar de ellos. ¿Y de dónde sacan los tanques y todo lo demás?"
(Diario de un soldado del Grupo de Ejércitos “Centro”, 20 de agosto de 1941.)
“La batalla por el dominio de la fortaleza trajo muchas pérdidas... Allí donde conseguían hacer caer a los rusos o eliminarlos, en seguida aparecían nuevas fuerzas. Se colaban por los sótanos, por las casas, por las alcantarillas y otros refugios temporales, abrían fuego indiscriminadamente y las pérdidas crecían continuamente”.
(De los informes de combates de la 45.a división de infantería de la Wehrmacht, a la que le fue encargado el asedio a la fortaleza de Brest. La división contaba con 17.000 hombres de plantilla contra los 8000 que defendían la fortaleza, asediada por sorpresa. Solo los primeros días de combate en Rusia, la división alemana perdió casi tantos oficiales y soldados como en las seis semanas de campaña en Francia.)
Son diferentes
“Casi se puede decir con certeza que ningún occidental culto entenderá la naturaleza y el carácter del alma rusa. El conocimiento del carácter ruso puede ser una clave para la comprensión de las cualidades de combate del soldado ruso, sus ventajas y sus métodos de lucha en el campo de batalla. La persistencia y la apariencia del luchador siempre fueron factores de suma importancia en la guerra; y a menudo, por su significado era más importante que el número de tropas y armas... Nunca se sabe de antemano qué emprenderá un ruso: por regla general, se lanza de un extremo al otro”.
(Friedrich Wilhelm von Mellenthin, general mayor de las Fuerzas Acorazadas, jefe del Estado Mayor del 48.o Cuerpo Acorazado y jefe del Estado Mayor del 4.o Ejército Acorazado.)
A tanquista le volaron las piernas, empezó a disparar con pistola
“Durante el ataque, nos tropezamos con un tanque ligero ruso T-26, de inmediato disparamos con un cañón de 37 mm. Cuando empezamos a acercarnos, desde el tanque se abrió fuego contra nosotros, era un disparo de pistola. Pronto quedó claro que el que disparaba no tenía piernas, se las volaron cuando el tanque fue impactado. Y a pesar de esto, ¡nos disparó con una pistola!”
(Hoffmann von Waldau, general mayor, jefe del Estado Mayor del comando Luftwaffe, nota de su diario del 31 de junio 1941.)
Se sobreponen
“Su naturaleza es tan inusual y compleja como este vasto e incomprensible país... A veces, los batallones de infantería rusos entraron en confusión después de los primeros disparos, y al día siguiente la misma división luchó con resistencia fanática... El ruso, en general es, por supuesto, un gran soldado y con un hábil liderazgo es un adversario peligroso.”
(Memorias de un artillero de armas antitanques en las primeras horas de la guerra,)
Guerra sin prisioneros
“Casi no tomamos prisioneros, porque los rusos siempre han luchado hasta el último soldado. No se rendían. Su fuerza no se puede comparar con la nuestra...”
(Kurt Erich Suckert, oficial de la unidad acorazada del grupo del Ejército “Centro”, de una entrevista con un corresponsal de guerra, Curzio Malaparte.)
“En el interior del tanque estaban los cuerpos de la valiente tripulación que previamente había recibido solo heridas. Profundamente consternados por este heroísmo, los enterramos con honores militares. Lucharon hasta el último suspiro, pero fue solo un pequeño drama de la gran guerra. Después de que un único tanque pesado bloqueara el camino durante dos días, comenzó a actuar de la misma manera...”
(Erhard Raus, coronel, comandante de los grupos de combate, escribe sobre un tanque ruso KV-1, que diezmó la caravana de camiones, tanques y baterías de artillería de los alemanes. La tripulación del tanque era de cuatro soldados soviéticos, que dificultó el avance del grupo de batalla Raus (la mitad de la división aproximadamente) durante dos días, 24 y 25 de junio.)
Muertos soldados que lo acompañaban, artillero no dejó de cañonear
“17 de julio de 1941. Sokólnichi, cerca de Krichov. Por la noche, enterraron a un soldado ruso desconocido. Estaba solo junto al cañón, había estado disparando a la larga columna de tanques y de infantería, y así murió. Todos estaban asombrados de su valor... El comandante ante su tumba dijo que si todos los soldados del Führer luchasen como este ruso, habrían conquistado el mundo entero. Tres veces dispararon [en homenaje] con salvas de los fusiles. Sin embargo, era un ruso, ¿hacía falta este homenaje?”
(Del diario del teniente Henfeld, de la cuarta División Acorazada.)
Cinco soldados atacan a un batallón de 800
“No me esperaba algo así. Esto es puro ataque suicida, ¡atacar a las fuerzas del batallón con cinco soldados!”
(De las confesiones del médico del batallón, el mayor Neuhof, comandante del 3.er Batallón, 180.o Regimiento de Infantería del Grupo de Ejércitos “Centro”. Se abrió camino con éxito con el batallón de defensa de la frontera, que sumaba 800 hombres, pero fue atacado por un grupo de cinco combatientes soviéticos.)
Con uniforme en llamas y sufriendo quemaduras siguen disparando
“Simplemente no se puede creer hasta que lo ves con tus propios ojos. Los soldados del Ejército Rojo, incluso quemados vivos, continuaron haciendo fuego desde las casas ardiendo”.
(De una carta de un oficial de infantería de la 7.a División Acorazada sobre las batallas en la aldea junto al río Lama, a mediados de noviembre de 1941.)
Extractos de “Nadie ha visto jamás nada más feroz que los rusos”, de Nikolái Malishevski, publicado en Rusia Hoy, 01-07-2013
http://rusiahoy.com/cultura/2013/07/01/nadie_ha_visto_jamas_nada_mas_feroz_que_los_rusos_29537.html