80 integrantes del Nuevo Ejército Sirio asesinados en emboscada del EI, y se desarrolla un encubrimiento militar de grandes proporciones
Por Gordon Duff
Actualización exclusiva: El piloto sirio derribado es identificado como Hassan Noras. Ha sido capturado y ejecutado por el Ejército del Islam. Fueron infructuosos los esfuerzos para lograr su liberación con mediación de Arabia Saudita.
Hoy tenemos dos noticias, la menor de las cuales es el derribo —con cohetes de tipo Stinger americano o SAM 7s ruso— de un Su-22 sirio por el Ejército del Islam, grupo armado a sueldo de Arabia Saudita. Otro avión de combate sirio fue derribado en Idlib hace diez días.
La segunda noticia es la de un desastre militar de los EE. UU., que se mantiene en secreto, fracasada operación en la frontera de Irak-Siria y que representa el tipo de falla de inteligencia fácilmente predecible cuando aliados como Israel, Turquía, Jordania y Arabia Saudita, que tomaron parte en la planificación, están profundamente comprometidos en provocar un fracaso de los EE. UU. Comenzamos.
Una operación especial aerotransportada combinada británico-estadounidense realizada en la remota Siria oriental, en la confluencia del río Éufrates y la frontera con Irak, salió muy mal y no habrá información sobre ella. Fueron capturados "técnicos" estadounidenses y británicos, junto con asesores jordanos y 20 sobrevivientes del Nuevo Ejército Sirio adiestrado por los EE. UU., que fueron prácticamente aniquilados durante la fallida operación.
Una unidad del Nuevo Ejército Sirio entrenado por EE. UU. fue destruida en el ataque contra una pista de aterrizaje para aviones de uso agrícola controlada por ISIS, en al-Bukamal, a poca distancia de la frontera iraquí y la ciudad al-Qaim.
Nuestras fuentes en el lugar describen la operación, que comenzó con el recorrido de más de 200 millas y dos días de duración, de un convoy que para atacar al EI partió hacia el Norte desde el centro de entrenamiento de la CIA en la frontera de Siria y Jordania. Se unieron al contingente asesores de operaciones especiales estadounidenses y británicos, fuerzas especiales del ejército de EE. UU. y del SAS británico, que se lanzaron en paracaídas muy poco antes del ataque.
El ataque, al amanecer del 30 de junio, comenzó con la captura por el Nuevo Ejército Sirio del pequeño aeropuerto en al-Bukamal —una pista de aterrizaje para aviones agrícolas—, convertido en un centro de mando subterráneo del EI. A esto siguió un ataque de aviación estadounidense contra una serie de "objetivos" en la zona. Luego los americanos soltaron volantes en que recomendaban a los lugareños abandonar el área. Los del EI no se fueron, ni por asomo; estaban esperando.
Antes de que el Nuevo Ejército Sirio y sus asesores estadounidenses, británicos y jordanos pudieran consolidarse, hasta 400 combatientes del EI salieron de túneles que se extienden hasta el otro lado de la frontera, en al-Qaim, Irak, y rápidamente barrieron con toda la fuerza atacante*, y tomaron todos los prisioneros que pudieron.
Junto con los prisioneros, el EI capturó toda la caravana de vehículos, además de aparatos de radio y armas. Una profunda sospecha está ganando terreno en el Pentágono, en el sentido de que el EI ha sido entrenado por Estados Unidos y asesores británicos, según rumores con la Corporación L3, Dyncorp y otros, a lo largo no de semanas sino años, con el pretexto de preparar una fuerza de operaciones especiales combinada para proteger a los Estados del Golfo. Se pagó $350 mil al año a instructores estadounidenses para entrenar una fuerza que ha sido vista solamente dos veces: una durante el ataque de Bengasi [Libia, 2012] y ahora con la actuación en al-Bukamal de los principales cuadros militares del EI.
No debería sorprendernos lo que logra militarmente el EI, teniendo en cuenta que sus mejores elementos recibieron preparación según las normas de las fuerzas especiales del ejército de EE. UU., con un gasto de decenas de millones. En cuanto a quién está políticamente detrás de la debacle, eso es otra historia. Ninguno de los fondos necesarios fue de EE. UU., al menos no oficialmente. VT [Veterans Today] conoce a quienes trabajaron en el proyecto, pero nada se nos contó; sin embargo, sabemos que había tanto dinero que se les ofrecía, que no era fácil negarse.
Desde la primera aparición [militar] del EI en el ataque de Bengasi, con claras connotaciones de que era una operación combinada de la CIA en coordinación —y nuestras fuentes aquí son impecables— con traidores multimillonarios estadounidenses de la derecha proisraelí, podemos ahora ver claramente el papel traidor que desempeña la CIA en Siria e Iraq y comprender mejor los cotilleos y berrinches de Erdogan y su fuerte deseo de irse lo más lejos que pueda de esto.
Hay una supresión total de la información sobre esta debacle, que es un fracaso, grande para EE. UU. y enorme para el Presidente Obama. Todos los que tienen información sobre este tema han sido detenidos o silenciados; así es de serio el caso.
Títeres se rebelan EE. UU. entrenó y armó a Osama bin-Laden, que fue un “luchador por la libertad” y “terrorista bueno” mientras combatía a los rusos en Afganistán, pero se convirtió en “terrorista malo” cuando se volvió contra EE. UU. Lo mismo ocurre en Siria e Iraq, donde los terroristas títeres (llámense al-Nusra, Estado Islámico o Ahrar al-Shaam), a quienes Occidente entrena y arma, de tiempo en tiempo muerden la mano del patrón. [Nota de Con nuestro Perú.] |
* Sobre masacre de Hezbolláh a las fuerzas especiales de Israel, leer El avión no tripulado que capturó Irán
Traducción de Con nuestro Perú de Veterans Today, 01-07-201
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