El destructor sismo de magnitud 6.2 que ayer azotó la parte central de Italia deja hasta este momento un total de 250 fallecidos y cientos de heridos, además de una terrible destrucción a causa de la escasa profundidad en que detonó la fuerza telúrica, tan solo cuatro kilómetros.
Una de las localidades más afectadas es Amatrice, donde los derrumbes han afectado a las tres cuartas partes de los inmuebles y no hay uno solo que presente seguridad para vivir, declaró a la prensa local su alcalde.
Amatrice, y otras localidades de la provincia de Peruggia, cercanas al epicentro, como Pescara del Tronto, donde el sismo causó mayor destrucción, de ser bellas villas turísticas ahora presentan un panorama de destrucción y polvo.
En tanto, el rescate continúa realizándose con refuerzos, por parte de bomberos y voluntarios, con la participación de personal de salud, que llevan a los heridos de mayor consideración a hospitales lejanos, pues los de la zona fueron destruidos o inutilizados.
No solo personas sobrevivientes son encontradas bajo los escombros, sino también mascotas, que también reciben cuidados. La cifra de desaparecidos es de centenares y se teme que continúen bajo las ruinas de los edificios.
Debido a la destrucción, numerosas familias duermen en carpas, donde continúan experimentando las sacudidas, que se sucederán por semanas.
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