Obama abre viajes de cubanos en EE. UU. a Cuba
El embargo de Estados Unidos contra Cuba, trae una pequeña modificación con el anuncio de poner fin a la restricción de los viajes de cubano-estadounidenses a la Cuba y del envío de remesas a ese país.
El embargo de Estados Unidos contra Cuba, trae una pequeña modificación con el anuncio de poner fin a la restricción de los viajes de cubano-estadounidenses a la Cuba y del envío de remesas a ese país.
Se trata de una promesa realizada en la campaña electoral del presidente Barak Hussein Obama, quien pidió a los secretarios de Estado, del Tesoro y de Comercio encargarse de las acciones necesarias para levantar todas las restricciones sobre la visita de familiares en Cuba y el envío de remesas, según informó en rueda de prensa el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibas.
En la rueda de prensa, Gibbs cedió la palabra a Dan Restrepo, asesor de la presidencia para asuntos hemisféricos, quien, en español, sustentó la motivación de la eliminación de las restricciones, impuestas desde cinco años por el presidente George W. Bush. "Se trata de extender la mano al pueblo cubano, no al gobierno", agregó.
Hasta ahora, los cubano-estadounidenses con familia en Cuba sólo podían viajar a la isla una vez al año, el resto de los ciudadanos estadounidenses seguirá sin poder viajar a Cuba.
Con la nueva medida se eliminan los límites impuestos al envío de remesas a Cuba. Los viajeros podrán llevar hasta US$3.000 y los bancos serán autorizados a enviar dinero a familias en Cuba. Pero continuará la prohibición de enviar remesas y regalos a los funcionarios del gobierno cubano y a los miembros del Partido Comunista.
También se autoriza a empresas de telecomunicaciones en Estados Unidos a instalar centros por cable de fibra óptica y por satélite entre Estados Unidos y Cuba.
En cuanto a vuelos, hasta ahora sólo hay tipo charter, por lo que las nuevas medidas tal vez abran un mercado de vuelos comerciales.
La Casa Blanca negó que estos anuncios coinciden con la Cumbre de las Américas que se realizará en Trinidad y Tobago este fin de semana, pero no significa que la Casa Blanca esté "cediendo a presiones" de gobiernos de la región que piden a Washington poner fin al embargo contra Cuba.
En tanto, el anuncio de Obama recibió las críticas de los republicanos, particularmente, los congresistas republicanos por Florida, Lincoln y Mario Díaz-Balart, nacidos en Cuba y sobrinos de Fidel Castro. La Florida es el estado donde se concentra el mayor número de cubanos.
Para los republicanos, esta apertura debilita la posición de los EE.UU. frente a gobiernos totalitarios en el resto del planeta. "El presidente Obama ha cometido un serio error aumentando unilateralmente los viajes de cubano-estadounidenses y las remesas en dólares a la dictadura cubana", señalaron congresistas, quienes pidieron a Obama no tomar más decisiones sobre la isla hasta la liberación de prisioneros políticos, la legalización de todos los partidos políticos y la convocatoria a elecciones libres en Cuba.
El vicepresidente de la Cámara de Comercio de los EE.UU., Myron Brilliant, subrayó que en los últimos 50 años del embargo contra Cuba se ha probado que las sanciones unilaterales no funcionan. “En vez de alentar a la democratización de Cuba el embargo ayuda a la consolidación del régimen comunista", manifestó.
Estas medidas en realidad son pequeñas, pues el embargo contra Cuba —que ya tiene 47 años— no sólo impide que los estadounidenses viajen a la isla, sino que no se realicen inversiones ni intercambio comercial entre los dos países.
En la rueda de prensa, Gibbs cedió la palabra a Dan Restrepo, asesor de la presidencia para asuntos hemisféricos, quien, en español, sustentó la motivación de la eliminación de las restricciones, impuestas desde cinco años por el presidente George W. Bush. "Se trata de extender la mano al pueblo cubano, no al gobierno", agregó.
Hasta ahora, los cubano-estadounidenses con familia en Cuba sólo podían viajar a la isla una vez al año, el resto de los ciudadanos estadounidenses seguirá sin poder viajar a Cuba.
Con la nueva medida se eliminan los límites impuestos al envío de remesas a Cuba. Los viajeros podrán llevar hasta US$3.000 y los bancos serán autorizados a enviar dinero a familias en Cuba. Pero continuará la prohibición de enviar remesas y regalos a los funcionarios del gobierno cubano y a los miembros del Partido Comunista.
También se autoriza a empresas de telecomunicaciones en Estados Unidos a instalar centros por cable de fibra óptica y por satélite entre Estados Unidos y Cuba.
En cuanto a vuelos, hasta ahora sólo hay tipo charter, por lo que las nuevas medidas tal vez abran un mercado de vuelos comerciales.
La Casa Blanca negó que estos anuncios coinciden con la Cumbre de las Américas que se realizará en Trinidad y Tobago este fin de semana, pero no significa que la Casa Blanca esté "cediendo a presiones" de gobiernos de la región que piden a Washington poner fin al embargo contra Cuba.
En tanto, el anuncio de Obama recibió las críticas de los republicanos, particularmente, los congresistas republicanos por Florida, Lincoln y Mario Díaz-Balart, nacidos en Cuba y sobrinos de Fidel Castro. La Florida es el estado donde se concentra el mayor número de cubanos.
Para los republicanos, esta apertura debilita la posición de los EE.UU. frente a gobiernos totalitarios en el resto del planeta. "El presidente Obama ha cometido un serio error aumentando unilateralmente los viajes de cubano-estadounidenses y las remesas en dólares a la dictadura cubana", señalaron congresistas, quienes pidieron a Obama no tomar más decisiones sobre la isla hasta la liberación de prisioneros políticos, la legalización de todos los partidos políticos y la convocatoria a elecciones libres en Cuba.
El vicepresidente de la Cámara de Comercio de los EE.UU., Myron Brilliant, subrayó que en los últimos 50 años del embargo contra Cuba se ha probado que las sanciones unilaterales no funcionan. “En vez de alentar a la democratización de Cuba el embargo ayuda a la consolidación del régimen comunista", manifestó.
Estas medidas en realidad son pequeñas, pues el embargo contra Cuba —que ya tiene 47 años— no sólo impide que los estadounidenses viajen a la isla, sino que no se realicen inversiones ni intercambio comercial entre los dos países.