Seis boricuas reclaman con desobediencia civil en el hemiciclo de la Cámara baja la libertad de Puerto Rico
Por José A. Delgado/ Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
WASHINGTON – Cantando “Oubao Moin” y reclamando al Gobierno federal que defina qué quiere hacer con Puerto Rico, un grupo de seis puertorriqueños efectuó hoy un acto de desobediencia civil en el hemiciclo de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
Los manifestantes, incluidos artistas y trabajadores, le pidieron al presidente Barack Obama y al Congreso federal —esta vez con un mensaje de paz—, que le otorguen ya la independencia a Puerto Rico.
Los artistas Luis Enrique Romero, María “Chabela” Rodríguez y José Rivera (Tony Mapeyé), así como el diseñador mecánico Luis Suárez, la enfermera Eugenia Pérez-Martijo y el obrero jubilado Ramón Díaz llevaron a cabo la protesta portando banderas de Puerto Rico y cartelones que leían “111 años de coloniaje es una vergüenza”. El cantante y actor Carlos Esteban Fonseca acompañó a los manifestantes, pero se mantuvo alejado de la protesta.
La Policía del Capitolio arrestó a los seis manifestantes y los trasladaron en una guagua a la estación de la Policía del Capitolio.
Manuel Rivera, asesor legal del grupo, dijo que esto puede significar que les acusarían de conducta indebida o interrumpir los procedimientos del Congreso.
Pudieran enfrentarse a penas máximas de $500 de multa y seis meses de cárcel.
Pero, si son tratados como desobedientes civiles, la multa podría ser menor y quizás ser liberados en cuestión de horas.
Previamente, las autoridades de la Cámara de Representantes los sacaron de las gradas antes que pudieran leer una declaración que habían preparado con ocasión del evento. La seguridad del Capitolio detuvo al grupo de manifestantes y posteriormente éstos fueron arrestados.
“Nosotros, siete puertorriqueños, hemos llegado hasta aquí para protestar por el coloniaje a que está sometido Puerto Rico. Venimos en buena voluntad, en paz. Queremos ser una nación libre”, indicó Suárez.
En declaraciones a El Nuevo Día, los manifestantes dijeron que la fecha seleccionada no tuvo ningún simbolismo.
Reconocieron que su manifestación pacífica contrasta con el ataque a tiros que cinco nacionalistas realizaron el 1 de marzo de 1954 desde las mismas gradas de la Cámara de Representantes federal que ellos mismos ocuparon. Pero, indicaron que el mensaje en contra de la situación colonial era el mismo.
“No somos políticos, somos gente, común y corriente”, señaló Romero, quien ha hecho teatro, televisión y cine durante las últimas tres décadas en Puerto Rico.
Para su colega Fonseca, miembro del grupo Caribe Gitano, el reclamo a favor de la descolonización e independencia de Puerto Rico tiene que hacerse en Washington. “Nuestros legisladores ni siquiera nos pueden garantizar espacio en nuestros canales de televisión, pues es un campo ocupado por el Gobierno federal”, dijo.
“Quienes tienen que resolver el status son ellos”, agregó, por su parte, Suárez.
Los desobedientes señalaron que su manifestación fue organizada desde hace varios meses y que era sólo una coincidencia que ocurriera a pocos días de que el comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi, presente su proyecto de ley que promoverá una consulta federal sobre el futuro político de Puerto Rico. Fue en la oficina de Pierluisi que los manifestantes obtuvieron sus boletos para entrar al hemiciclo cameral.
“La libertad no se somete a procesos electorales. Los esclavos no hacen referendos para ser esclavizados”, comentó, por su parte, el obrero jubilado Díaz.
Los desobedientes civiles le enviaron cartas al presidente Obama, a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y al vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, en su carácter de Presidente del Senado. “Puerto Rico ha sido una colonia por 111 años: una condición colonial humillante en el siglo 21. Ya es tiempo de que este crimen en contra de nuestra gente, sea resuelto”, indicaron en las cartas.