Otro perfil en Israel
Por Alberto Piris*
Hasta en las sociedades habituadas a la violencia, a la violación de los más elementales derechos humanos, al arrasamiento de viviendas, el encarcelamiento indefinido de sospechosos, la segregación racial, los muros de separación, los humillantes puestos de control, los asesinatos selectivos de quienes, desesperados, se alzan contra la ocupación... en fin, hasta en el mismo Israel de hoy surgen voces que buscan abrir nuevos caminos.
Eso pretende la organización “Nuevo Perfil: movimiento por la civilización (sic) de la sociedad israelí”, cuyos afiliados se empeñan en desmilitarizar una sociedad y convencidos de que en Israel es todavía posible planear y ejecutar políticas de paz. En su manifiesto expresan el convencimiento de que “nosotros, nuestros hijos y nuestros amigos no tenemos por qué seguir estando permanentemente movilizados, no tenemos por qué seguir viviendo como guerreros”.
Consideran que la militarización en Israel obedece a las decisiones libremente adoptadas por sus gobernantes: “Advertimos que la ‘seguridad nacional’ es un concepto que a menudo oculta decisiones calculadas para elegir la opción militar a fin de alcanzar objetivos políticos”.
Las detenciones arbitrarias de activistas y pacifistas israelíes han causado revuelo y han generado un movimiento de solidaridad hacia ellos. Entre los detenidos había miembros de Nuevo Perfil (NP), acusados de incitar a los soldados a desertar o a no alistarse y liberados tras firmar un documento en que se comprometían a no contactar con sus correligionarios políticos durante 30 días.
Éstos niegan cualquier actividad orientada a minar la disciplina de los soldados, pero no ocultan que ayudan a éstos cuando libremente deciden abandonar el uniforme. NP publicó en una nota oficial: “Estas acciones confirman lo que durante muchos años hemos venido sosteniendo: el militarismo de la sociedad israelí daña los sagrados principios de la democracia, la libertad de expresión y la de asociación política. Quienes pensaban que hasta ahora sólo tenían fichas policiales los ciudadanos árabes de Israel, comprueban que desde ahora nadie podrá estar seguro del derecho a expresar sus opiniones”.
NP afirma que la sociedad en un “Estado de soldados” es esencialmente injusta y, quien dude de las decisiones tomadas es calificado de ingenuo, payaso o desinformado". El sistema educativo nacional contribuye a imbuir esta idea desde la juventud.
La repugnancia que las actividades militares contra el pueblo palestino causan en algunos soldados israelíes es cada vez más intensa. Es el caso, por ejemplo, de Yehuda Shaul, fundador de la organización Breaking the Silence (Romper el silencio), que ahora es reservista tras servir como soldado. Sus comentarios no tienen desperdicio: “Cuando estás en un check point, los obligas a esperar mucho más de lo necesario, a veces durante horas, y coges a un palestino al azar y le das una paliza, de cada quince o veinte que pasan, para que el resto tenga miedo y esté tranquilo. Sólo así, con cuatro soldados más, los dominas a ellos, que son miles”. Sobre las misiones de patrulla dice: “Cuando entras en Gaza con el carro de combate y ves un coche nuevo, aunque tengas espacio en la carretera, pasas por encima. Y también disparas a los depósitos de agua. Para meterles miedo, para que te respeten, porque esa es la lógica que nos enseñan a los soldados israelíes”.
Su conclusión es demoledora: “Los check points no sirven para impedir que los palestinos entren en Israel; sirven para que la realidad no entre en Israel. Porque esta es una sociedad de soldados, todos pasamos por el ejército tres años cuando somos jóvenes y luego un mes al año. Y todos hacemos eso. Por eso existe el muro de silencio, de negación, porque todos somos responsables y no lo queremos admitir”. Añade: “Ellos son las víctimas, nosotros los victimarios. Pero como victimarios, también pagamos un precio. Esta es una sociedad incapaz de mirar a los ojos a la verdad, a sus propios actos. Por tanto, es una sociedad moralmente enferma”.
La salvación de un Israel enloquecido no podrá venir de fuera; ni siquiera de una repulsa internacional. Solo podrá surgir de quienes se atrevan a denunciarlo y redoblen sus esfuerzos para crear un nuevo Israel que abomine mucho de lo que ha sido su pasado más reciente.
* General de Artillería en la reserva
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