El centro bielorruso pro derechos humanos Sistemnaya Pravosashita comunicó este miércoles que envió una carta a las Naciones Unidas (ONU) sobre el asesinato de migrantes en la frontera entre Polonia y Bielorrusia.
En la carta se cita el testimonio del soldado polaco Emil Czeczko, que huyó a Bielorrusia y pidió asilo político, asegurando tener datos sobre el asesinato de más de 240 migrantes en el territorio de Polonia.
"Se envió una carta a la ONU que contiene los hechos sobre el asesinato de migrantes en la frontera polaco-bielorrusa", escribió el centro en su canal de Telegram.
El centro especificó que mandó la carta a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnur), Michelle Bachelet.
"El documento, cuyo volumen es de varias docenas de páginas, contiene una descripción completa de los acontecimientos y muchos hechos que confirman el genocidio de los nativos de Oriente Medio", dice el mensaje.
Por último, el centro resaltó la disposición de sus activistas a continuar investigando el asesinato de migrantes y hacer "todo lo posible para garantizar que el mundo entero reaccione ante los escandalosos hechos de las ejecuciones masivas ocurridas en Europa".
El militar polaco Emil Czeczko, nacido en 1996, fue detenido el 16 de diciembre en la franja fronteriza.
Los guardias bielorrusos indicaron que el detenido solicitó asilo político en Bielorrusia "debido a su desacuerdo con la política de Polonia relacionada con la crisis migratoria y la práctica de brindar un tratamiento inhumano a los refugiados".
En un programa de la televisión bielorrusa, Czeczko acusó a las fuerzas de seguridad polacas de matar de manera sistemática a los inmigrantes, así como de haber eliminado a dos voluntarios, asegurando además que tuvo que disparar contra los refugiados.
Según Czeczko, durante los diez días que participó en los tiroteos contra los migrantes, en junio de 2021 en la zona fronteriza polaca, pudieron haber muerto entre 200 y 700 personas.
En Polonia el militar fue declarado en búsqueda y acusado de deserción, por lo cual podría enfrentarse a condenas de hasta 10 años de prisión.
La situación en la frontera bielorruso-polaca, donde se congregaron miles de migrantes en su mayoría procedentes de Irak y otros países de Oriente Medio con la esperanza de pasar a la Unión Europea, se agravó desde principios de noviembre.
Lituania, Letonia y Polonia acusaron a Minsk de orquestar una crisis migratoria para desestabilizar a la Unión Europea en represalia por las sanciones.
Las autoridades polacas declararon el estado de emergencia en los territorios fronterizos con Bielorrusia, y el Ejército y la Policía participan en la protección de las fronteras.
Por su parte, los guardias de fronteras bielorrusos acusan a sus colegas europeos de expulsar por la fuerza hacia Bielorrusia a los solicitantes de asilo.
Con información de Sputnik