Aleksandr Dunáev
La inadmisibilidad del referéndum sobre la despenalización del cultivo del cannabis, dictaminada por la Corte Constitucional, recibe reacciones muy diferentes en Italia, desde la ira de sus promotores a los aplausos de la derecha.
REFERENDOS CON FIRMAS DIGITALES
En verano de 2021 el Parlamento italiano hizo algo que para muchos no fue nada menos que una revolución: los diputados aprobaron una enmienda que reconocía las firmas digitales a favor de los referendos.
Las consecuencias no se hicieron esperar. El pasado septiembre fueron lanzadas varias iniciativas, entre las cuales dos obtuvieron un apoyo particularmente amplio, dejando perplejos a los partidos políticos. La propuesta de convocar un referéndum sobre la legalización de la eutanasia recogió 1,2 millones de firmas, mientras la descriminalización del cultivo del cannabis fue sostenida por 630.000 italianos.
DECRETO SOBRE LAS DROGAS
En el caso del referéndum sobre el cannabis se trataba de modificar algunas partes del Decreto, emitido el 9 de octubre de 1990 por el entonces presidente de la República, Francesco Cossiga.
El punto 1 del artículo 73 del documento penaliza a "toda persona que, sin la autorización contemplada en el artículo 17, cultive, produzca, fabrique, extraiga, refine, venda, ofrezca o ponga en venta (…) estupefacientes o psicotrópicos enumerados en el cuadro I previsto en el artículo 14". Por tanto, los infractores de la norma corren el riesgo de pasar en la cárcel entre dos y seis años e incurrir en una multa que va de 26.000 a 260.000 euros.
Los promotores del referéndum querían despenalizar el cultivo del cannabis, quitando del texto la palabra "cultive". Además, esperaban suprimir la suspensión del carnet de conducir para los que "ilegalmente importen, exporten, reciban de cualquier manera o posea sustancias estupefacientes o psicotrópicas", según lo prevé el artículo 75 del Decreto.
DICTAMEN DE LA CORTE CONSTITUCIONAL
A finales del octubre pasado las firmas recogidas por el Comité referendario fueron depositadas en el Tribunal de Casación de Italia. Este miércoles llegó la sentencia de la Corte Constitucional: el referéndum es inadmisible.
En una rueda de prensa después de la audiencia el presidente de la Corte, Giuliano Amato, explicó así la motivación de los jueces: "La pregunta del referéndum se articula en tres subpreguntas y la primera prevé que será excluido de las actividades penales el cultivo de sustancias estupefacientes" y no precisamente el cannabis. El problema es que en el punto 1 del artículo 73 se menciona el "cuadro I" que incluye el opio, la coca, la anfetamina y los alucinógenos, mientras el cannabis está en el cuadro II.
Es decir que, incluso si se organizara el referéndum y ganara el sí, desde el punto de vista jurídico eso no tendría ningún impacto sobre el cultivo del cannabis. Al mismo tiempo, según precisó Amato, Italia se encontraría en una situación, donde su legislación en materia de drogas violaría sus obligaciones internacionales, a saber, el compromiso de no permitir el cultivo de toda una serie de estupefacientes.
REACCIONES
Es fácil de imaginarse la ira y la desilusión de los partidarios del referéndum. El tesorero de la Asociación Luca Coscioni, Marco Cappato, acusó a los jueces de incompetencia: "Ni siquiera fueron capaces de conectar correctamente los puntos de la ley sobre las drogas, el referéndum se cancela por un error material".
A su vez, para el Comité Promotor del Referéndum sobre el Cannabis Legal "se perdió la única ocasión de cambiar las leyes sobre las drogas que nadie en este país tuvo el coraje de tocar (…) No es sólo una derrota nuestra y de centenares de miles de ciudadanos que firmaron la propuesta, sino también de las instituciones".
Entre las principales fuerzas políticas el Movimiento 5 Estrellas (M5S) lamentó la decisión de la Corte, mientras la derecha la aplaudió. La jefa del partido de derecha radical Fratelli d'Italia, Giorgia Meloni, definió la sentencia una victoria y el diputado de Forza Italia, Maurizio Gaspari, habló de "una derrota para el partido de la droga".
Con la decisión de la Corte Constitucional los partidarios de la legalización del cultivo del cannabis vuelven al punto inicial e Italia sigue en una posición ambigua. Por una parte, la legislación prohíbe el cultivo y la comercialización del cannabis, por otra cierra los ojos sobre su consumo, considerándolo como delito administrativo y no penal.
Quizás para llegar al referéndum los activistas tengan que lanzar otra recogida de firmas, pero esta vez deberán formular mejor la pregunta dirigida a los ciudadanos.
Con información de Sputnik