Wang Wenbin comunicó este martes que Pekín advirtió a Tokio tras la presión ejercida contra la Embajada y los Consulados chinos en Japón, que reaccionaron al vertido al océano del agua contaminada con tritio proveniente de la planta nuclear de Fukushima.

 

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Wang Wenbin

El diplomático señaló que el Gobierno japonés comenzó a verter unilateralmente el agua contaminada, lo que provocó una fuerte “indignación pública en todos los países”.

Destacó que es indiscutible que la mayoría de países, incluidos muchos habitantes de Japón, critican y se oponen al vertido y adoptaron las medidas preventivas correspondientes. “Japón no debería hacer la vista gorda ante ello, y mucho menos engañarse a sí mismo y a los demás”, manifestó.

Egoísmo japonés

Calificó a las acciones de Japón de “egoístas e irresponsables” y agregó que China y otras partes interesadas tienen el derecho de tomar “medidas preventivas” para garantizar la seguridad del medio marino, la seguridad alimentaria y la seguridad humana, e instó a Tokio a detener el vertido del agua de inmediato, informa Xinhua.

“Lo que la parte japonesa debería hacer es corregir de inmediato este acto egoísta e irresponsable de descargar agua contaminada al océano y responder seriamente a las preocupaciones de la comunidad internacional”, enfatizó.

Japón almacenó un millón de toneladas de agua contaminada de su planta de Fukushima en mil tanques de acero, las cuales comenzó a derramar en el océano Pacífico el pasado jueves.

El Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS, por sus siglas en inglés) reduce la contaminación radiactiva del agua, pero este tratamiento actualmente no puede eliminar el tritio.

La arrogancia japonesa, ha encendido los ánimos de los sindicatos de pescadores chinos de la región y de países vecinos.

No contentos con el vertido, en su soberbia Japón mandó a su viceministro de Asuntos Exteriores, Masataka Okano, a convocar al embajador de China en Tokio, Wu Jianghao, para pedirle explicaciones la reacción de Pekín ante el vertido japonés.

Por ello protesta el vocero de la Cancillería china, quien rechazó la presión japonesa a los diplomáticos chinos, pretendiendo el silencio de China ante la contaminación del océano Pacífico que está perpetrando Japón.

“El océano no es la alcantarilla privada de Japón”

En junio de este año, Wang Wenbin condenó la decisión japonesa de arrojar esas aguas al mar de forma contundente, señalando que el océano no es la “alcantarilla privada de Japón”.

“Muchos en la comunidad internacional se han preguntado si el agua contaminada con residuos nucleares era de verdad segura, como Japón dice, entonces ¿por qué Japón no las descarga en sus lagos, por qué, en cambio construye el túnel de descarga y la lanza ansiosamente”, cuestionó y agregó que el vertido al mar es la opción más barata con riesgo mínimo de contaminar al propio Japón. “El océano es un bien común de la humanidad, no es la alcantarilla privada de Japón”, subrayó entonces.

 

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