La guerra que nunca acaba
Por Javier García Ropero*
La última visita de George W. Bush a Oriente Medio como Presidente de Estados Unidos dejó un mensaje claro respecto a la guerra de Afganistán: “la lucha será larga”. Una lucha que comenzó el propio Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, y que, siete años después, no parece acabar. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) cifra las víctimas civiles en unos 1.500 sólo hasta noviembre de 2008, ya sea por los ataques de los insurgentes o por los bombardeos de las tropas internacionales desplegadas en Afganistán. Pero la guerra también se ha cobrado la vida de miles de militares. La reciente muerte de cuatro soldados británicos hace que ya sean más de 130 los fallecidos en el ejército de este país. En las tropas españolas, las bajas ya llegan a ochenta y siete. Estados Unidos continúa sin revelar el número de fallecidos en sus filas, pero, si se cuentan las bajas en Irak, éstos se cuentan por miles.