Especialistas de la Digemid recomiendan enjuagarse la boca luego de inhalaciones.
Recuerdan que su utilización correcta permite evitar complicaciones peligrosas.
La utilización de inhaladores para el tratamiento y control del asma sin las adecuadas medidas de higiene puede provocar infecciones y la aparición de hongos en la cavidad bucal informó el especialista del Equipo de Atención Farmacéutica de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), Aldo Álvarez Risco.
“Las personas con asma deben tener por costumbre enjugarse la boca luego de utilizar sus inhaladores, más aun si se trata de los de uso preventivo, pues contienen corticoides, sustancia que pueden generar disminución del sistema inmunitario y la aparición de infecciones y hongos, como la cándida, en la cavidad bucal”, explicó.
El especialista de la Digemid remarcó que las personas deben enjuagarse la boca con agua, la cual no debe ser ingerida, varias veces seguidas.
Asimismo, Álvarez recomendó a los pacientes asmáticos aprender a usar correctamente el inhalador, pues de lo contrario, al ser usados con la intención de controlar una crisis asmática, sus efectos no serán los deseados y podrían poner en peligro su salud, ya sea por déficit o sobredosis.
“Resulta preocupante que el 75% de las personas con asma no sepan usar el inhalador lo cual -específicamente el que contiene Salbutamol- puede ser muy peligroso pues en caso de sobredosis, el paciente puede presentar sudoración excesiva, temblores e insomnio en casos leves y taquicardia en aquellos que padecen problemas cardiovasculares”, explicó.
Por el contrario, señaló que si una persona recibe una dosis insuficiente durante una crisis asmática, sus bronquios se cerrarán, lo que le impedirá respirar y recibir oxígeno pudiendo producirse en el organismo un paro respiratorio y hasta provocar la muerte si no recibe el auxilio necesario.
¿Cómo usarlo?
El especialista explicó que el inhalador se debe agitar antes de usarlo, presionarlo haciendo un “puff” para una primera inspiración y retener la respiración por diez segundos; luego, esperar un minuto para una segunda inspiración, de tal manera el medicamento ingresa de forma correcta al organismo.
“Si inhalamos dos veces seguidas, sin hacer la pausa, es como si lo hiciéramos una sola vez y si no lo agitamos antes de usar, tampoco entrará al organismo la dosis necesaria para controlar la crisis”, remarcó.
Finalmente, Álvarez recomendó no usarlo indiscriminadamente, pues antes de ello la persona debe ser evaluada por un médico, “quien debe seguir paso a paso la evolución del tratamiento”.