No siempre es necesario ir a una clínica. No solo cuando alcancemos cierta edad: la prevención por medio de diferentes chequeos es el pilar para una buena salud.
Sabemos que la clave de una vida sana es la prevención. Sin embargo, muchas personas aún no toman conciencia de la importancia de recurrir a un médico, no solo cuando presentamos alguna señal de alerta, sino también cuando nos sentimos bien.
Prueba de esto es la proyección del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) estimó que, para fines del 2019, se detectarían más de 66 mil nuevos casos de cáncer y que, lamentablemente, estas estarían en un estadio avanzado. Según este mismo estudio, se afirma que, a pesar de no ocupar el primer lugar en el tipo de neoplasia más frecuente, el cáncer de estómago es el más mortal y la principal causa de muerte.
Asimismo, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), Globocan 2018, señala que el cáncer de estómago y cáncer de colon ocupan el tercer y cuarto lugar respectivamente de casos nuevos de cáncer
En este sentido, realizarse un chequeo, sobretodo gastroinstestinal, debe empezar a ser prioridad, no solo en adultos mayores, sino también en adultos jóvenes. Por tal motivo, la doctora Diana Lévano, médico gastroenterólogo de SANNA Centro Clínico Miraflores, aclara algunos puntos clave relacionados a este chequeo:
1. ¿Desde qué edad deberíamos considerar realizarnos exámenes?
No deberíamos esperar a presentar síntomas para preocuparnos por nuestra salud. Una cultura de prevención nos ayudará a tomar conciencia de nuestro cuerpo y nos permitirá actuar antes de que sea tarde.Todo paciente sano, debería ser sometido a un estudio de despitaje para diagnóstico de lesiones precancerigenas de estómago a partir de los 40 años y de colon, desde los 45 a 50 años. En algunos casos especiales se inicia dicho estudio mucho más antes, según antecedentes personales y familiares. Sabemos que el cáncer de estómago en pacientes jóvenes es mucho más agresivo.
También se debe prestar atención a las señales de alerta como dolor abdominal, reflujo, baja rápida de peso, falta de apetito, vómitos, anemia, flatulencia, cambios en el ritmo evacuatorio, heces encintadas, diarreas etc; que, si bien no siempre representan la existencia de algún tumor, pueden ser signos de otras enfermedades como la gastritis, reflujo gastroesofágico, colon irritable, estreñimiento, etc.
2. ¿Qué exámenes debería realizarme?
Si el paciente presenta alguno de los síntomas antes mencionados, lo recomendable es realizarse estudios endoscópicos, ya sean endoscopia (para diagnosticar y tratar enfermedades del esófago, estómago y duodeno), colonoscopia y proctosigmoidoscopia (para evaluar el colon). Estos procedimientos también deberían de realizarse como parte de un chequeo preventivo, según edades antes mencionadas y factores de riesgos. En general, estos son seguros y los riesgos de complicaciones de son muy poco frecuentes.
3. ¿Tengo que acudir a una clínica especializada para estos exámenes?
A veces solemos relacionar problemas complejos, como la detección de un cáncer, con lugares muy especializados; sin embargo, existen otras alternativas que garantizan la misma calidad de atención como los Centros Clínicos, que cuentan con diferentes especialidades y ayudan a descongestionar las atenciones en las grandes clínicas, disminuyendo los tiempos de espera y a mejorar la experiencia para las personas.
En el caso de SANNA, recientemente inauguró una nueva sede en Miraflores, que se suma a sus otros Centros Clínicos en Chacarilla y La Molina, donde se cuenta con médicos especialistas en gastroenterología y tecnología moderna para tratar las enfermedades gastroinstestinales antes mencionadas y brindar un procedimiento y seguimiento adecuado al paciente.
-