¿Cede García a chantaje delincuencial?
por Herbert Mujica Rojas
La revista Caretas en su número 2020, de fecha 27-3, y bajo el subrayado título Reacción inexplicable, endereza al presidente Alan García un largo cuestionario que reproducimos literalmente.
Sin embargo, faltan algunas preguntas interesantes: ¿los ministros del gabinete, comparten la posición del primer mandatario García? Si es así, entonces son cómplices de ceder ante un chantaje delincuencial y su posición es fragilísima, moral y penalmente. Ni uno solo de ellos ha dicho esta boca es mía y son muchas las lunas transcurridas sin que se haya producido ¡una sola renuncia!
¿Existe el Establo? En realidad, hay que dejar que sus precarísimos habitantes vivan pastando pacífica y cobrando alegremente en la Plaza Bolívar. Ninguna de sus opiniones tiene la más mínima importancia.
Por un chantaje delincuencial ¿hemos llegado al naufragio final y letal de García y todo su gobierno? Quien crea que estamos en aguas tranquilas, debería reparar en que son muchos más los peligros que se afrontan. Dentro y fuera del país. Enfeudarse a las amenazas, reales o imaginarias, de un patibulario, ni siquiera nacido en Perú, provoca el más rotundo rechazo a semejante barbaridad.
Leamos lo que se dice en Caretas:
¿Existe el Establo? En realidad, hay que dejar que sus precarísimos habitantes vivan pastando pacífica y cobrando alegremente en la Plaza Bolívar. Ninguna de sus opiniones tiene la más mínima importancia.
Por un chantaje delincuencial ¿hemos llegado al naufragio final y letal de García y todo su gobierno? Quien crea que estamos en aguas tranquilas, debería reparar en que son muchos más los peligros que se afrontan. Dentro y fuera del país. Enfeudarse a las amenazas, reales o imaginarias, de un patibulario, ni siquiera nacido en Perú, provoca el más rotundo rechazo a semejante barbaridad.
Leamos lo que se dice en Caretas:
Reacción inexplicable
NO se entiende ni papa el comportamiento reciente del Presidente de la República. CARETAS lo dice con particular elocuencia gráfica porque está en la mismísima sartén.
La situación amerita una batería de preguntas.
¿Por qué AGP se indigna contra un funcionario destinado a proteger los intereses del Estado cuando el Poder Judicial le da la razón a la SUNAT frente a una pretensión absurda?
¿Por qué actúa contra ese funcionario, Luis Alberto Salgado del Consejo Nacional de Derechos Humanos, cuando la noticia sobre la decisión judicial aparece en CARETAS y no una semana antes, que es cuando se expidió dicha sentencia?
¿Es que no se da cuenta de lo estrafalaria que resulta la pretensión de Baruch Ivcher originada en las dificultades postreras que tuvo con el régimen de Alberto Fujimori?
¿Al Presidente le satisface el cambio de giro experimentado por el empresario que fue un sostén de ese gobierno autoritario hasta 1996?
¿No recuerda él que Canal 2 hizo particular escarnio de la democracia cuando al día siguiente del autogolpe de 1992 envió al cómico Carlos Alvarez a burlarse del Parlamento?
¿Tampoco recuerda la forma en la que ese canal y otros medios oficialistas de entonces maltrataron a su propia esposa cuando presentó un hábeas corpus en el Poder Judicial y fue zarandeada por una turba que organizó Vladimiro Montesinos?
¿No sabe que la disputa tributaria se origina cuando Ivcher acude a la SUNAT en tiempos de Valentín Paniagua, y cuando frente a la institución estaba la actual Defensora del Pueblo, para reclamar por la devolución de dineros que supuestamente allí le adeudaban?
¿No está al tanto de que ese reclamo activó un mecanismo estándar para trazar el perfil del contribuyente y establecer un balance entre el reclamo y sus tributos pendientes que resultaron en la deuda acotada de S/. 54 millones?
¿Acaso no sabe que se trata del caso de alguien que fue por lana y salió trasquilado?
¿Cómo es posible que, pocos días después de la situación descrita, llame perro del hortelano a la SUNAT, emparentando su predicamento con el de una persona como Ivcher, y proponga transferir a nuestros variopintos municipios cobranzas de impuestos cuando ello ha sido materia de mucha ineficacia y ratería menuda?
¿No es justo recapacitar y reconocer, como hacemos tantos otros críticos del gobierno de Fujimori, que si hubo un logro durante aquellos años fue el de la estructuración de la SUNAT y el final de la edad de las cavernas tributarias padecida por el mismo AGP?
¿Qué es lo que debe a un personaje como Ivcher que le ha mentido a las autoridades notariales, a la Comisión y a la Corte Internacional de Derechos Humanos en términos de su estatus nacional?
¿Qué perjuicio cree que le puede causar la oposición interesada de Frecuencia Latina?
¿Qué ilusión puede cultivar el Presidente en cuanto a la actitud futura de Ivcher y su canal?
¿No sabe que ya hace todo lo posible para no pagar esos impuestos y que, repitiendo las estratagemas antes utilizadas, atacará al gobierno a pesar de los sorprendentes gestos de simpatía del primer mandatario del país?
¿Acaso no le parece escandaloso que, apenas días después de firmarse la sentencia de la Corte Suprema que lo obliga a pagar los S/.54 millones, Ivcher presente una apelación al Tribunal Constitucional que es irrespetuosa de las instituciones y fuera de lugar como lo califican los expertos?
¿No se da cuenta que la salida de Salgado, con predicamento internacional dada su experiencia en Naciones Unidas, y aprista por añadidura, tiene ya repercusión muy nociva en el escenario interamericano?
¿Advierte que su reemplazo, Miguel Facundo, es un personaje que algunos consideran impresentable y que es seriamente cuestionado por las organizaciones de Derechos Humanos contra las que ha litigado?
¿No se ha percatado que un abogado clave de Ivcher, Luis Abanto Verástegui, es a su vez abogado de los Wolfenson, verdugos del fujimorismo, y de la investigada familia Sánchez Paredes?
¿Ese es un ambiente con el que, mediante sus gestos, quiere vincular a Palacio?
SE ENTIENDE QUE, a pesar de sus palabras optimistas sobre el curso económico del país, persista la preocupación en la mente de AGP.
Y no es tanto por las encuestas. En el Perú ya estamos acostumbrados al descontento casi crónico y desconcertante.
La preocupación anida porque, en este año internacional de un alimento salido de los Andes como la papa, el impacto de la inflación importada y de las alzas en productos como los fertilizantes tenga su sensible correlato en los precios de alimentos fundamentales en la canasta familiar.
A veces de poco sirve que el Perú esté en relativa mejor situación frente a sus vecinos, como lo ha recordado sonriente y canchero el ex candidato presidencial chileno Sebastián Piñera. El ama de casa que ve dispararse el precio de la cebolla no necesariamente la tiene igual de clara.
El propio García reconoce la turbulencia del período. Pero más preocupante es la perspectiva causada por el masivo déficit norteamericano que podría terminar arrastrando desde al gigante chino hasta el propio Perú.
Sería una trágica injusticia que su gobierno, que comenzó corrigiendo errores y no pocas locuras de juventud, termine con nota baja impartida por la globalización que se manifiesta para bien y para mal.
La aspiración de García de buscar un tercer mandato en el 2016 y ser el presidente del bicentenario, como alguna vez lo confesó a CARETAS, podría verse empañada por este contratiempo exógeno. Pero no puede dejarse vencer por los nervios. Que no cometa esos errores. Que no considere que algún medio es tan importante y menos un personaje tan desacreditado.
AGP tiene que derrotar una suerte de masoquismo aprista que se ha visto revivido en estos tiempos. CARETAS ha preguntado del caso a apristas antes vejados. Ahora ninguno puede opinar sobre el hecho de que Ivcher nunca dejó de ser israelí. Incluyendo la ministra de Justicia y su antecesora. Nada hay de antisemita en el argumento. Podría tratarse de un ciudadano finlandés. El meollo es que mintió para hacerse con la propiedad de un canal de televisión.
Si en el pasado el APRA practicó ejercicios de realpolitik con el pradismo y el odriísmo que la persiguieron había que entender la importancia y fuerza política de esas corrientes.
Este caso es totalmente distinto. Se trata de un individuo que pretende imponerse como sea en una sociedad que lo acogió y a la cual considera débil e indigna de respeto."