¿Copia malos ejemplos Alan García?
por Herbert Mujica Rojas
¿Estará plagiando el gobierno de Alan García y su deslumbrante estrella, el ministro de Educación, José Antonio Chang, los manuales o guías para padres de la Fundación Vamos México y del Sindicato de Maestros, dirigido por la corruptísima profesora azteca Elba Esther Gordillo y la ex primera dama de ese país, Martha Sahagún, en Perú? Alabable que el primer funcionario del país se preocupe de la educación, sin embargo, hasta hoy no nos dice ¡qué otro mérito, aparte de ser una de las más eximias operadoras del fraude contra Andrés López Obrador, el real presidente de México, tiene la susodicha Gordillo!
¡Olvidaba referir que la señora Gordillo había donado un millón de dólares para los damnificados del sismo del 15 de agosto en Pisco! Pero no consultó con nadie en el Sindicato azteca para ese obsequio que entregó en Palacio y fue muy criticada en México porque, mientras tenía ese gesto simpático en Perú, no daba ¡ni un dólar a los damnificados de las inundaciones de Tabasco en setiembre-octubre del 2007, es decir, poco después del agosto fatídico aquí! Reza el dicho, candil de la calle, oscuridad de la casa. Más aún, ha sido declarada "Líder Vitalicia" del Sindicato de maestros de México, al mejor estilo de la ex-URSS. La izquierda azteca no cesa de sindicarla como una de las esquiroles fautoras de la trampa contra López Obrador.
Pareciera que el siempre bien informado presidente García, no sabe bien con quién se ha metido y hasta da la impresión que nos quiere sugerir, al alimón con su potente ministro de Educación, el uso de guías-manuales que en México fueron un estruendoso fiasco. Estamos seguros que AGP no cree que todos están tan poco enterados de cómo se mueve el mundo y en un sitio tan cercano como México. ¿No hay entre el tumulto de incondicionales, las 24 horas, que tiene el mandatario, uno bien informado y que pueda pasarle datos impecables y evitar, de ese modo, que el mandatario camine por avenidas sumamente peligrosas?
En su artículo ¿Cómo gobernar entre todos el país? y sobre las disciplinas de educación, tránsito, atención comercial y demás menesteres abordados por el mandatario García, se hace pura terapia emocional ciudadana. Algo parecido a lo que efectuó Fox (esposo de la Sahagún) en México, pero allá se hizo con un derroche y boato en publicidad televisiva para que la gente alentara una sensación de bienestar vía el estímulo de una afectividad cotidiana mediática. De ese modo, y esto ocurre no sólo en México dicen los cínicos y dolarizados publicistas, los pueblos ponen de lado la algidez de los temas económicos, políticos y, bajo el patrocinio de manuales terapéuticos, de esos que se venden en los supermercados, producen fenómenos de idiotización acrítica de las nuevas promociones sociales.
Como la educación constituye leit motiv de sus más dinámicas preocupaciones, me atrevería a preguntar si el presidente y, sobre todo, el ministro de Educación, Chang, han tenido la delicadeza mínima de hacer un esfuerzo de aproximación al Sutep. Gústenos o no, algo tienen que decir los maestros y su sindicato. ¿Y el Congreso y los especialistas? ¿O el propósito es más atrevido y quieren pulverizar a una institución que existe con todas sus taras y raras virtudes, pero está allí?
Más aún, creo que a alguien se le ha ocurrido que los tales manuales-guías para padres, fracasados en México, plenos en lugares comunes, también pueden usarse aquí y bastaría con cambiar las carátulas, incorporar una foto del jefe de Estado y ¡negocio redondo! Pero, es conveniente anotar que se estaría pagando derechos de autor y regalías nada menos que a la Fundación Vamos México de la Sahagún, paradigma de cualquier cosa, menos de honestidad en el gobierno. Hasta sus hijos están siendo investigados por la policía en su país.
La facinerosa Gordillo impulsó la confección en México de esa Guía para padres (manuales, les llama aquí Alan García) que tiene varios fascículos, está bien diagramada y reproducen "consejos" que son lugares comunes para que los progenitores se dirijan a sus hijos: "Cuéntele o léale un cuento cuando ya esté acostado. Acompáñelo un ratito para que se duerma tranquilo. Después déjelo sólo....." (p. 71, fascículo de 0 a 5 años).
En la tierra de Benito Juárez, la guía-manual para padres, fue criticada por los pedagogos mexicanos que la denunciaron como conservadora, eclesiástica y alentadora de ideas donde la gente es instruida para que no reclame sus derechos. Algo así como la fábrica de zombies o idiotas acríticos desde la niñez hasta la adolescencia. En los pagos de Octavio Paz, la tal guía fue echada al olvido porque a todos pareció digna del tacho de basura. ¿Se pretende aquí hacer alguna payasada similar por mala información?
¿Está seguro el presidente García que no confunde el concepto de corresponsabilidad de Anthony Giddens con terapia emocional al estilo del doctor Daniel Coleman (autor de La Inteligencia Emocional) e ideas neoconservadoras y neoliberales sobre el tema de la tributación? Los sancochados sólo son buenos en la culinaria. En libros o pretendidas lecciones intelectuales vía el periodismo, sólo producen lugares de la más palurda vulgaridad.
Tony Blair, siguiendo a Giddens, señala en La Tercera Vía que los pobres que reciben un cheque de la seguridad social, deben corresponsabilizarse con el Estado en la educación de sus hijos, vigilando su preparación y rendimiento. Esa es la idea que hay que rescatar porque puntualiza y establece deberes compartidos. ¿Es eso lo que ha afirmado AGP? Me temo que no. En cambio trata de manipular la propuesta trasladándola al tema tributario, donde insinúa que las pensiones bajas se justifican porque lo que se cotizó en activo fue poco y esto sí constituye una traición flagrante a los principios del Estado de bienestar que preceptuó la Constitución de 1979. Y termina hablando de fútbol, mezclando la inteligencia emocional con las frustraciones. Es exactamente lo que hizo Fox aconsejado por sus asesores en marketing.
Son múltiples y demasiado notorias las metidas de pata recientes del mandatario García. Como idénticos son los cuasi silencios del 95% de los miedos de expresión. Por ejemplo, nadie quiere hablar del porqué se mantiene a un notorio incapaz en la vicecancillería, Gonzalo Gutiérrez Reinel, cuando éste se ha dado el lujo insólito de poner en ridículo al mismísimo presidente de la república. ¿Tanto peso tiene el inepto entre los ineptos e ignorante chilenófilo Allan Wagner Tizón? Con la excepción honrosa de Caretas, casi ninguna publicación se ha atrevido a cuestionar el que García Pérez defenestre a un funcionario brillante como Luis Alberto Salgado, del Consejo Nacional de Derechos Humanos, y se juegue por las pillerías tributarias que impulsa Baruch Ivcher, individuo que le mintió al Estado peruano, a la CIDH y a todo el mundo y así se embolsicó 20 millones de soles con la ayuda de tres abogángsters que se hacen pasar por juristas, Felipe Osterling, Jorge Santistevan y Jorge Avendaño. Orilla el mandatario la vacancia por un hecho de semejante y gravísimo calibre.
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
Lea www.redvoltairenet.org/es
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Pareciera que el siempre bien informado presidente García, no sabe bien con quién se ha metido y hasta da la impresión que nos quiere sugerir, al alimón con su potente ministro de Educación, el uso de guías-manuales que en México fueron un estruendoso fiasco. Estamos seguros que AGP no cree que todos están tan poco enterados de cómo se mueve el mundo y en un sitio tan cercano como México. ¿No hay entre el tumulto de incondicionales, las 24 horas, que tiene el mandatario, uno bien informado y que pueda pasarle datos impecables y evitar, de ese modo, que el mandatario camine por avenidas sumamente peligrosas?
En su artículo ¿Cómo gobernar entre todos el país? y sobre las disciplinas de educación, tránsito, atención comercial y demás menesteres abordados por el mandatario García, se hace pura terapia emocional ciudadana. Algo parecido a lo que efectuó Fox (esposo de la Sahagún) en México, pero allá se hizo con un derroche y boato en publicidad televisiva para que la gente alentara una sensación de bienestar vía el estímulo de una afectividad cotidiana mediática. De ese modo, y esto ocurre no sólo en México dicen los cínicos y dolarizados publicistas, los pueblos ponen de lado la algidez de los temas económicos, políticos y, bajo el patrocinio de manuales terapéuticos, de esos que se venden en los supermercados, producen fenómenos de idiotización acrítica de las nuevas promociones sociales.
Como la educación constituye leit motiv de sus más dinámicas preocupaciones, me atrevería a preguntar si el presidente y, sobre todo, el ministro de Educación, Chang, han tenido la delicadeza mínima de hacer un esfuerzo de aproximación al Sutep. Gústenos o no, algo tienen que decir los maestros y su sindicato. ¿Y el Congreso y los especialistas? ¿O el propósito es más atrevido y quieren pulverizar a una institución que existe con todas sus taras y raras virtudes, pero está allí?
Más aún, creo que a alguien se le ha ocurrido que los tales manuales-guías para padres, fracasados en México, plenos en lugares comunes, también pueden usarse aquí y bastaría con cambiar las carátulas, incorporar una foto del jefe de Estado y ¡negocio redondo! Pero, es conveniente anotar que se estaría pagando derechos de autor y regalías nada menos que a la Fundación Vamos México de la Sahagún, paradigma de cualquier cosa, menos de honestidad en el gobierno. Hasta sus hijos están siendo investigados por la policía en su país.
La facinerosa Gordillo impulsó la confección en México de esa Guía para padres (manuales, les llama aquí Alan García) que tiene varios fascículos, está bien diagramada y reproducen "consejos" que son lugares comunes para que los progenitores se dirijan a sus hijos: "Cuéntele o léale un cuento cuando ya esté acostado. Acompáñelo un ratito para que se duerma tranquilo. Después déjelo sólo....." (p. 71, fascículo de 0 a 5 años).
En la tierra de Benito Juárez, la guía-manual para padres, fue criticada por los pedagogos mexicanos que la denunciaron como conservadora, eclesiástica y alentadora de ideas donde la gente es instruida para que no reclame sus derechos. Algo así como la fábrica de zombies o idiotas acríticos desde la niñez hasta la adolescencia. En los pagos de Octavio Paz, la tal guía fue echada al olvido porque a todos pareció digna del tacho de basura. ¿Se pretende aquí hacer alguna payasada similar por mala información?
¿Está seguro el presidente García que no confunde el concepto de corresponsabilidad de Anthony Giddens con terapia emocional al estilo del doctor Daniel Coleman (autor de La Inteligencia Emocional) e ideas neoconservadoras y neoliberales sobre el tema de la tributación? Los sancochados sólo son buenos en la culinaria. En libros o pretendidas lecciones intelectuales vía el periodismo, sólo producen lugares de la más palurda vulgaridad.
Tony Blair, siguiendo a Giddens, señala en La Tercera Vía que los pobres que reciben un cheque de la seguridad social, deben corresponsabilizarse con el Estado en la educación de sus hijos, vigilando su preparación y rendimiento. Esa es la idea que hay que rescatar porque puntualiza y establece deberes compartidos. ¿Es eso lo que ha afirmado AGP? Me temo que no. En cambio trata de manipular la propuesta trasladándola al tema tributario, donde insinúa que las pensiones bajas se justifican porque lo que se cotizó en activo fue poco y esto sí constituye una traición flagrante a los principios del Estado de bienestar que preceptuó la Constitución de 1979. Y termina hablando de fútbol, mezclando la inteligencia emocional con las frustraciones. Es exactamente lo que hizo Fox aconsejado por sus asesores en marketing.
Son múltiples y demasiado notorias las metidas de pata recientes del mandatario García. Como idénticos son los cuasi silencios del 95% de los miedos de expresión. Por ejemplo, nadie quiere hablar del porqué se mantiene a un notorio incapaz en la vicecancillería, Gonzalo Gutiérrez Reinel, cuando éste se ha dado el lujo insólito de poner en ridículo al mismísimo presidente de la república. ¿Tanto peso tiene el inepto entre los ineptos e ignorante chilenófilo Allan Wagner Tizón? Con la excepción honrosa de Caretas, casi ninguna publicación se ha atrevido a cuestionar el que García Pérez defenestre a un funcionario brillante como Luis Alberto Salgado, del Consejo Nacional de Derechos Humanos, y se juegue por las pillerías tributarias que impulsa Baruch Ivcher, individuo que le mintió al Estado peruano, a la CIDH y a todo el mundo y así se embolsicó 20 millones de soles con la ayuda de tres abogángsters que se hacen pasar por juristas, Felipe Osterling, Jorge Santistevan y Jorge Avendaño. Orilla el mandatario la vacancia por un hecho de semejante y gravísimo calibre.
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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