Antauro Humala, parásito de pobres jubilados
Antauro Humala parasitó los fondos de los jubilados más necesitados del Perú, los maestros, entre los años 2002 y 2005, haciéndose pagar repetidas asesorías fantasma, aprovechando que su amigo Alfonso Valdivia Ferré se encontraba ocupando un cargo directivo en esa institución, según denunció ayer "La Ventana Indiscreta".
Mientras a los viejtos que aportaron toda su vida les negaban préstamos, para Antauro Humala sí había fondos disponibles, que generosamente le otorgaba su amigo. Además, le permitió utilizar, a él y sus militantes, varios de sus locales para sus actividades políticas y de preparación para la toma de la comisaría de Andahuaylas, que culminó con la muerte de cuatro policías.
No contento con aprovechar de locales y fondos, Antauro Humala abusó del teléfono de la institución realizando llamadas de larga distancia que abultaron la factura, sin que haya respondido por el gasto. Cuando dejaron los locales, el guardián encontró pertrechos militares, incluyendo balas.
A una política violenta, llena de confusión y disparates, que propugna la división étnica del Perú, con la denuncia se confirma que este aventurero irresponsable no es más que un vividor con ambiciones de poder que arrastra a peruanos, que tal vez desean un Perú mejor, a un abismo sin salida en nombre de sus propias ambiciones y apetitos.
Mientras tanto, se anuncia una condena de 35 años para este sujeto, que al utilizar el nombre de Andrés Avelino Cáceres para su movimiento, denominado etnocacerista, no hace más que denigrar el recuerdo del valeroso héroe que se enfrentó a los delincuentes chilenos en la guerra de 1879.
No contento con aprovechar de locales y fondos, Antauro Humala abusó del teléfono de la institución realizando llamadas de larga distancia que abultaron la factura, sin que haya respondido por el gasto. Cuando dejaron los locales, el guardián encontró pertrechos militares, incluyendo balas.
A una política violenta, llena de confusión y disparates, que propugna la división étnica del Perú, con la denuncia se confirma que este aventurero irresponsable no es más que un vividor con ambiciones de poder que arrastra a peruanos, que tal vez desean un Perú mejor, a un abismo sin salida en nombre de sus propias ambiciones y apetitos.
Mientras tanto, se anuncia una condena de 35 años para este sujeto, que al utilizar el nombre de Andrés Avelino Cáceres para su movimiento, denominado etnocacerista, no hace más que denigrar el recuerdo del valeroso héroe que se enfrentó a los delincuentes chilenos en la guerra de 1879.