Masías no se disculpa con jóvenes difamados
Manuel Masias


El escándalo no se aparta de Manuel Masías, alcalde de Miraflores. Tras el derrumbe de una construcción que causó la muerte de cuatro obreros, esta vez alborota por la falsa acusación contra cuatro jóvenes deportistas, a quienes imputaron cargos de robo y tráfico de drogas.


Abraham Nina Márquez, Jorge Chávez, Daniel Távara y César Cavero fueron detenidos hace una semana por la policía y el serenazgo de ese distrito. La municipalidad convocó a una conferencia de prensa donde se los presentó como ladrones y comercializadores de drogas y además los “bautizaron” con el nombre de una banda: “los malditos de Larcomar”.

A estos jóvenes se les capturó sólo por sus rasgos andinos, pero los abusos cometidos contra ellos son graves:

  • difamarlos con la máxima cobertura de prensa acusándolos de ser ladrones
  • difamarlos con la máxima cobertura de prensa acusándolos de ser comercializadores de droga
  • difamarlos con la máxima cobertura de prensa acusándolos de integrar la banda “los malditos de Larcomar”
  • agresión física
  • privación de la libertad por seis días
  • la incautación de sus vehículos y otros bienes, que hasta ahora no se les devuelve

En el colmo de la teatralidad, no sólo que inventaron todos los graves cargos, sino que sorprendieron al público diciendo que se trató de una labor de “inteligencia” y persecución.

Luis Ignacio Bullard, representante de Larcomar, también protestó por la falsa información, pues asegura que en dicho centro comercial no hay casos de acciones delictivas y que con el escándalo están haciendo mala fama a Larcomar.

El apetito de figuración barata del alcalde de Miraflores, Manuel Masías, siempre premunido de sus poses y sus infaltables moños en la frente buscando cámaras, esta vez se está saciando, pero con amargos bocados, como este nuevo escándalo, el cual ha afrontado con soberbia y mentiras, pues lejos de ofrecer disculpas y algún resarcimiento, niega rotundamente su responsabilidad, sus únicas burlescas reacciones consisten en asegurar que no se dejará intimidar.

Pero Masías es presidente del Comité de Seguridad Ciudadana de Miraflores, conformado por la PNP, los vecinos y el Ministerio Público, Masías —o cualquier otro alcalde— es, pues, la autoridad máxima de seguridad en Miraflores y responsable político de la actuación del serenazgo. No sólo eso, sino que es la misma municipalidad la que convocó a la conferencia de prensa para presentar a estos jóvenes, hecho que Masías niega, pese a que los periodistas mostraron las invitaciones cursadas por la municipalidad.

En cuanto al director General de la PNP, Octavio Salazar, ha aclarado que desconocía que se convocaría una conferencia de prensa en la que se acusó a los agraviados. Mientras tanto, ha dispuesto las investigaciones para determinar responsabilidades, pues los policías han violado los procedimientos establecidos para las detenciones. Es obvio que hubo una censurable precipitación de la PNP y el serenazgo en impuar delitos a dichos jóvenes y someterlos a escarnio público, sin antes haber realizado una adecuada investigación.

Tanto deseaba publicidad Masías, que cayó en su propia trampa, esperemos que los agraviados realicen las demandas y soliciten una buena indemnización, pues Masías ha rechazado la oportunidad que tuvo para presentar sus disculpas y desagraviar a estos jóvenes.

Además, se espera las sanciones correspondientes de parte de la dirección de la PNP, pues los casos de golpizas contra ciudadanos indefensos son frecuentes, por ejemplo, lo han denunciado los choferes detenidos a causa del atropello y muerte de una mujer policía durante la realización de la cumbre ALC-UE. Uno de ellos manifestó que un policía ingresó a su celda y lo golpeó irracionalmente.

Los ciudadanos corren un nuevo peligro al salir a las calles, pues pueden ser acusados por la PNP de cargos que los pueden llevar largos años a la cárcel. Al parecer, los subalternos han aprendido el ejemplo del incapaz ministro Alva Castro, quien sigue dilapidando el Tesoro Público enriqueciendo a la prensa sumisa con sus propagandas donde se presenta como el paladín de la seguridad y sigue recibiendo el respaldo presidencial. Así, los policías creen que se construye un trabajo de seguridad ciudadana sobre la base de la propaganda, que es lo que buscaron mediante la convocatoria a esa malhadada conferencia de prensa que manchó el honor de ciudadanos inocentes.