El APRA frente a la vergüenza nacional

por Marco Antonio Flores Villanueva,
desde Boston, USA

En un escándaloso spot publicitario (ver video en http://www.youtube.com/watch?v=aPcvBTVE1Kk ) cuya autoría "intelectual" y "estratégica" responde a la alta dirigencia del PAP en el poder como en el partido, la imagen del siniestro Vladimiro Montesinos, quien representa la podredumbre de la política peruana sumergida placenteramente en el fango de la corrupción y el crimen organizado, ha sido utilizada por los que ostentan el poder en el Perú para atacar a los organizadores del paro nacional que viene acatándose el día de hoy; medida de lucha de los trabajadores que constituye, vale recordarlo, el ejercicio regular de un derecho amparado por la Constitución y por normas supranacionales.


Con repugnancia, con verguenza, con ira he observado el video que nos ocupa, testimonio de la debacle moral de las autoridades del PAP. Desde el propio Presidente de la República, entregado al poder económico de los que más tienen y que empobrece cada día más a la clase trabajadora del país que lo repudia en las encuestas, pasando por su Primer Ministro, comprometido en este affair aunque se escude en "códigos" simplones, hasta el inquilino precario de Alfonso Ugarte, el señor Mauricio Mulder y su remendado Comité Ejecutivo Nacional, que hace tiempo que perdió legitimidad y representatividad en un partido que reclama su cabeza; todos y cada uno de ellos le deben al país y a los militantes del APRA una explicación por la barbarie y el uso vitando de un ícono criminal, que representa la noche más larga, vergonzosa, vulgar y despreciable del país y la destrucción del estado de derecho, para intentar neutralizar una protesta ciudadana amparada, reitero y subrayo, amparada por la ley.

Si el ejercicio regular de un derecho como es la huelga –derecho paladino de la democracia occidental y de la civilización- ha llevado al señor García, al señor del Castillo y al señor Mulder a condenarla como un supuesto acto de sabotaje a SU democracia —es decir el gobierno de los poderosos, por los poderosos y para los poderosos—, llegando inclusive a afirmar que se trata de un complot subversivo —lo que nos recuerda al propio Fujimori y sus secuaces vomitando las mismas admoniciones frente a legítimas y similares protestas ciudadanas—, tal parece que esto no ha sido suficiente para este triunvirato traidor a la memoria de Haya de la Torre. Y con la torpeza que caracteriza su nefasta administración desde el poder y desde el partido, no tuevieron mejor idea que recurrir nada menos que a la imagen execrable de Vladimiro Montesinos para intentar truncar lo que en otros países es considerado un desfogue propio y natural de las democracias: La Huelga.

Lo más triste del caso es la reveladora forma en que los involucrados han reaccionado ante el escándolo producido por ellos. Así, Jorge del Castillo, militante del PAP y ex-secretario del Partido del Pueblo, en representación del Ejecutivo cuya cabeza es García, no olvidemos presidente del PAP, ha acusado al Partido Aprista Peruano de pagar el spot. ¡Como si el PAP fuera una institución totalmente desligada de estos señores! Esto constituye no solamente un acto de deslealtad sino también una cobardía protagonizada por tres políticos —Mulder ha aceptado públicamente el "reproche" del Ejecutivo— tres rufianes que deben de inmediato poner sus cargos a disposición de la militancia del Partido del Pueblo.

El APRA como partido de base, como legado histórico de Haya de la Torre, como pueblo comprometido con los altos valores que alumbra a nuestra nacionalidad, digámoslo en voz alta, debe y tiene que repudiar al escándolo y a sus protagonistas. Si el Ejecutivo, cuya línea política esta ya muy lejana del Aprismo, no puede ser renunciado por este affair, el Partido del Pueblo y su militancia tiene un deber moral y en sus manos el poder de despedir de sus cargos políticos a los señores Alan García, Jorge del Castillo y Mauricio Mulder.

Si la violencia no puede ser expresada en la protesta ciudadana convocada el día de hoy, porque la huelga es una manifestación civilizada, la resistencia contra un poder ilegítimo que conculca derechos elementales y averguenza al Partido del Pueblo puede y debe ser extrema y en ese acto todavía legítima. Porque estos señores no renunciarán pacíficamente a sus cargos en el partido. Hay que echarlos del APRA por la fuerza y cuanto antes mejor.

Boston, 9 de Julio del 2008

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