Nueva Mesa Directiva del Congreso
El apestoso concubinato apro-fujimorista
Como era previsible, de los últimos acontecimientos del día de ayer, Javier Velásquez Quesquén fue elegido nuevo presidente de la Mesa Directiva del Congreso de la República para el período anual de sesiones 2008–2009, con 66 votos a favor, entre apristas, fujimoristas y tránsfugas oficiales y de hecho.
En tanto, el representante de Alianza Parlamentaria y candidato de la oposición, Víctor Andrés García Belaunde solamente obtuvo 46 votos. Los votos blancos fueron 3 y uno viciado.
Velásquez estará acompañado por el fujimorista Alejandro Aguinaga, Álvaro Gutiérrez, de UPP y Fabiola Morales, nueva tránsfuga de hecho de Unidad Nacional.
Con esta mesa el Congreso perdió la oportunidad de insuflar algo de oxígeno a su pestilente atmósfera, que cada día molesta más a todos los peruanos. En la elección de la mesa del año todos pudimos ver las maquinaciones que se hicieron públicas, con la complicidad de UPP y el inefable Torres Caro.
Esta vez la elección viene precedida de las revelaciones sobre gravísimos hechos protagonizados por Torres Caro y Gustavo Espinoza, nada menos que en el domicilio de Velásquez Quesquén, donde se grabó la componenda, en la que Torres Caro manifestaba que tenían que ver primero su conveniencia antes que la del país.
En realidad la ciudadanía ya sabe que estos personajes no sólo que piensan en ellos antes que el país, sino que sus desenfrenadas apetencias los hacen pisotear todos los límites éticos posibles, sin contar que queda por determinar la ilegalidad de tales actos.
Ni qué decir de Álvaro Gutiérrez, quien durante todo el año más destacó por extrraer un bebé en forma irregular de un establecimiento de caridad del Ministerio de la Mujer, sin que hasta el momento se vea explicaciones satisfactorias.
La componenda entre el Apra y el fujimorismo ya tenían su precedente estos días con la denuncia del procurador Omar Chehade, quien se quejó por el hecho de que el gobierno no colabora en la remisión a Chile de nueva documentación complementaria sobre la extradición de Fujimori, que permitiría ampliar el proceso.
Si la última encuesta de aprobación realizada en junio le daba una aprobación nacional de 13% al Congreso, cifra más baja que el Poder Judicial, estas nuevas maquinaciones sin duda terminarán por sepultar a este parlamento, el cual, salvo excepciones, más destaca por la componenda, la ignorancia y la incapacidad. ¿Hasta cuándo el país tendrá que soportar el desfile de la cada vez más decadente y deprimente calidad de congresistas?