No pueden evitar violarnos si usamos minifaldas declaro la Congresista peruana Luisa Maria Cuculiza
En el Peru la cultura de la violencia se encuentra presente en la cotidianidad, asi como en su congresista, Maria Luisa Cuculiza para ella ser violada, abusada o ultrajada te convierte de provocadora de abuso, ser violada en tu privacidad donde el crimen no tiene limites. La violencia domestica y abuso sexual es un crimen que puede ser justificado en una sociedad desde ningun punto de vista.
¡Que la violen!
¿Que Luisa María Cuculiza era “la gran defensora de la mujer”? Vaya chiste de mal gusto. ¡Pero si idolatra a un ex presidente (Alberto Fujimori) que, entre muchos otros delitos, mandó torturar a la madre de sus hijos, y ella jamás dijo ni pío al respecto! No puede sorprender que hoy repita esa patética frase que desnuda su machismo militante: “la que busca, encuentra” para justificar que, al parecer, el congresista Walter Acha abusó sexualmente de su jefa de prensa dopándola con un somnífero, aprovechando que compartían la misma habitación durante un viaje de trabajo.
Al margen de que el caso está en investigaciones y aún no puede condenarse al susodicho, Cuculiza representa una ideología que degrada la autoestima femenina desde su raíz, y podemos resumir así: “Todas las mujeres son provocadoras sexuales solo por tener senos y vagina, y todos los hombres son violadores en potencia solo por tener pene. Por tanto ellos, pobrecitos, no pueden evitar violarnos si nos acercamos mucho, o usamos escotes o minifaldas. Si lo hacemos, merecemos ser abusadas, estranguladas, descuartizadas y arrojadas a un río, ya que la honra y decencia familiar dependen del uso y/o abuso de nuestros genitales. Y la que no entienda eso, ¡piña: que la violen!”.
Es así como esta congresista entiende el mundo. En su cabeza –y la de millones de mujeres, da pena admitirlo– es rarísimo que un hombre no salte como un gorila babeante sobre una chica que duerma en la cama contigua, o no fuerce a patadas a otra que solo quiere aceptar un beso y nada más. ¿Recuerdan hace años el caso de Leslie Stewart? Muchos dijeron lo mismo: “ella se lo buscó”, ¿y acaso el tiempo no demostró que el acusado era un delincuente de la peor calaña?