El secretario general del Sindicato de Técnicos Necropsiadores Forenses, Leonides Heredia, informó que un trabajador de la Morgue Central de Lima, que depende del Ministerio Público, fue sancionado por denunciar la crisis en dicha institución, rebasada por el incremento de cadáveres de personas que perecen con la ola de criminalidad.

 

Morgue de Lima

 

En entrevista con Exitosa, Heredia señaló que son sus superiores los que hostigan al trabajador que denunció la cruda realidad en la Morgue de Lima.

“Hace unos días salió a dar declaraciones un compañero técnico necropsiador de Lima y, por esas declaraciones, el trabajador está siendo hostigado. Ha recibido dos memorándum. Los trabajadores estamos en nuestro derecho de dar información correcta”, indicó.

Las declaraciones del trabajador ahora hostigado buscaban que la prensa sirva de canal para ayudar a la Morgue de Lima a resolver sus graves problemas y agregó que brindar este tipo de información es parte de sus derechos.

Heredia confirmó el caos en el que trabaja el personal de la institución y denunció que hasta tres cuerpos son colocados en los cubículos con capacidad para uno ante la crisis en la Morgue de Lima. La capacidad se ha visto sobrepasada y, como consecuencia, la acumulación de los cadáveres en un solo espacio provocará que su descomposición sea más rápida.

“La capacidad de la Morgue de Lima es un cuerpo por cada cubículo. En este momento, se está poniendo dos o tres cuerpos. La refrigeración varía porque la temperatura debe de ser de 2° o 4° en cámara; por lo tanto, al haber más de un cuerpo, su descomposición va a ser mayor”, señaló.

Heredia subrayó que la institución no cuenta con un presupuesto para destinar los cuerpos hacia una fosa común. Se plantea este supuesto debido a que la Morgue de Lima solo puede almacenar los cadáveres de 40 personas, sin embargo, ya alcanzó los 80 muertos.

La situación es tal que ni siquierea tienen los equipos básicos que requieren los trabajadores necropsiadores. Según expuso, ellos están en constante riesgo de contagiarse con las posibles enfermedades que padecen los fallecidos. Entre ellas: VIH, TBC o hepatitis.