Tras revelarse que la ministra Ana Jara cobra por gastos de representación del cargo de congresista, que no ejerce, sigue sin renunciar, sólo dijo que se trata de un escandalete, pese a que el gobierno paga sólo S/.300 de gratificación a los trabajadores estatales dos veces al año, y ella sin hacer nada cobra indebidamente S/. 7,617.20 mensuales por gastos de representación.
La ministra, a quien gusta buscar cámaras en conferencias teatrales, no realiza gastos de representación para el Congreso, pues ejerce el cargo ministerial a tiempo completo y el ministerio de la Mujer asume los gastos de representación que corresponden a su despacho.
Ante este insulto a los míseros sueldos que paga el gobierno, el presidente Ollanta Humala calló cuando la prensa le preguntó por este escándalo. Humala en campaña electoral criticó que los congresistas sean nombrados ministros porque para eso no fueron elegidos por los ciudadanos y porque su función es fiscalizar al Poder Ejecutivo, lo cual no pueden hacer siendo parte de él, juez y parte, pero como el Presidente no tiene palabra, una vez en el poder burló su promesa de cambio e incurrió en esta práctica cuestionable.
El presupuesto de la PCM le cubre hasta los más mínimos detalles de los gastos de representación de la ministra, al punto que el exministro de Defensa, Daniel Mora, reveló que ella “le cuesta al Estado 10 mil soles por cada hora en helicóptero” que utiliza para sus actividades.
En el Legislativo solo se le ve cuando rinde cuentas como titular del portafolio, o en algunas votaciones cuando el Ejecutivo necesita todos los votos de Gana Perú.
“Doña Ana Jara Velásquez, congresista de la República, ha percibido por concepto de asignación por desempeño de Función Congresal, de noviembre y diciembre”, señala un documento oficial.
A esta grosería, Ana Jara sólo dijo: “me gano mis frejoles con el sudor de mi frente”.
