kenyi fujimori diroesEl jefe del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), José Pérez Guadalupe, mostró un vídeo donde se observa que para que el preso Alberto Fujimori viole el reglamento carcelario y conceda una entrevista telefónica a RPP, fue ayudado por su hijo Kenji y el congresista Julio Gagó, quienes impidieron el ingreso del personal del INPE.

Ambos sujetos se instalaron en la enfermería, donde se encuentra un teléfono público, y con una silla impidieron el ingreso de los empleados cuya obligación era impedir la llamada violatoria del reglamento.

Previamente, a la enfermera a cargo del ambiente le habían impedido salir a avisar al personal que Fujimori estaba violando el reglamento.

“En su intento de ingresar al lugar donde se realizaba la llamada, los servidores se encontraron en forma de barrera humana a los congresistas Julio Gagó y Kenji Fujimori en la entrada del tópico”, señaló Pérez Guadalupe.

Según el documento, leído por el jefe del INPE, Gagó aseguró que no había tal entrevista. “El interno tiene todo el derecho de hablar y no está dando una entrevista. Solo estamos nosotros, nadie lo está entrevistando”, habría dicho el congresista, según el citado informe.

Pérez Guadalupe hizo notar que la entrevista estaba preparada porque no era espontánea, el exdictador tenía un libro que leía y que ante la insistencia del personal para que se retire de la puerta, Kenji Fujimori no lo hizo hasta que terminó la llamada telefónica su padre.

El jefe del INPE también informó que, en lo que va del año, Fujimori ha recibido la visita de congresistas en 338 oportunidades, y hasta en altas horas de la noche, lo cual recarga el trabajo del personal carcelario. Precisó que Fujimori es el preso más caro con más de 17 personas que se dedican a su cuidado.

Pese a las contundentes evidencias, Gagó declaró posteriormente que no hubo agresión al personal del INPE ni forcejeo con éste y que como él estaba sentado al lado de una refrigeradora no impidió nada.

No obstante, se observó a Gagó intimidando al empleado preguntándole su nombre en tono amenazando, pretendiendo que no capte imágenes. Obviamente, debido a su cargo, los empleados no usaron la fuerza para desalojar a los sujetos.

Ver vídeo aquí.