Las coartadas del ministro de Justicia Daniel Figallo sobre sus pasos en la sombra para manipular el caso Martín Belaunde Lossio lo colocan en el ojo de la tormenta.
Figallo había declarado sobre los motivos de sus sospechosas reuniones con fiscales. Por ejemplo, que el fiscal Pablo Sánchez, encargado del Ministerio Público le pidió reunirse con los fiscales del caso ‘La Centralita’, Marco Huamán y Rosario López, pero este lo desmintió.
Así, las cosas apuntan a que Figallo buscaría protección para el prófugo Martín Belaunde Lossio, quien, como se sabe, es depositario de negros secretos sobre Nadine Heredia, a quien durante la campaña presidencial pagó US$50 mil dólares por asesoría sobre un producto contra la calvicie desde una empresa de fachada que nunca tuvo utilidades, sin que se haya esclarecido el origen de ese dinero, ni por qué se pagó tanto a alguien como Heredia, quien nunca tuvo un trabajo reconocido y ni siquiera tuvo personas a su mando.
“No, eso no, nunca (pedí esta reunión). Los fiscales son muy independientes en sus trabajos de investigación y cuál sería la razón para que se reúnan con el ministro… Yo le pedí (a Figallo) que la fiscal López Wong (Coordinadora de la Unidad Central de Protección a Testigos) conversara con los procuradores (para tratar tema de un colaborador eficaz) y quizás ha habido una confusión de parte de él… Yo no tengo ninguna responsabilidad, no sé el contexto y los temas que han tratado”, dijo en Ideeleradio.
Sánchez advirtió que “no es usual que un ministro se reúna con los fiscales que investigan un caso”, aunque habría que ver la normatividad vigente.
Pero en este gobierno ya hay antecedentes de injerencia de los ministros de Justicia en asuntos de conveniencia de personajes del gobierno, como lo sostuvo en su momento el magistrado Javier Villa Stein, quien denunció que el ministro de Justicia Juan Jiménez lo buscó con propósitos de interferencia, pero Villa Stein lo rechazó.
Tras las versiones del fiscal Pablo Sánchez, Figallo replicó que fue Sánchez quien le pidió reunirse con los fiscales mediante un funcionario de menor rango en el Ministerio Público, a nombre de quien en ese momento reemplazaba a Carlos Ramos Heredia y niega haber tratado de “presionar” o “direccionar” las investigaciones del caso “La Centralita” a favor de Martín Belaunde Lossio.
Figallo aduce que tuvo una sola reunión con tres fiscales del caso “La Centralita” y que conversaron sobre la colaboración eficaz y la protección de testigos.
El ministro dijo que el exprocurador anticorrupción Christian Salas argumentó una queja por la reunión que sostuvo con los fiscales, pero que en ese documento se deja en claro que él nunca se comunicó para “presionar”.
En la noche, tras las revelaciones de Salas en torno al pedido de renuncia del ministro, por parte de la procuradora Vilcatoma, Figallo convocó de urgencia a todos los procuradores al Minjus, quienes, como era de esperarse, después en conferencia de prensa respaldaron su gestión diciendo que la postura de Vilcatoma es a título personal y no institucional.
En tanto, la bancada de Fuerza Popular presentó ayer ante Oficialía Mayor del Congreso una moción de interpelación contra Figallo con seis preguntas, para que explique por qué se reunió con funcionarios del Ministerio Público y de la Procuraduría Anticorrupción.
A la moción también se plegaron Luis Galarreta (PPC-APP) y Cecilia Tait (Unión Regional). El documento argumenta que en mayo este año la procuradora anticorrupción Yeni Vilcatoma (encargada a tiempo completo del caso “La Centralita”) fue convocada al despacho de Figallo, quien estuvo acompañado de Eduardo Roy Gates, asesor presidencial en temas jurídicos, para tratar el caso Belaunde Lossio.